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viernes, 12 de octubre de 2018

Joe Hill. Sindicalismo con banda sonora

 

Introducción al libro de Carlus Jové Joe Hill. Sindicalismo con banda sonora

Salt Lake City no es sólo conocida por sobornar al Comité Olímpico para poder celebrar los Juegos de Invierno del 2002. Esta ciudad estadounidense también fue donde Joe Hill vio la luz por última vez antes de ser ejecutado, acusado sin apenas pruebas concluyentes de un crimen que él siempre negó haber cometido. El tiempo qué duró su proceso judicial estuvo marcado por fuertes protestas en todo el país e incluso provocó tensiones entre el gobierno federal estadounidense y el sueco por un lado, y el del estado de Utah por el otro. En su funeral, más de 30.000 personas se manifestaron para honrar la vida y obra del que ya se había convertido en un mito y voz de la clase trabajadora de EEUU.

Pero, ¿quién fue este personaje capaz de provocar tanto revuelo? Para la mayor parte de la gente el nombre de Joe Hill puede no significar nada. Sin embargo, si preguntamos a cualquier sindicalista estadounidense seguro que el nombre le resulta, como mínimo, familiar. El legado musical de Joe Hill en ese país, a pesar de no ser su tierra natal, ha pasado de generación en generación y forma parte de la tradición musical obrera de Estados Unidos. Sus canciones han sido editadas por varios sindicatos; reconocidos cantautores como Woody Guthrie y más actualmente Billy Bragg han interpretado sus temas en más de una ocasión.

A pesar de la gran divulgación de sus canciones en los países de habla inglesa y en su propio país, Suecia, la realidad es que su trayectoria musical y personal pasa bastante inadvertida. Sin embargo, también podemos encontrar múltiples referencias a su obra continuamente. Bandas actuales de rock sueco como Refused o Randy han utilizado canciones o versos en sus discos. Incluso la serie de dibujos animados Los Simpsons le hizo un guiño en una ocasión al llamar a un conductor de tren Casey, nombre que Hill puso a un maquinista esquirol en una de sus canciones. Otro ejemplo ilustrador es la utilización por parte de la Confederación Nacional de Trabajo (CNT) de una frase de Hill a modo de eslogan, «¡no te lamentes, organízate!», en los años setenta y ochenta. Incluso el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, le rindió tributo en una ocasión, seguramente sin saberlo, cuando utilizó la expresión «pie in the sky», creada por el mismo Joe Hill como verso de su canción The preacher and the slave.

Todo esto nos puede mostrar hasta qué punto puede ser interesante conocer la historia de Joe Hill, y más teniendo en cuenta que ésta va íntimamente ligada al desarrollo de la Industrial Workers of the World (IWW), primera central sindical estadounidense en desafiar abiertamente al capitalismo y en plantear una lucha unitaria de los trabajadores, independientemente de su género, raza o cualificación profesional.

No obstante, hacer una biografía de Joe Hill puede resultar una tarea algo complicada. Él mismo decía que era un ciudadano del mundo, alguien que había nacido en un lugar llamado planeta Tierra y que los detalles no importaban mucho. Su afición a ocultar los datos sobre su propia vida nos fuerza a hablar de él en base a la información proporcionada por otras personas, lo que puede suponer una falta de rigor en ocasiones. Pero ésta no pretende ser una biografía escrupulosa ni minuciosa. Lo que aquí intentaremos mostrar es cómo la vida de una persona se vinculó a la lucha de una época y cómo su obra, en este caso musical, influyó en el desarrollo de los acontecimientos transformándose en una parte más de ellos, seguramente la menos dramática.

Casi todas las luchas que han intentado cambiar el mundo se pueden relacionar con una canción o cualquier otra manifestación artística. Ahí están La Internacional, la canción de los partisanos italianos Bella Ciao o los himnos populares anarquistas A las barricadas e Hijo del Pueblo, que inundaron las calles de Barcelona durante la revolución de 1936. La música une, emociona, transmite sensaciones e ideas. El arte no es sino un reflejo de la sociedad y del momento en que nace.

¿Fue Joe Hill un cantautor con alma revolucionaria o fue, por el contrario, un revolucionario con alma de cantautor? Podríamos dedicarnos a especular sobre este tema a lo largo y ancho de este librito, pero sería una pérdida absoluta de tiempo. Lo único que nos importa aquí es que, indiscutiblemente, su vida y obra se pusieron al servicio de la emancipación de la clase trabajadora y que contribuyó, en lo que pudo, a hacer de éste un mundo más libre y justo. Todo lo demás es materia de discusión para noches de insomnio.

7 octubre 2018

martes, 3 de abril de 2012

JOE HILL


Joel Emmanuel Hägglund, más conocido como Joe Hill y también como Joseph Hillström (1879-1915), músico y sindicalista norteamericano de origen sueco, miembro de la Industrial Workers of the World (IWW). Fue uno de los precursores de la canción de autor y de protesta político-social. Murió ejecutado por el cargo de asesinato después de un controvertido juicio.



Vida y actividad en la IWW

Joe Hill, hijo de un trabajador ferroviario, nace en Gävle, provincia de Gästrikland (Suecia), el 7 de octubre de 1879. Se cría en el seno de una familia protestante y aprende a tocar el órgano, el piano, el acordeón, el banjo, la guitarra y el violín. En 1887 muere su padre, y en 1902 su madre. En ese año Joe emigra a Estados Unidos junto con uno de sus cinco hermanos (el padre tuvo nueve hijos, de los cuales sobrevivieron seis), atraído como muchos otros emigrantes por la imagen idílica de este país como tierra de las oportunidades.

Recorre EE. UU. contemplando la realidad social de este país, y las duras condiciones de trabajo a las que se veían sometidas las clases trabajadoras. Desempeña varios oficios como minero o estibador portuario. Se instala finalmente en California, donde cambia su nombre al de Joe Hill, y en 1910 se afilia al sindicato IWW, popularmente conocidos como los wobblies. Será uno de los líderes en la huelga de los trabajadores del muelle de San Pedro, California.

En su militancia en el sindicato IWW, comenzará a utilizar la música como modo de lucha y de difusión de las consignas políticas y reivindicaciones sociales, cantando en las reuniones sindicales y en las calles de los barrios obreros. La letra de varias de sus canciones serían editadas y difundidas en los periódicos y boletines sindicales. La fórmula musical utilizada era incluir estrofas con contenido reivindicativo y pegadizas a las canciones populares formando así himnos combativos que pudieran ser aprendidos con facilidad y cantado por los obreros en las movilizaciones y huelgas. Todas esas canciones serían recopiladas por el sindicato en el Libro rojo de canciones (Red Songbook).

Sus canciones frecuentemente tomaban melodías populares de canciones de la época. El acuñó la conocida frase en el idioma inglés : "pie in the sky", que aparece en su canción "The Preacher and the Slave" (una parodia de el himno "In the Sweet Bye and Bye"). Otras canciones destacadas escritas por Joe Hill son "The Tramp (song)|The Tramp", "There is Power in the Union", "Rebel Girl", and "Casey Jones: Union Scab".



En 1911 se encuentra en Tijuana (México), participando junto con un grupo de insurrectos contrarios a la dictadura de Porfirio Díaz.

Juicio y ejecución

A causa de su activismo político deja de ser contratado por los empresarios de California. Luego de cierta inestabilidad laboral, viaja a Utah a buscar trabajo en las minas de Silver King en Park City, cerca de Salt Lake City. Allí prosigue su lucha sindical y participa en la organización de una huelga en 1913.

El 10 de enero de 1914, John G. Morrison y su hijo Arling fueron asesinados en su negocio de carnicería de Salt Lake City por dos intrusos armados, enmascarados con pañuelos rojos. Arling repelió el asalto y disparó con un revólver hiriendo a uno de los asaltantes antes de morir. La policía inicialmente investigó el caso como una venganza, porque nada había sido robado y debido a que John Morrison había sido policía durante años y presuntamente tendría enemigos.

En esa noche, Joe Hill concurrió a la puerta de un médico local, por una herida de bala. Hill dijo que había sido herido en una discusión con una mujer, de la que no quiso declarar el nombre. El doctor informó que Hill estaba armado con una pistola. En el domicilio de Hill se encontró un pañuelo rojo, pero no la pistola.

Hill negó enfáticamente la acusacion. Sus abogados argumentaron que otras cuatro personas habían sido atendidas por heridas de bala en Salt Lake City esa misma noche, y que Hill no tenía relación alguna ni motivo para asesinar a Morrison.

La fiscalía convocó a una docena de testigos que declararon que el asesino se parecía a Hill, incluyendo al otro hijo de Morrison, Merlin Morrison, de 13 años, que luego de declarar que Hill no era el asesino, cambió su declaración más tarde. En apenas dos horas de debate, el jurado lo declaró culpable.

Según una historia que circuló profusamente, Hill habría estado en cama con una mujer casada la noche del asesinato, y para no arruinar la reputación de la mujer, habría desistido de su coartada. Esta es la historia que se ha repetido en muchas canciones y en la película sobre su vida, Joe Hill (1971).

La apelación a la Corte Suprema de Utah no dio resultados. Orrin N. Hilton, el abogado de Hill en la apelación, declaró: "El principal caso que el Estado tenía contra Hill es que había sido un miembro de la IWW y por lo tanto estaban seguros de su culpabilidad."

El caso se convirtió en un suceso periodístico. Woodrow Wilson, la autora ciega y sorda Helen Keller, y gran parte del pueblo de Suecia hicieron peticiones de clemencia, generándose la atención internacional, y reclamando por la convicción de que el juicio había sido injusto.

Hill fue fusilado el 19 de noviembre de 1915, y lo último que dijo fue "¡Fire!" ("¡disparen!"). Poco antes de su ejecución, había escrito a Bill Haywood, un dirigente de la IWW, "Adiós, Bill. Muero como un leal rebelde. No pierdan su tiempo con lutos. Organícense... ¿Podrías arreglar para que mi cuerpo sea trasladado fuera de los límites del estado para ser enterrado? No quiero yacer en Utah".

En 1970 el cineasta sueco Bo Widerberg dirige una película sobre la figura de Joe Hill. En conmemoración del 50 aniversario de la ejecución de Joe Hill, Philip S. Foner editó el libro The Case of Joe Hill, sobre el juicio y los hechos relacionados, concluyendo que el caso estuvo seriamente mal llevado.



La Balada de Joe Hill cantada por Phil Ochs en un concierto en Suecia.