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viernes, 10 de mayo de 2019

Afán de protagonismo (El Aullido)

   [Texto del blog LOS DE ABAJO A LA IZQUIERDA, año 2007, en el que un excompañero nos cuenta algo sobre la historia de este medio de difusión ácrata pucelano, que tuvo sus días de vida activa en la década de los 90 del siglo pasado. Y también empezó su viraje en Internet por este otro lugar amigo.]
 
EN LA LÍNEA DEL FRENTE, órgano de expresión
de las JJLL-Valladolid (entre los años 1992 a 1994),
precedente de EL AULLIDO (y también de AMOR Y RABIA).

Corría el año 1994. En Valladolid, un joven tenía dos pasiones: una era el rock duro, lo cual no tiene ningún interés en esta historia; la otra pasión era todo lo referente a las revoluciones sociales, pasadas, ¿presentes y futuras? Nuestro protagonista, al que nos referiremos con el sobrenombre Krates, había pasado sucesivamente por las filas de los movimientos antimilitarista y libertario de la ciudad. El caso es que dejó ambas organizaciones, por discrepancias internas y cuestiones personales.

Sin embargo, Krates no se dio por vencido y decidió seguir aportando su grano de arena en la difusión de las ideas anarquistas. Creó un boletín, El Aullido, en el cual se trataban temas sociales, históricos, ecologistas, etc., siempre desde un punto de vista libertario. Desde los juicios por Insumisión hasta la okupación de la Quinta Ana Mari (espacio liberado durante un solo día, lo que tardó la policía en desalojarla, actualmente es una comisaría de la policía municipal, ironías del destino); desde la oposición a los sangrientos espectáculos taurinos hasta la crítica a la religión; desde la repulsa a la homofobia o al fascismo, hasta el elogio a los sans-culottes de la Revolución Francesa. Y todo ello acompañado por textos de autores como Bakunin, Kropotkin, Tolstoi, Thoreau, etc.

El boletín fue todo un éxito, y por él pasaron muchos colaboradores, la mayoría de los cuales hoy forman parte de este vuestro blog... pero, aún así era Krates el que llevaba casi todo el peso del boletín y, como todo en esta vida, llegó un momento en el que las circunstancias cambiaron, el tiempo libre era cada vez más escaso y ésto a la vez que se iban agotando las ganas. El Aullido llegó a su fin, justo cuando estaba en sus mejores momentos. Pero...

Pasó lo que todo colectivo antiautoritario y contestatario debe evitar. O más bien, lo que todo colectivo de personas iguales entre sí debe evitar.

Si bien Krates redactaba el boletín, lo maquetaba, lo fotocopiaba y lo distribuía por Valladolid, aceptó la colaboración de otra persona (a la que denominaremos «E») en lo referente a la distribución fuera de la ciudad, aprovechando que «E» poseía un apartado de correos. Resultó que «E» era una máquina a la hora de enviar boletines, así que en poco tiempo El Aullido se había hecho famoso: había cruzado unos cuantos charcos, recuerdo haber visto cartas enviadas desde Argentina, Irlanda o Australia solicitando el envío de El Aullido. Impresionante, ¿verdad? «E» se había hartado de enviar boletines a todos los fanzines que conocía y éstos a su vez habían publicitado la revista. Toda la correspondencia pasaba por las manos de «E»... y ahí empezaron los problemas... El primer problema fue cuando entrevistaron a El Aullido en un fanzine y «E» contestó las preguntas sin contar con nadie más. Por otro lado, a base de recibir y mandar cartas se hizo con una lista de direcciones de aquellos que habían solicitado nuestra publicación, lista que nunca compartió con el resto del grupo. De este modo se hizo con el control de toda la distribución y de toda la correspondencia que llegaba a nombre del boletín.

Llegó el momento del parón. Krates dejó de escribir textos, pero a «E» no le importó. Ya no solo hablaba en nombre de todos, sino que ahora ya se atribuía todo el mérito para sí mismo. Él era el autor único de los boletines. A todo el mundo iba diciendo que él hacía eso... era obvio que esos textos no eran suyos pues no sólo el chaval no había escrito un texto en su vida, sino que además no tenía ni la más remota idea de quienes eran los autores que aparecían en el boletín. Es más, como pude comprobar, él ni siquiera leía lo que acababa de hacer suyo. Como dicen en mi pueblo, antes se coge a un mentiroso que a un cojo, así que no era necesario desmentirlo.

Craso error, la gente cree lo que quiere creer y se tragaron la fantasmada más absurda... y la «noticia» corrió como la pólvora... ya no era solo «E», ahora era «E el de El Aullido». Sin embargo, no se puede vivir de las rentas de otros eternamente. Así que aburrió al pobre Krates para que siguiera escribiendo textos y, como éste no le hizo caso, empezó a decirnos al resto que Krates pasaba del tema y que le había autorizado a utilizar el nombre «El Aullido» para lo que creyese conveniente. Esto último resultó ser falso, pero nos lo creímos. De vez en cuando dejaba caer «deberíamos sacar algún número» y le contestábamos «pues a ver cuando te pones a ello». Nótese la mala leche del comentario... Si quieres presumir al menos sé tú el que se lo curre.

Así que «E» incapaz de escribir una sola letra que delatase que no había hecho una redacción desde los tiempos del colegio, seguía buscando quien escribiese por y para él. Solía decir «tenemos que sacar un Aullido, he pensado unos temas» y acto seguido desplegaba una hoja doblada de libreta en la que aparecían una serie de frases hechas del tipo «El que okupa preocupa», «Mucha policía poca diversión», «Televisión Manipulación», etc., siempre las mismas frases hechas. La respuesta solía ser la de siempre... «Pues nada, cuando tengas escrito algo me lo pasas y ya lo leo». Y así fue pasando el tiempo.

El caso es que de repente, y por fortuna para él, la situación cambió. De repente algunos teníamos interés en sacar nuevos textos. El Aullido volvía a salir después de más de dos años de parón. Así que sacamos otros tres números, en los que despellejábamos a la policía y al Partido Popular. Pero...

Pero como dice la ley de Murphy, ׂ«si algo tiene la posibilidad de salir mal, saldrá mal». Habíamos metido la pata hasta el fondo. Nos encontramos con que «E» se convertía ya no en autor sino en amo y señor de El Aullido. Ya no es que fantasmease, que también, sino que ahora además vetaba temas que él no escribía (vuelvo a recordar que él controlaba la distribución), hacía y deshacía a su antojo, etc. El colmo fue cuando un día, comentando nuestras simpatías hacia determinada organización libertaria, llamó por teléfono para solicitar la afiliación de todo el grupo sin preguntar a nadie más. Me imagino que quien le cogiese el teléfono quedaría estupefacto durante una buena temporada.

Hasta aquí habíamos llegado. Decidimos dejarlo. Pero no sin antes avisar a Krates de lo que estaba pasando, pues él era el único que podía cortarlo. Con las aguas volviendo al cauce, sacamos un nuevo número, el último hasta la fecha: era una crítica al nacionalismo de izquierdas, y hay que reconocer que Krates lo bordó. Este artículo lo tenéis en este blog, en este enlace.

Lo último que supimos de «E» es que ahora firmaba como «ElAullido» en un foro de Internet relacionado con un festival de música. Como esa sección del foro ya no está en línea, os pongo un copiar y pegar de las obras completas de «E»:

"fue una puta mierda de concierto para empezar a las 12 de la mañana i acabar a las 5 de la mañana fue una puta mierda I LUEGO LA PUTA ORGANIZACION i toda la secreta ke abia dentro i los amigos de la seguridad si eso es un concierto valla puta mierda de concierto .VALLA MIERDA DE CONCIERTO

VALLA MIERDA DE KONZIERTO.el uniko ke lo salvo yosu distorsion i los del puente romano.un saludo i salud i anarkia

ola eso pa cuando los roñas es un grupo de puta madre a ver si pa otro año les meteis i los carretera agropecuaria eso si ke es un grupazo i no los exploited. esos carretera un saludo desde valladolid

POS ESO VALLA MIERDA DE CONCIERTO.MUCHA SEGURIDAD PA KE FUERA UNA PUTA MIERDA .BUENO UNA COSA TUBO BUENA EL YOSU DISTORSION I LOS DEL PUENTE ROMANO FUERON LOS MEJORES MEJOR KE EXPLOITED .UN SALUDO SALUD I ANARKIA

ola tronco yo estoi kontingo parecia un campo de concentracion tanto segurata incluso alguno parecia ke se las gozaba tokando.y a ultima ora esos ke iban vestidos de seguridad te echaban a patadas.valla educacion ke tenian luego dicen de los punks.luego esta lo de las agreditaciones de prensa ke decian ke se las darian a todos los o las revistas alternativas pos otra cosa ke es mentira nosotros tuvimos ke pagar la entrada.y luego lo de la acampada ubo una peña ke venia de portugal ke no pudo poner la tienda joder ke bien estaba organizado bueno en definitiba una puta mierda de organizacion
a el dibujo de la rata del tinto es una copia"


Qué peligro tiene la gente con demasiado afán de protagonismo. Por cierto, si os fijáis en el último párrafo, el hombre tuvo la cara suficiente de pedir acreditación de prensa para entrar sin pagar. Por ahora tenemos otro parón como El Aullido, pero tenemos ideas y funcionamos en nuestro blog colectivo y experimental (en estos momentos El Aullido somos Krates y yo: Radowitzky. Con la colaboración de Curio Dentato, Prometeo, Leo y otros).

Hasta otra. Salud y libertad.

RADOWITZKY
(28 febrero 2007)

lunes, 10 de diciembre de 2018

¿Hombres blancos con chalecos amarillos?


Los conservadores de Les Républicains tardaron poco en sumarse al apoyo a los gilets jaunes ('chalecos amarillos'), al ver la envergadura del movimiento. A la izquierda, el Partido Socialista francés se encuentra dividido y Mélenchon y La France Insoumise, acusados de intentar recuperarlo pretenden alinearse con él, animando a las izquierdas a sumarse para superar la «ceguera» que supone no apoyarlo.

La noticia de las numerosas movilizaciones en Francia durante la última semana se ha extendido por Europa, especialmente después de los altercados del pasado sábado. Es difícil recordar protestas tan multitudinarias, continuadas en el tiempo y con tanta relevancia social en este país desde la nuit debout (movimiento de las plazas en Francia que nació a partir de la Loi Travail y que se comparó rápidamente con el 15-M español) o los disturbios de las Banlieues (iniciados en la periferia de París a causa de la muerte de dos jóvenes árabes que se extendieron por toda Francia y parte de Europa, siendo los enfrentamientos con la Policía y la quema de vehículos la expresión del descontento y la frustración de buena parte de la juventud que se sentía excluida). Pero si es difícil encontrar semejanzas entre los dos ejemplos citados, puede que sea más difícil todavía hacerlo con el movimiento de los ‘gilets jaunes’ ('chalecos amarillos').

También las organizaciones que se posicionan a la izquierda de Mélenchon y los sindicatos están desconcertados ante la relevancia de lo que está ocurriendo. Si el 16 de este mes todavía no sabían si convocar o no a la movilización, a lo largo de la semana las posiciones han ido cambiando; en algunos casos para acercarse (NPA, Lutte Ouvrière, PCF) y en otros para plantear una alternativa más verde con los ‘gilets verte’ ('chalecos verdes'), movimiento complementario y con mucho menor seguimiento que centra su protesta en la dimensión ecológica y proponen la mejora de las condiciones salariales, el transporte público y de las movilidades menos contaminantes.

Algo similar ha ocurrido con los sindicatos, con discursos contradictorios desde los diversos sectores de actividad, las direcciones y las bases sindicales. En el transcurso de uno de los conflictos laborales más importantes de los últimos años en Francia, el del sistema ferroviario de la SNCF, las centrales también se movieron en la incertidumbre con respecto a los gilets jaunes. Muchos de los movilizados en este conflicto se sentían cerca de aquéllos; como Fanny, de 31 años, militante de izquierdas con un fuerte discurso de clase y sindical, que en la concentración de Lyon del 17 decía que «mucha gente con la que hemos hablado de la SNCF nos ha dicho que irían a los bloqueos». Sin embargo, la dirección del sindicato CGT se ha movido entre declaraciones contradictorias, unas renegando del movimiento por sus vinculaciones con la extrema derecha y otras de otros dirigentes planteando que el sindicato debe sumarse porque tiene mucha aceptación entre la opinión pública. El sector de transportes de Force Ouvrière ha llamado directamente a sus afiliados y simpatizantes a participar en las protestas, lo contrario que CFDT Transports, el mayoritario en el sector.

El éxito de la convocatoria y su extensión temporal ha hecho que todos los actores políticos y sociales basculen sus posiciones con respecto a la movilización. El Gobierno y En Marche!, su partido, han combinado la contundencia con la matización. Macron les acusó de terrorismo social, pero gente de su partido ha pasado de una oposición frontal a comprender y tolerar sus demandas, aunque rechazando las formas. El propio presidente de la República, tras condenar los altercados violentos de la semana pasada, anunció una reunión para replantear el modelo francés de transición ecológica.

Los gilets jaunes nacieron con un objetivo claro: oponerse a la subida del precio de los carburantes. Se presentaron como un movimiento apolítico y enmarcaron su discurso en la pérdida de poder adquisitivo de las clases medias, centrando sus principales reivindicaciones y soluciones en el ámbito del consumo y pretendiendo, si no una bajada, al menos el mantenimiento de los precios de los carburantes. Este enfoque se nutre del ciudadanismo patriótico francés, cuya simbología (la bandera y el himno nacional) recuperaron, y en los primeros días de movilizaciones no hubo referencias al cambio climático o el ecologismo.

El crecimiento de los gilets jaunes ha tenido como consecuencia la apertura y matización de las posiciones, la incorporación del ecologismo y un mayor acento en los salarios que en la capacidad de compra. También ha hecho menos nítido el perfil de las personas movilizadas, y desde el sábado pasado se han sucedido agresiones racistas y homófobas y violencia contra personas que se quejaban por los bloqueos que han empañado su imagen. El contenido de sus discursos se ha vuelto más político, sumando a la protesta por la pérdida de poder adquisitivo la reivindicación de dimisión de Macron; siempre bajo un lema difuso («démocratie d’avenir», «una democracia de futuro»). Como señalaba en Lyon Edgar, de 42 años: «Cada día pagamos impuestos más altos por todo, así no se puede vivir (...) nos hemos dado cuenta de para quién gobierna Macron».

Justine, una militante de izquierdas de 69 años, ya jubilada, afirmaba: «Aquí hay de todo, gente como nosotros: trabajadores y autónomos y gente con pequeños negocios». Sin embargo, se ha convertido en habitual que militantes de izquierda (y Twitter) llame la atención sobre la presencia preponderante de hombres blancos y su utilización de mensajes racistas, contra los inmigrantes, anti-parlamentarios y contra «la gente que vive a costa del Estado». Como decía Justine: «He escuchado muchas tonterías racistas, pero yo no me he quedado callada».

Los discursos anti-élites, el empeoramiento de las condiciones de vida, el fuerte apego a lo nacional en la simbología y la presencia de discursos xenófobos y anti-inmigración pueden allanar el terreno a la extrema derecha, que desde un primer momento mostró su cercanía al movimiento. Buena parte de la literatura académica que ha investigado este tipo de populismo en Europa ha señalado estas condiciones como óptimas para su aparición y desarrollo. Sus líderes han mostrado su apoyo y hay una presencia frecuente de estética y simbología de extrema derecha en las movilizaciones. Le Pen ha mostrado su compromiso con los gilets jaunes, ha interpelado al Gobierno y ha aumentado el clima de tensión y crispación. Éste ha sido, precisamente, uno de los argumentos de éste para atacarlos y uno de los miedos de la izquierda.

Parece evidente que en Europa la movilización y la auto-organización ya no son terreno exclusivo de la izquierda, pero sería un error considerar a este movimiento como un artefacto de la extrema derecha. No obstante, también es evidente que ésta ha pretendido en los últimos años re-apropiarse de los repertorios de la movilización ciudadana en Europa para llenarlos de contenidos reaccionarios. De esta forma, aunque es difícil juzgar a un grupo de tal envergadura de forma conjunta y sin matices, es innegable que la oscura nube de la extrema derecha viene ensombreciéndolo desde el primer momento. Por este motivo, las diferentes izquierdas están intentando recuperarlo hacia posiciones más centradas en el aumento de los salarios y las condiciones laborales, en las mejoras de los transportes públicos (en pleno conflicto del SNCF) y en la crítica a las políticas neoliberales del Gobierno de Macron.

martes, 13 de marzo de 2018

Marchas de la Dignidad solidaria con «Marcha Básica Contra el Paro y la Precariedad»


MANIFIESTO

Mientras el Gobierno pregona que el panorama va mejorando y las multinacionales y la banca exhiben sin pudor sus escandalosos beneficios, la situación para millones de hogares de la clase obrera y para la inmensa mayoría de la juventud, es cada vez más insostenible.

Totalmente silenciados por los grandes medios —o en manos del Gobierno o propiedad de las grandes corporaciones— los fríos datos no llegan a reflejar la desesperación cotidiana de tantas personas, pero dan una idea del infierno que se está viviendo:

- 60.000 familias expulsadas de sus hogares en 2017, según datos del CGPJ y muchos más extrajudiciales. Desde que empezó la crisis se ha disparado el número de suicidios, que es el mayor de la historia, y duplica a los muertos por accidentes de tráfico.

- El recibo de la luz aumentó cerca de un 90% en los últimos 10 años y las grandes multinacionales del sector (procedentes de empresas públicas privatizadas) ejecutaron más de medio millón de cortes de luz por impago. 7.000 personas —la mayoría pensionistas— mueren al año por frio, incendios, asfixia, etc. En los consejos de administración de Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa se sientan 43 exaltos cargos de PP, PSOE y PNV.

- La pobreza entre la clase obrera es general. De 9 millones que tiene empleo, casi la mitad de ganan menos de 1.000 euros y 6 millones de trabajadores tienen salarios inferiores al salario mínimo. Mientras, 130.000 directivos ingresan lo mismo que los 6 millones de trabajadores con sueldos más bajos.

- Las prestaciones por desempleo, cada vez cubren menos trabajadora/es —de más de 3 millones de desempleada/os el 44% no reciben ninguna prestación—. El drama se acentúa en el caso de las mujeres. De cada 10 paradas, 7 no cobra prestación y son contratadas a tiempo parcial es 3,5 veces más que los hombres y tienen menos contratos indefinidos.

- Más de la mitad de 9 millones de pensionistas están por debajo de los índices de pobreza. Tras el copago de medicamentos el 27% de pensionistas no pueden retirar de la farmacia los medicamentos prescritos abandonando los tratamientos. Banca y Corporaciones Financieros presionan para legislar y explotar planes privados de pensiones y se suceden los ataques a la sostenibilidad del Sistema Público de Pensiones: Para pagar las pensiones el gobierno ha utilizado y casi vaciado el Fondo de Reserva de la Seguridad Social; sin embargo, debido a rebaja continuada de cotizaciones a la patronal, la precariedad del empleo con salarios de miseria que apenas cotizan el déficit aumenta cada año. Este despilfarro afecta a los ingresos del Sistema Público de Pensiones que justifican pensiones de miseria con aumentos anuales miserables (0,25%).

- Se endurecen las condiciones para acceder al bono social para hogares con bajos ingresos o se niega la dación en pago en la reforma de la Ley Hipotecaria. No se derogan reformas laborales y no se legisla sobre derechos sindicales y negociación colectiva. Mientras —sin que ningún país amenace nuestras fronteras— se dispara el gasto en armamento impuesto por la OTAN.

- Las reformas fiscales en vez de ser progresivas (que pague más quien más tiene) premian a defraudadores con amnistías fiscales y permiten a las empresas rebajas de los impuestos nominales: algunas grandes empresas que debieran pagar el 35% de sus beneficios solo pagan el 10-15% e incluso algunas multinacionales el 3%.

- Toda esta auténtica guerra social contra la clase obrera y sectores populares es el resultado de políticas dictadas por el capital que vienen descargando sobre ellos el peso brutal de la crisis. El pago de la Deuda (capital + intereses = casi el 50% de los Presupuestos del Estado) es el gran chantaje de la Unión Europea para imponer recortes, privatizaciones y disminuciones de plantilla en gobiernos municipales, autonómicos y del Estado

- Es hora de decir ¡Basta ya! La represión policial y judicial sobre los derechos colectivos e individuales para impedir ejercer el derecho decidir en Cataluña se aplica también en el resto del Estado sobre la lucha organizada social, sindical o cultural. Un sin fin de procesamientos o condenas en firme se abate sobre humoristas, titiriteros, cantantes, sindicalistas por ejercer el derecho de huelga, luchadores antidesahucios, o antifascistas (Alfon, Nahuel, Bódalo, 13 Rosas, etc.)

Frente a ello solo cabe fortalecer la organización y eficacia en la lucha de la clase obrera y las clases populares. No bastan cambios de gobierno, hay que construir alternativas de poder popular. En este sentido, de unificación y fortalecimiento de la lucha que nos une, Marchas de la Dignidad acuerda participar activamente juntos a otros: Marea Básica, Coordinadora Desempleadxs Precarixs, PAH Vivienda, Colectivos feministas, Marea blanca en Defensa de la Sanidad Pública, Coordinadora Estatal en Defensa Sistema Público Pensiones, y otros colectivos sociales, vecinales, Sindicatos y organizaciones políticas que conforman la «Marcha Básica Contra el Paro y la Precariedad». Esta plataforma, del 10 al 24 marzo de 2018, se movilizará desde distintos Territorios y Comunidades Autónomas para confluir en Madrid, el sábado 24 de marzo.


NO AL PAGO DE LA DEUDA
VIVIENDA PARA TODA/OS
SERVICIOS PÚBLICOS PARA TODAS LAS PERSONAS
EMPLEO DIGNO CON DERECHOS. RENTA BÁSICA

PAN, TRABAJO, TECHO, IGUALDAD, DIGNIDAD


lunes, 23 de octubre de 2017

Resolución acordada por unanimidad por el Comité Confederal en la Plenaria Extraordinaria del 19 de octubre



 Los acontecimientos políticos en Cataluña y la represión del Estado español contra el pueblo catalán hacen necesaria una postura clara de la CGT


La CGT está absolutamente en contra de la escalada represiva que ha puesto en marcha el Gobierno del Estado español contra la población de Cataluña y defenderemos a las personas represaliadas de nuestra clase provenga la represión desde donde provenga. Del mismo modo estamos en contra de la represión que ejerce el gobierno de la Generalitat de Catalunya.

La CGT defiende todas las libertades ciudadanas, la de reunión y manifestación, la de libre asociación, la libertad de expresión, el derecho a la huelga, etc…, y también apoya el derecho a decidir sobre todos los aspectos de la vida, en todos los territorios y en todo el planeta, y la democracia directa como fórmula para la toma de decisiones.

Respetamos y defendemos el derecho a la diversidad cultural y social de cada lugar, con todas las implicaciones que ello tenga en la vida cotidiana de las personas.

Defendemos el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos. La autodeterminación implica, para la CGT, la capacidad para decidirlo todo sobre todo, y se tiene que concretar en la práctica de una autogestión real a todos los niveles (económico, social, etc).

La CGT no apoya la construcción de ningún Estado, ni en forma de república ni en ninguna otra forma. La CGT tiene, entre los principios que la definen, la lucha contra todos los estados, y seguirá defendiendo y auspiciando la desaparición de los Estados-nación.

La CGT defiende la Autogestión de la sociedad y el fin del capitalismo como sistema.

La CGT no va a dejarse utilizar por el chantaje y las estrategias de las clases políticas, catalanas, españolas, ni de cualquier otro lugar, pues entendemos que ello no va a mejorar la situación de explotación de nuestra clase.

La CGT forma parte de la clase trabajadora y no acepta participar en procesos interclasistas de gestión territorial, junto a quien nos explota y nos reprime (leyes Mordaza, Pandora I y II, Piñata, desalojos violentos de las plazas durante el 15M, Desahucios, Reformas Laborales, art. 135 de la Constitución, CETA, 27 i Més, imputaciones a sindicalistas por su participación en piquetes de huelga, montajes policiales y jurídicos, etc…), porque somos una organización de clase, autónoma, federalista, internacionalista, autogestionaria y libertaria, lo que definimos como Anarcosindicalista.

Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT
Madrid, 19 de Octubre de 2017

jueves, 19 de octubre de 2017

Sobre el escenario social ante el proceso de independencia en Cataluña


«El nacionalismo de los de arriba sirve a los de arriba.
El nacionalismo de los de abajo sirve también a los de arriba.
El nacionalismo, cuando los pobres lo llevan dentro,
no mejora: es un absurdo total.»
BERTOLT BRECHT

Este escrito tiene la intención de aportar elementos para un debate sobre este tema señalando posiciones éticas, principios políticos del movimiento libertario, historia lejana y hechos recientes que nos ayuden a abordar una situación en que, sincera y humildemente, pensamos que los árboles no nos dejan ver el bosque.

Empezar por las ideas parece lógico. El internacionalismo rubricado en nuestros principios se ha caracterizado siempre por negar las limitaciones físicas que los discursos nacionales (con Estado o sin él) ponían a la geografía. Declaraciones de Reclús, de Anselmo Lorenzo y otros lo señalan (1). De hecho, en los antecedentes de nuestra organización encontramos a la Alianza Internacional de la Democracia Socialista de Bakunin fundada en 1868 con estas bases de doctrina política:
  • La supresión de los Estados nacionales y la formación en su lugar de federaciones constituidas por libres asociaciones agrícolas e industriales.
  • La abolición de las clases sociales y de la herencia.
  • La igualdad de sexos.
  • La organización de los obreros al margen de los partidos políticos.
En general es contradictorio hacer convivir expresiones como estas con la formulación política del «derecho de autodeterminación de los pueblos», y se hace confundiendo al pueblo trabajador con el conjunto de personas a las que se atribuye identidad cultural (sean trabajadores o explotadores), y «autodeterminación» como una suerte de «autogestión política» sin explicar su significado real y sobre quién y de qué forma se ha pretendido históricamente aplicar ese derecho.

No está de más que se fijen los significados de las palabras que se están utilizando.

Pueblo:
Del lat. popŭlus.
3. m. Conjunto de personas de un lugar, región o país.

– Patria:
1. f. Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos.

– Nación:
Del lat. natio, -ōnis, 'lugar de nacimiento', 'pueblo, tribu'.
1. f. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo Gobierno.
3. f. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común.

– Autodeterminación: De auto- y determinación:
1. f. Decisión de los ciudadanos de un territorio determinado sobre su futuro estatuto político.

El anarcosindicalismo, como aplicación práctica que toma los principios del anarquismo, no se sostiene sobre la tradición ni sobre la reivindicación cultural común como medio de agrupar a los seres humanos. A diferencia de otras ideas políticas, está fundamentado en los derechos universales de la persona, la libertad absoluta individual, y solo en segundo orden y como proyección de la misma, los derechos colectivos.

Por ello reivindica el internacionalismo como superación de los Estados-Nación, como defensa del cosmopolitismo formulado ya en la Grecia clásica y no como la caricatura que han querido hacer de ello redefiniéndolo absurdamente como «colaboración entre naciones».

La utilización del «pueblo» en el contexto de la crisis desatada por la convocatoria del referéndum de Cataluña hace referencia inequívocamente a todas las personas que viven en Cataluña a las que se les supone una vinculación a la cultura autóctona convenida, y por tanto no diferencia entre clases sociales ni entre gobernantes y gobernados.

En el caso de la «autodeterminación» hay que entender que incluso no siendo una formulación política del anarquismo o del anarcosindicalismo hay contextos donde se ha utilizado el término por la condición de práctica esclavitud y por tanto lesión de derechos fundamentales de los habitantes de un lugar concreto a diferencia de la consideración de que han gozado en las metrópolis (desde Eliseo Reclús se condena el colonialismo).

Los habitantes de Guinea Ecuatorial no tenían los mismos derechos que los españoles, ni los indios que los británicos, por lo que lesionado un derecho individual como es la igualdad se ha podido llegar a hablar de autodeterminación como medio de superar la injusticia y la explotación del grupo. Otra cosa distinta es, sin ningún tipo de vergüenza, simular en una región una falta de derechos comparándose con los ejemplos anteriores (2).

Toda la retórica nacional ha estado constantemente calificando de agravio, derecho o libertad, según convenga, aquellos comportamientos que ellos mismos ejecutan o defienden en su propio territorio respecto a regiones interiores. Los defensores de la autodeterminación, en este caso los independentistas catalanes, jamás concederán ese derecho al Valle de Arán (aunque le den un estatuto particular como el Estado español concede a Cataluña) ni reconocerán el centralismo de Barcelona, así como los castellanos incluyen León en sus planes independentistas, y estos a su vez al Bierzo, a pesar de que los bercianos mayoritariamente no se consideran leoneses. A nadie se le escapa que detrás de la pantalla de la reivindicación de derechos y libertades modernas habitan visiones históricas procedentes del feudalismo que de vez en cuando se ponen encima de la mesa.

Analicemos ahora algunas afirmaciones que se están haciendo continuamente desde el discurso independentista, empezando por la «imposición del Estado español».

¿Tienen menos o distintos derechos, gravosos comparativamente, los ciudadanos de Cataluña a los restantes? ¿Se ha impuesto la Constitución y el resto de la legislación española a Cataluña, incluido el Jefe del Estado?

No se puede contestar afirmativamente a ninguna de las dos preguntas. A la primera, porque es evidente que toda la legislación que el aparato estatal aplica a sus ciudadanos no hace distinciones en ninguna parte del territorio. Si acaso existen concesiones, en materia fiscal por ejemplo, como sabemos. Y desde luego, en lo que nos afecta como trabajadores (es conveniente no perder la perspectiva), no se puede afirmar que los trabajadores catalanes sufran ningún agravio con respecto a otros. Lo que sí hemos visto estos días es una manifestación gigantesca en Linares por el azote que el desempleo ejerce en ese lugar como en ninguno del país.

Con la segunda pregunta más gente dudaría porque los discursos falsos que el independentismo repite insaciablemente han sembrado la duda, no vaya a ser que nos cuelguen el sambenito de «españolistas» en la eterna dicotomía falaz.

Para ser honestos no podemos olvidar que en la propia redacción de la Constitución Española ratificada en 1978 participa un miembro de CiU, Miquel Roca, nieto de un dirigente carlista, galardonado entre otras cosas con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica y que ha llegado a defender a la Infanta de Borbón en los juzgados, una vez que la justicia española la hizo sentarse en el banquillo. Fue secretario general adjunto de CDC de 1974 a 1979, partido al que ha pertenecido hasta 2016, en que defendió al candidato de Unió, partido que fundó su padre.

Y, ¿cuál fue la reacción de los catalanes a la votación de la Constitución aquel 6 de diciembre? Pues con una participación entre el 67% y el 74% (según la provincia) más del 90% de los catalanes votaron a favor del texto. Se pueden decir muchas cosas, pero desde luego son tan responsables o más de que se estén aplicando hoy en día sus artículos que los ciudadanos de Valladolid, que lo aprobaron con un 83% de síes (3). Y hay que recordar que es el texto donde se da legitimidad al Borbón como Jefe del Estado habiendo jurado hacía poco los Principios del Movimiento franquista. Es también tragicómico ver las críticas que hacen hoy al «régimen del 78» los miembros del PC que votaron a favor de todo aquél montaje desde las Cortes o desde la mesa de los Pactos de la Moncloa, donde también participó CiU.

Desde esto (si se quiere tomar como un principio) hasta hace cuatro días, quienes tienen las riendas del «procés» han sido el sostén de los sucesivos gobiernos felipistas y aznaristas aportando sus votos generosamente en el Congreso de los Diputados para aplicarnos a todos los súbditos de este Reino las sucesivas reformas laborales, los sucesivos recortes de libertades, los sucesivos programas de ajuste presupuestario en materia social. (4)

¿El independentismo históricamente es de izquierdas? ¿La independencia de Cataluña es un movimiento de izquierdas? ¿Lo son sus dirigentes y por ello tiene sentido esperar que un nuevo escenario independiente sea distinto, mejor?

Cualquiera que haya buceado mínimamente en la historia del último siglo sabe que no. Por no hablar de la patronal catalana más derechista, a la que no gusta hacer referencia porque no dudaba en acudir a las fuerzas policiales centralistas cuando las huelgas se le iban de las manos, vamos a hablar de una fuerza como ERC.

ERC, partido que hoy sube en las encuestas como la espuma, ha sido históricamente una amalgama de sectores que no podían estar más enfrentados. Pero incluso Jacinto Toryho, director del Solidaridad Obrera de 1936 a 1938, afirmaba que la Lliga Regionalista y ERC «en lo social no eran fracciones diferentes, sino dos expresiones reaccionarias a las que solamente separaba un matiz partidista electorero».

El cemento nacionalista obra milagros como mantener en el mismo partido a gente como Companys y a la de otro partido más pequeño llamado Estat Catalá. Uno de sus dirigentes y fundador de ERC, Josep Dencás, visitó personalmente a Mussolini en Italia y fue el responsable de la creación de milicias paramilitares que no dudó en utilizar contra la CNT. Influido por las ideas racistas de Pere Martir Rossell i Villar, se autodefinía como «nacionalsocialista». Como consejero de Gobernación mantuvo a su lado a los hermanos Badia. Miquel Badia, como Jefe Superior de la Comisaría General de Orden Público, movilizó a policías y paramilitares («Escamots») contra la huelga de transportes de Barcelona en 1933 convocada por la CNT. Acabaron muertos por disparos de militantes de la FAI. En 1937 las fuerzas de ERC se sumaron a las del PSUC para atacar a los libertarios en Barcelona en los hechos trágicos de mayo. Hay suficiente documentación publicada para quién desee profundizar.

Esto podría ser cosa del pasado si no hubiésemos visto cómo se celebra anualmente un homenaje a los hermanos Badia (5), y como hace unos años contaron en el acto con la presencia del señor Oriol Junqueras, hoy en día Vicepresidente de la Generalitat y Presidente de ERC.

Pero no es la única sorpresa del presidente de un partido que se denomina «Esquerra». Hace muy poco tiempo apareció en la portada del ABC (6) junto a otro grupo de serviles (¡ojo!, Bertín Osborne, Cospedal, Borja Prado…) defendiendo ni más ni menos que la retransmisión de la misa católica dominical. No en TV3, no, en Televisión Española. Todo ello debido a las críticas que sobre ello habían realizado diputados de Podemos.

Y por si su conservadurismo no había quedado claro, la página «InfoVaticana» se hace eco de declaraciones en diversos actos públicos de este personaje donde hace «llamamientos a que haya vocaciones» (7). Es importante señalar que en intención de voto hoy en día la antigua CiU, hoy PDeCAT, está en caída libre, pero es ERC quién recoge los votos perdidos por aquella formación, subiendo en las encuestas espectacularmente.

No podemos olvidar tampoco que Oriol Junqueras tiene un antecesor digno de mención: Heribert Barrera, el que fuera Secretario General de ERC (1976-1987), presidente del mismo (1991-1995), presidente del Parlamento catalán (1980-1984) y diputado del Parlamento Europeo (1991-1994). A pesar de sus opiniones sobre la inferioridad mental de los negros o el peligro que corría la cultura catalana con la invasión de los inmigrantes, fue homenajeado sin pudor, no solo por Josep Anglada, dirigente de Plataforma per Catalunya (8), sino que recibió la Medalla de Oro de la Generalitat (9), además de haber sido miembro del Consejo Consultivo de Omnium Cultural. Hoy esta entidad es una de las que encabeza el impulso nacionalista en Cataluña estando presidida por el empresario Jordi Cuixart.

Resulta también cuando menos curioso que uno de los tópicos utilizados por el independentismo sea acusar de franquistas a todos al sur del Ebro, mientras uno de sus alcaldes a quien hemos visto ser aplaudido hace poco en su visita al juzgado para prestar declaración por el referéndum, Ferrán Bel, defendió la continuidad en 2010 del monumento franquista en su localidad, Tortosa, junto a varios de sus concejales. Su retirada se había llevado al Pleno del Ayuntamiento avalada por 2000 firmas de los vecinos que fueron aplastadas por sus votos (CiU) y los del PP. (10)

De igual modo, parece que pasa inadvertido a la memoria que los monjes de la abadía de Montserrat defendieron a sus homólogos del Valle de los Caídos (benedictinos todos) ante el intento de acabar con ese parque temático del franquismo en aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Esos mismos monjes que lo mismo reciben en 1940 a Himmler buscando el Grial (11) que organizan actos por la independencia desde 2014 (12). Todo muy identitario.

Y aunque cuando se atacan las políticas del Gobierno catalán los independentistas suelen escurrir el bulto señalando a CiU como responsable, es conveniente recordar que solo se han cambiado la careta, prácticamente todos siguen ahí bajo la nueva marca PDeCAt con Artur Mas como presidente del partido. Como todos sabemos al frente de la Generalitat también se sitúa un convergente, Carles Puigdemont, y hemos tenido que ver respaldos sorprendentes a esta derecha catalana como el que brindó el dirigente de las CUP David Fernández abrazándose el 9-N a Artur Mas, las declaraciones de este y otros miembros de CUP ante la imputación del convergente diciendo que era «uno de los suyos», o a un «anarco»-independentista supuesto argumentando que a Pujol se le criminaliza por ser catalán porque solo ha recibido una herencia de su padre (13). No son casos aislados o extremos de una situación social. Son ejemplos del abandono generalizado de la lucha de clases y de la conciencia de la misma, que se aparta inevitablemente para dar paso a la cuestión nacional como ya advirtieron muchos antes que nosotros.

¿Qué hay del «derecho a decidir»?

Esta formulación novedosa ha sido uno de los escudos con los que se ha llegado al punto en el que estamos. Hay que reconocer a sus creadores que son fantásticos lanzando un eslogan con el que obligadamente hay que estar de acuerdo si no eres poco menos que un esclavista, claro. Habría que situarlo a la altura de los que decidieron llamar al movimiento antiabortista «provida», ¿quién va a ser promuerte? Nadie, quizá Millán Astray y sus locos legionarios.

Quienes enarbolan este «derecho» en el Parque de la Ciudadela como quienes se reúnen al lado de la Plaza de Neptuno nos lo recuerdan siempre que tienen oportunidad a los partidarios de la democracia directa. Por ello cuando esta gente nos aborda defendiendo el «derecho a decidir» lo primero que habría que haber preguntado es cuáles son los límites de la decisión, quién tiene ese derecho y si se dan las condiciones de libertad, seguridad e imparcialidad que cualquier consulta requiere para ser considerada como tal. Evidentemente la convocatoria y los hechos represivos que la han rodeado quedan lejos de reflejar la voluntad real de la mayoría de personas a quienes estaba dirigida.

Nadie diría que la votación del «Anschluss» fue la aplicación del «derecho a decidir» por más que se mostrase con la careta de un referéndum. Pues de igual forma, y con un resultado popular excelente por lo que hemos visto, han utilizado esa fórmula para decidir la separación de una estructura del Estado español e intentar generar a través de ella un Estado nuevo. Solo que esta vez en lugar de ejercer el miedo y la fuerza directamente sobre los votantes para forzar la decisión, se aprovecha la fuerza y la violencia del contrario en una suerte de aikido político. Tal es así que con poco más de un 40% de participación y un 38% de síes (sobre el censo) se pretende dar por bueno el resultado (14). Si es un derecho no puede ser extinguido por mucho que terceros me impidan ejercerlo, y es kafkiano que encima lo haga la parte que lo ha puesto encima de la mesa y no sea recriminada por ello. Esto evidencia la adhesión que se ha logrado a las élites catalanas que siempre han querido decir «derecho a la independencia», algo mucho más difícil de colocar en el mercado propagandístico.

¿Y qué hay de la represión?

Efectivamente ese es el otro escudo indestructible tras el que se parapeta el discurso independentista actual, incluso diría que también en el pasado, y lo que todo el mundo reconoce que ha generado más adeptos a la causa nacional. Lo hemos visto multiplicado exponencialmente este 1 de octubre. Cuando hacemos crítica del Estado como elemento subyugador no lo hacemos porque sí. Esta es la reacción normal de quien en esencia es violencia. Lo curioso es que esa coerción se está ejerciendo ahora mismo con las reglas que los mismos dirigentes catalanes han aprobado para «participar» y «cambiar las cosas desde dentro». Es indudable que una carga policial es la imagen más icónica de la violencia estatal. Sin embargo dependiendo del contexto no reaccionamos de la misma forma. No nos vamos a inmutar cuando los aficionados del Legia, o los Ultra Sur reciben los empujones y los gomazos de la Policía Nacional, sabiendo perfectamente por qué se utiliza la «herramienta». Condenaremos sin dudarlo un instante las agresiones que Guardia Civil y Policía Nacional perpetraron el día de la consulta (las grabaciones, como siempre, son espeluznantes), las entradas en domicilios y sedes políticas sin orden judicial que se han llevado a cabo, reconociendo al mismo tiempo que no podemos empatizar con muchos de esos miembros de partidos catalanes citados a declarar a los que se aplaude, cuando «antesdeayer» han estado llamando a gritos y justificando posteriormente la represión a movimientos populares. La sobreactuación ha sido amplia, pero por poner un ejemplo podríamos referirnos a la «indignación» del señor Junqueras diciendo que «dónde se ha visto que la policía cargue contra gente desarmada con los brazos levantados». Pues allí mismo, no hace tanto, muy cerca del asiento que su culo ocupa en el Parlament. Desde las declaraciones de Carod Rovira (ERC) contra el 15-M (15), hasta las cargas de los Mossos en Plaza Catalunya el 27-M, o las reacciones a la protesta ante el Parlamento catalán, que hizo salir entre otros al consejero de Interior, el psicópata Felip Puig, en helicóptero, y la posterior represión judicial a los manifestantes ilustran el carácter de esta gente que ahora muestra su mueca de víctima (cuando por cierto a ellos no los han tocado, los golpes se los han llevado los de siempre). En aquél momento la calificación de «violentos» fue repetida hasta la saciedad en todos los medios, e incluso en una declaración de todos los parlamentarios, contrastando con su integridad absoluta (bueno, resultó dañada una chaqueta pintada con spray y les tiraron una piel de plátano). Y mientras oíamos los discursos se pudieron ver multitud de imágenes donde la gente era golpeada, pisoteada, pateada y detenida. Todo en el mismo día en que se rechazaban las enmiendas a la totalidad que presentaban otros partidos a los presupuestos antisociales del gobierno catalán con los votos de PP y CiU. (16)

La gestión del terrorismo, como el discurso nacionalista obran milagros como el que hemos visto últimamente con los Mossos. Tan pronto era la policía europea con más acusaciones por tortura y malos tratos como los héroes de las Ramblas o del referéndum. Tan pronto había una mujer que perdía un ojo en una manifestación o un mantero se caía por el balcón de su casa cuando entraban en ella; o un hombre se moría de repente de madrugada mientras le daban una paliza; o veíamos imágenes de las torturas en la comisaría de Les Corts, que aparecía el señor Trapero (el mismo que salía a justificar todo lo anterior) y todo el mundo confiaba de repente en su carácter democrático y su defensa de las libertades. Hasta les hemos visto «llorar por la violencia».

Lo que está claro es que el discurso identitario se esconde detrás de la pantalla de «la represión inherente a España» olvidando que esa represión nos une a los que la sufrimos, ya sea el 1-O en Barcelona o el 22-M en Madrid (hay videos en youtube sin demasiadas diferencias), se ha ejercido en todas partes (en esto hay que reconocerles lo democráticos que son), y su aplicación se debe precisamente al cuestionamiento de la autoridad, sea la del actual Estado español con la Policía Nacional, la del Parlamento catalán con los mossos o la del buscado Estado catalán con los mismos agentes.

¿Hay posibilidades al menos de utilizar la coyuntura para beneficio de la clase trabajadora?

No vemos de qué manera. Máxime cuando sabemos que la desorganización de los trabajadores es la norma (17), que los sindicatos convocantes son minoría si no contamos con CCOO y UGT y su larga tradición traidora, y que incluso la ANC y Omnium Cultural con un empresario «moderno» a la cabeza convoca movilizaciones (18).

Y esto atendiendo únicamente a los trabajadores catalanes, porque la dinámica de las cosas (algo por lo que siempre se han criticado desde nuestras posiciones los planteamientos nacionalistas) hace que se establezca una división entre trabajadores de un lado y del otro de la nueva frontera que se está dibujando. La aparición de banderas españolas en muchas ciudades (cuando no de pajarracos o esvásticas) y de emisiones del himno a través de las ventanas, es el efecto colateral que seguro que muchos hemos apreciado últimamente en ciudades y pueblos fuera de Cataluña, algo que no se veía habitualmente.

Podríamos hacer futuribles sobre la república catalana con el beato Oriol Junqueras de presidente o la nueva mayoría absoluta de Rajoy para el resto, pero incluso desistiendo de hacer apuestas el panorama no parece halagüeño en ningún caso.

Lo que creemos que es de absoluta necesidad es repensar el papel que se está jugando en todo este asunto, la incoherencia que mantenemos aturdidos por la corriente mayoritaria o los discursos de los medios de masas para consumo de la «izquierda», y centrar de manera firme nuestros esfuerzos en el desarrollo y avance de la conciencia de la clase trabajadora, que nunca ha tenido patria.




NOTAS:
 (1) Recomendamos el trabajo titulado «Que ardan todas las patrias».
 (2) Responsable de la ANC en Madrid: «Cataluña es la última colonia española».
 (3) Resultados de la ratificación de la Constitución Española de 1978.
 (4) Por poner un solo ejemplo podríamos hablar de la Reforma Laboral de 2012 aprobada con los votos de PP, CiU, UPN y Foro, y la oposición de todo el resto de parlamentarios.
 (5) En el acto de este año asiste el secretario de Organización de las juventudes, Joán Solá.
 (6) «Yo sí voy a misa», decía la portada.
 (7) Incluso afirma haber tenido conversaciones con Ratzinger en el Vaticano.
 (8) Algo lógico por otra parte, visto lo visto. Ojo a los resultados electorales, que no hay partido con un discurso nazi explícito en el resto de España que los obtenga.
 (9) En este artículo se recoge una foto curiosa del homenaje y sus «frases célebres».
 (10) El «Monumento a la Batalla del Ebro» sigue siendo el monumento franquista de mayores dimensiones de toda Cataluña.
 (11) En el artículo, aunque de reducidas dimensiones, hay una fotografía del padre Ripol saludando a Himmler.
 (12) Además de este artículo, no es difícil encontrar las homilías que se están haciendo hoy sobre el tema.
 (13) La Vanguardia, y Diario12, respectivamente.
 (14) Cifras del referéndum en eldiario.es.
 (15) En este artículo hay un resumen de esto que dijo: «Los españoles tienen todo el derecho del mundo a indignarse. Pero si quieren hacerlo como españoles, mejor será que no se confundan en el mapa y se manifiesten, se indignen, meen, pinten, griten e insulten allí donde les corresponde: en su país. Al fin y al cabo, no está lejos y está bien comunicado. Ese internacionalismo progre que va de apátrida, de anacional, de cosmopolita, cuando se expresa en el marco de una nación que no está normalizada políticamente está haciendo el juego al nacionalismo dominante: el español, por supuesto. Basta, pues, de complicidades ingenuas y de hacer el bobo con esa indignación de pacotilla.» (No comment.)
 (16) El País 15-06-2011. Se encargaron de recordar que «no se puede parar la actividad del Parlament». En 2015 el Supremo condenaría a 8 personas a 3 años de prisión.
 (17) Este artículo en Solidaridad Obrera, reconoce lo afirmado: «La otra cuestión se sitúa en el contexto actual, en el que debido a la atomización de un movimiento popular que pueda hacer de contrapeso a la burguesía catalana y un movimiento obrero prácticamente inexistente carecerían de la necesidad histórica de las fuerzas represivas del Estado Español (Guardia Civil, Ejército…) para combatir dichos movimientos, más aún ahora que disponen de un cuerpo de Mossos d’Esquadra moderno y desplegado en todo el territorio.»
 (18) Jordi Cuixart, su presidente, es propietario de Aranow Packaging Machinery y fundador de la fundación privada de empresarios FemCat.