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viernes, 30 de noviembre de 2018

La ideología del peronismo

    En su última visita a la Argentina Pablo Iglesias reivindicaba ¡las raíces peronistas de Podemos! El peronismo es algo confuso, tiene tanto elementos izquierdistas como derechistas, pero el militar que dio nombre a tal movimiento político siempre mantuvo simpatías con el fascismo (y el franquismo) y profesaba un ferviente anticomunismo. El filósofo anarquista Cappelletti ya nos hablaba de este engendro político-populista...


Pablo Iglesias junto a la expresidenta argentina
Cristina Fernández de Kirchner en su visita al país.

Por Ángel J. Cappelleti

El fenómeno del peronismo desconcierta al observador europeo y latinoamericano. El movimiento aparece como algo contradictorio y confuso, tanto en su desarrollo histórico como en su composición social. Cuando se trata de definir su ideología, la contradictoriedad y la confusión suelen alcanzar niveles apocalípticos, al menos en el periodismo y en el hombre de la calle. Se ha llegado a sostener que ideológicamente el peronismo no es nada, puesto que lo es todo o casi todo. Esta tesis, que no deja teoría del fin de las ideologías, se basa sin embargo principalmente en el equívoco generado por los siguientes hechos:

1. El movimiento peronista, cuyo policlasismo nadie niega, acogió en su seno individuos y grupos provenientes de los más dispares rumbos ideológicos (radicales, conservadores, demócratas-cristianos, nacionalistas de diversos matices, socialistas, comunistas, trotskistas, sindicalistas, anarquistas, etc.). Cada uno de ellos vio —o quiso ver— en Perón algo de sus propios orígenes, cada uno pretendió imprimir al peronismo, consciente o inconscientemente, el sello de su anterior modo de concebir la realidad social y política.

2. El propio Perón adoptó una actitud mimética y camaleónica —que formaba parte no sólo de su arsenal táctico y estratégico sino también de su propia ideología— gracias a la cual aparecía sucesiva y, a veces, simultáneamente representando posiciones o matices de pensamientos muy diferentes. A pesar de esto, un esfuerzo por detectar históricamente la esencia de la ideología peronista no tardará en revelarnos la existencia de un proyecto originario de Perón, que hicieron suyo sus colaboradores inmediatos y que, por debajo de otros múltiples proyectos y programas, surgidos como respuestas a las variables exigencias del devenir socio-económico y político, se mantiene constante.


Perón en su última visita a la España de Franco, 1973.

Por más importante que haya sido la voluntad de poder del propio Perón y las características de su personalidad en el surgimiento del peronismo, no puede negarse la existencia de ese proyecto original, que supone una verdadera definición ideológica. Si el peronismo se comprendiera simplemente a partir de un diagnóstico caracterológico de Juan Domingo Perón, quedarían sin dudas muchas cosas inexplicables y se plantearían más problemas de los que podrían así resolverse.

Tampoco basta con decir que «el peronismo es una respuesta política a las condiciones sociales y económicas imperantes en la Argentina de 1943», o que «fue una necesidad histórica cuya misión se cumplió al facilitar el acceso del proletariado a la escena política, como etapa preparatoria de una revolución profunda» (Carlos S. Fayt, La naturaleza del peronismo, Buenos Aires, 1967, pág. 16).

Se trata precisamente de averiguar qué clase de respuesta política fue, porque obviamente esas condiciones sociales y económicas podrían haberse enfrentado de otra manera (como, por ejemplo, a través de la socialdemocracia o del sindicalismo revolucionario, que tenían ya más de medio siglo de luchas en el escenario nacional).

Decir que su misión fue facilitar el acceso del proletariado a dicho escenario, como etapa previa a la revolución, es una contra-verdad casi perfecta, ya que el análisis del proyecto originario de Perón nos indica claramente, como veremos, que su misión fue facilitar el acceso del proletariado al escenario político nacional para que sirviera de comparsa brillante a los verdaderos héroes del drama: el Estado y las clases dominantes.

Juan Domingo Perón, como capitán, había formado parte del grupo de oficiales, mayoritariamente conservadores o filo-fascistas, que bajo el mando del general Uriburu planearon y ejecutaron el golpe de Estado del 6 de septiembre de 1930, contra el presidente constitucional Yrigoyen. A principios de 1939 viajó a Italia, en misión de estudios, supuestamente militares, pero en realidad como observador político. Allí permaneció hasta fines del año siguiente.

A su educación militar, a su extracción social oligárquica (descendiente de estancieros), a sus previas simpatías por el autoritarismo y el conservadourismo, el triunfante fascismo italiano le dio una definición precisa. Perón fue gran admirador de Mussolini. Más de una vez declaró: «Me propongo imitar a Mussolini en todo, menos en sus errores». Su básico anticomunismo de militar terrateniente encontró en la doctrina fascista el único antídoto frente a la marea roja y el único preservativo contra la revolución. Sólo un Estado fuerte y totalitario, que estructure la sociedad jerárquicamente y se sitúe como árbitro supremo de todas las diferencias entre trabajadores y patronos, entre obreros y capitalistas, será capaz hoy —piensa Perón en 1940— de conservar los valores tradicionales, eternos y sacrosantos, de la propiedad privada, la familia patriarcal, el ejército guardián del orden y la moralidad, etc.
 
Celebración del 1º de Mayo en Buenos Aires, 1955.

«Ideológicamente condicionado a no ver otra disyuntiva que la de "Roma o Moscú" —fascismo o comunismo—, según el conocido lema mussoliniano, Perón consideraba inevitable que la caída de Roma sólo abriría caminos a la expansión soviética» (P. Giussani, Montoneros. La soberbia armada, Buenos Aires, 1984, pág. 169).

Por otra parte, Perón es un realista y un agudo observador del devenir político-militar. Al retornar a la Argentina sospecha ya que el Eje perderá la guerra y que el fascismo será mundialmente derrotado. Los dos o tres años siguientes confirman, hasta disipar toda duda, esta sospecha.

El fascismo clásico —el de Mussolini— no podrá ser implantado, pues, en ninguna parte, ni siquiera en la Argentina. Y, sin embargo, sin fascismo no hay solución alguna. Se trata, entonces, de disfrazarlo en la medida de lo posible y en la medida de lo necesario. El genio político de Perón consiste principalmente en esto: en haber hecho aceptable y, más aún, en haber logrado que una gran parte del pueblo argentino (y, particularmente, la clase obrera) abrazara con entusiasmo y fervor una ideología desprestigiada por la derrota, universalmente repudiada, deshonrada y vilipendiada por la historia.

Del fascismo conservó la ideología peronista o «justicialista» la idea del Estado, fuente de toda razón y justicia; la idea de la sociedad organizada corporativamente, esto es, por estamentos; el nacionalismo retórico; el anticapitalismo de oropel; la noción de las fuerzas armadas como corazón de la patria; la utilización de la Iglesia como freno de las rebeldías, y de la religión como opio del pueblo; la doctrina de la tercera posición, que no era otra cosa sino la pretensión de Hitler y Mussolini de tener una oposición opuesta igualmente al capitalismo y al comunismo, y en fin, también la propuesta de un socialismo-nacional que no era sino nacional-socialismo. El disfraz, confeccionado por el propio Perón, era sin embargo, genialmente sencillo. Consistía en sustituir la cachiporra y el aceite de ricino de los escuadristas del fascio por el pan dulce y la botella de sidra de los muchachos de la unidad básica; en cambiar el terror por la sonrisa bonachona, el «domicilio coatto» por las colonias de vacaciones, la exaltación del Imperio por la ley de jubilaciones. La comunidad organizada de la cual Perón hablaba no era sino la sociedad corporativa que Mussolini había ideado, el verticalismo justicialista se llamaba igual que el fascista, pero, valido de su astucia criolla, de sus mañas de militar campechano y querido de la tropa, de su familiaridad con actrices de medio pelo, el General supo hacerlos potables y aun apetecibles para la mayoría de los trabajadores argentinos. El peronismo se convirtió en un fascismo benevolente, populista, más corruptor que violento, pero, sin duda, no por eso menos repudiable.

Caracas, 1984.

Ensayos libertarios
Ed. Madre Tierra (1994)

Buenos Aires, Primero de Mayo de 1974.

lunes, 27 de febrero de 2017

Historia de Podemos y el futuro de la izquierda en España

 

Por MARCOS ROITMAN ROSENMANN

Hace un lustro las instituciones pilares de la transición en España, la monarquía, el parlamento, la justicia y los partidos políticos tradicionales fueron puestos en la piqueta. Crecían la indignación, las protestas, las mareas de la dignidad, se arrastraba desencanto e indignación. La ciudadanía, al menos parte no desdeñable, salía a las calles y gritaba: «No nos representan». Lo más visible de una sociedad civil organizada y militante se aprestaba a decir no. Fue un no rotundo a los andares y maneras de enfrentar la crisis, cuyos resultados se visibilizaban en la pérdida de derechos, la privatización de la sanidad, la educación, el agua y los servicios municipales. La subida del IVA, la congelación salarial, la quita de prestaciones sociales y leyes represivas completan el escenario. Entre los efectos, aumento de pobreza, desigualdad y, por encima de todo, pérdida de legitimidad de un orden político desgastado. Los gobiernos de Rodríguez Zapatero y el primero de Rajoy aumentaron la indignación. Crecieron los desahucios mientras los bancos eran rescatados y las grandes fortunas gozaban de amnistía fiscal. Por otro lado, los dos grandes partidos, el PSOE y el PP, se confabulaban para hacerlo peor. Ninguno quiso asumir sus responsabilidades en la crisis. Se limitaron a negarla o bien a señalar que no se podía hacer nada. Obedecían las órdenes de la troika.

En esta dinámica la izquierda política, representada básicamente por Izquierda Unida, sufría una quiebra y la corrupción horadaba su fuerza. Algunos de sus dirigentes convirtieron la organización en reinos de taifas y parte de su militancia abandonó por desgaste, repercutiendo en el imaginario colectivo de sus votantes. Cuanto más izquierda organizada se necesitaba, más divisiones se producían. Por último, los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, sufrían el embate del neoliberalismo. La derecha y la patronal impusieron un discurso político declarándolos trastos viejos, prescindibles, llenos de burócratas dependientes de subvenciones y nada representativos. Los escándalos los salpicaban.

En esta realidad, la nítida frontera entre derecha e izquierda se desvanecía. La mejor demostración fue el 15M. Indignación pura. Tal como vino, se fue. Nadie se puede apropiar del 15M o arrogarse su espíritu. Hubo muchos 15M. Pero abrió un espacio, los partidos hegemónicos entraron en crisis. Nació en España el grito que lo identifica: «Sí se puede».

En el corto plazo la oportunidad política de condensar las emociones, articular un proyecto ilusionante y convergente se muestra viable. A finales de 2013, Izquierda Anticapitalista realiza esta lectura. Podemos es la resultante. El trabajo se acumula. Para salir a la palestra, qué mejor que las elecciones al parlamento europeo del 25 de mayo de 2014. En breve tiempo se trazan las líneas maestras. El candidato propuesto debe ser conocido en los medios de comunicación, contar con un mínimo de aceptación social, sobrepasar los límites de un candidato adscrito a su organización. Eran necesarios 300 mil votos e Izquierda Anticapitalista sólo había logrado 20 mil en las elecciones anteriores. Pablo Iglesias emerge como la persona idónea. Reúne todos los requisitos. Tan es así que la papeleta de voto, por vez primera, lleva la foto del candidato para hacerlo reconocible, dado que Podemos es una invención sin historia. El éxito de la operación supera las expectativas. No sólo se obtienen los votos para elegir a Pablo Iglesias. Otros cuatro candidatos logran escaño. La ilusión se desborda. Podemos adquiere carta de ciudadanía.

Sus dirigentes cobran notoriedad pública, comienza la vorágine organizativa. La primera Asamblea Ciudadana se celebró en octubre de 2014. Vista Alegre 1. «Sí se puede» La síntesis, «asaltar los cielos». Son, dirán, un método para tomar el poder y sacar al PP del gobierno. El primer triunfo: anular a Izquierda Unida y pasar a ser los «únicos» representantes de la izquierda. Así los ve la sociedad civil. Crecimiento exponencial, círculos, consejo ciudadano, implantación en todo el territorio. Copan los medios de comunicación. Son novedad. Al año siguiente, elecciones municipales y autonómicas. Otro salto. Alcaldes y diputados autonómicos, entras y son institución. Recomponen estrategia. Firman pactos con el PSOE, abandonan el discurso anticasta. En 2015, otro triunfo: las elecciones generales de 2015 los sitúan como tercera fuerza política. Pero la historia se tuerce. A partir de ese instante, impidiendo la investidura para presidente de Gobierno de Pedro Sánchez, candidato del PSOE, pactado con Ciudadanos, para desbancar al PP. Podemos opta por decir no e ir a nuevas elecciones. El sorpasso fue la propuesta. Adelantar al PSOE por la Izquierda, su enemigo directo, ganar más votos y llegar a la Moncloa. Así, Podemos se presenta al electorado como la alternativa al PP. Los resultados le dieron la espalda. A pesar de la convergencia con Izquierda Unida, se pierden un millón de votos. La apuesta de Podemos fracasa. La caja de Pandora se abre.

Su segunda Asamblea Ciudadana, Vista Alegre 2, recién concluida, se realiza en otro escenario. Purgas internas, desafección (sólo votó un tercio de sus militantes), renuncias de dirigentes, egos enfrentados, soberbia, debates personalistas, acusaciones de manipulación, etcétera. El frágil equilibro, mantenido cuando la meta estaba cerca, se hace trizas. Los medios de comunicación se ceban y la derecha se frota las manos. Se resaltan chascarrillos. El gran debate es sustituido por la inmediatez de controlar la organización y el poder interno. No hay programa, sólo grandes trazos. El discurso llamando a la unidad y pidiendo humildad es poca cosa para una ciudadanía que se ilusionó, junto con los sectores populares y la izquierda social, con un partido político que se proclamaba el instrumento para asaltar el cielo. La esperanza depositada por millones de ciudadanos en Podemos como alternativa de izquierdas se desvanece en el aire. El PP lo sabe, el PSOE se alegra.

18 febrero 2017

domingo, 30 de septiembre de 2012

29S: Así entraron a golpes los antidisturbios en los bares de Huertas


Este sábado, mientras los últimos manifestantes se retiraban cerca de la medianoche de la plaza de Neptuno tras la protesta del 29-S y después de que los antidisturbios cargasen para disolver la concentración, la tensión se multiplicaba en las calles cercanas del madrileño barrio de Huertas, una zona de bares por la que suelen salir muchos extranjeros. En la calle Cervantes se registraron choques entre la policía y los manifestantes y también en la calle Lope de Vega, donde los incidentes quedaron registrados en un vídeo que está teniendo mucha repercusión en Internet. Es, de hecho, la historia más vista del domingo en Menéame.


En las imágenes, se observa cómo un grupo de antidisturbios carga contra un grupo de gente. La calle está repleta de basura y de contenedores tirados. En un momento, la Policía pasa a la acción con fuerza, golpeando con violencia a los que se encontraban por allí, que intentaron buscar refugio en los bares. Esfuerzo inútil, dado que los agentes entraron tras ellos y los sacaron mientras les golpeaban con las porras.

El autor del vídeo es Arturo DM, que vive en un edificio muy cercano a donde se produjeron los incidentes. Explica que estaba en casa tranquilamente cuando escuchó «jaleo» fuera. Al asomarse, se encontró con un panorama dantesco. «Había bastante gente, contenedores tirados haciendo de barricadas para evitar el paso de la Policía. Los antidisturbios estaban en la parte baja de la calle y esperaron allí a que otros compañeros suyos subieran, para tener rodeada a la gente que estaba en la calle», recuerda en una conversación telefónica. 


«SENTÍ IMPOTENCIA»

«La mayoría de la gente se dispersó entonces, pero quedó un grupo que se vio rodeado y fueron a buscar refugio a los bares», rememora Arturo, que señala que él no vio ningún tipo de agresión de la gente a la Policía. «Los antidisturbios entraron en los bares a por ellos y les empezaron a sacar a base de porrazos», asegura. 

Uno de los bares en los que buscaron refugio fue el Terramundi. «Entraron entre cinco y siete antidisturbios golpeando. Iban solo a por ciertas personas que habían entrado, pero todos nos llevamos un susto muy feo. Gritaban: '¡Fuera, fuera!' y les daban porrazos», explica una empleada del establecimiento. Los antidisturbios también irrumpieron en el bar Quevedo, como recogen otros dos vídeos que circulan por la Red. Los testigos aseguran que en el local no había entrado ningún manifestante. Los propietarios del bar, sin embargo, prefieren no hablar de los incidentes. 

Arturo, que asistió a la manifestación del 25-S pero no a la del sábado, vio cómo para sacar «a dos chicas que pesarían 45 o 50 kilos» fueron cuatro policías «que las pusieron a caldo». «Luego, subieron tres lecheras, supongo que para dispersar la zona. Lo que yo pienso es que si esa gente hubiera hecho algo, les hubiesen metido en los furgones. Pero no, se limitaban a dar palos y les dejaban marcharse». Reconoce que desde su balcón no pasó miedo, aunque le daba respeto observar las escopetas apuntando hacia arriba mientras la policía caminaba. «Pensaba: a ver si se le escapa el gatillo y…».

«Sobre todo sentí impotencia. No sabía si bajar a abrirles el portal o qué hacer. Los policías no iban identificados», destaca.

sábado, 29 de septiembre de 2012

El camarero-héroe del 25-S: 'El jefe policial me ha empujado y me he desmayado'


Alberto Casillas, camarero del Bar Prado, fue atendido por el Samur.
La Policía quiso identificar a un grupo de jóvenes que fueron a saludarle.
Presentará una denuncia: 'Es intolerable que estén acosando así'.


Alberto Casillas, el camarero del Bar Prado que el pasado martes se convirtió en uno de los protagonistas de la convocatoria para rodear el Congreso al impedir a los antidisturbios entrar en su establecimiento, vuelve a serlo en la reedición de la protesta, #Vamos29S, al sufrir una bajada de tensión después de que agentes de la Policía Nacional identificaran a sus clientes.

Casillas, de 49 años, ha sido atendido por el Samur en el Paseo del Prado, frente al local en el que trabaja, y después ha abandonado el lugar por recomendación de los servicios médicos.

Según ha explicado, «habían venido unos 25 chavales a saludarme, sencillamente a darme las gracias por proteger a unos ciudadanos el otro día, cuando de pronto han aparecido cinco lecheras de las que han salido un montón de antidisturbios, que han pedido a los chavales que se fueran con ellos aparte para identificarles».

Siempre según su relato, transmitido por él mismo a ELMUNDO.es, Casillas se ha acercado a los agentes «simplemente para decirles que para qué necesitaban identificar a unos chavales que no estaban haciendo daño a nadie, sólo saludándome. Les he dicho que si tenían que identificarles a ellos, que lo hicieran conmigo también».

Lo siguiente ha sido un forcejeo con quien Casillas ha distinguido como «el jefe del operativo»: «Le he pedido de forma educada su número de placa, que están obligados a facilitar si cualquier ciudadano se lo pide. El hombre se ha encarado conmigo, se ha negado a dármelo, me ha empujado y la verdad es que me he asustado y me he desmayado».

Casillas aseguraba esta tarde que se dirigiría a una comisaria de Policía para denunciar lo sucedido: «Es intolerable que estén acosando y amedrentando a los españoles así, ¡es absurdo! El policía me decía que yo estaba alterando el orden público y que me iban a imponer una sanción... ¡A mí, que sólo le pedía que se identificara!».

«Mi hijo se ha quedado discutiendo con él, pero ha sido un momento dramático porque cuando me he dado cuenta estaba tirado en el suelo, y me estaban dando aire. No puede ser lo que está pasando en este país... Yo voté a Rajoy, pero esto no puede ser», ha terminado.


jueves, 27 de septiembre de 2012

Sobre el 25-S español


Lo que ayer viví en la manifestación del 25-S fue algo inaudito, ninguno de los compañeros de prensa podíamos dar crédito.

Fuimos secuestrados literalmente por la policía al interior del cordón policial con la excusa de que era por nuestra seguridad, incluso un compañero que respondió a un policía que salia bajo su propia responsabilidad fue respondido que si no se callaba tenían una furgoneta muy bonita que le podían enseñar.

Por otro lado a dos reporteros les partieron la cámara con la porra, por grabar lo que no les interesaba que grabasen.

El secuestro duro más de una hora mientras la policía efectuaba las cargas más contundentes y dentro del perímetro de seguridad donde nos tenían retenidos y por donde metían a los detenidos, formaban un escudo policial para evitar que tomásemos fotos.

La libertad de prensa fue absolutamente violada, recordaba a los tiempos de Pinochet o Franco.

 Si no podemos realizar nuestro trabajo en libertad se cumplirá el refrán que dice "Ojos que no ven..."

Por cierto, a los que increpan a los periodistas con gritos de "televisión manipulación" les digo que no son los periodistas que se juegan el pellejo entre la lluvia de botellas, empujones, piedras y porrazos para grabar lo que esta pasando los que tienen la culpa de que los medios luego manipulen estas imágenes.


sábado, 14 de julio de 2012

Los 'indignados' toman las calles de Valladolid


Ayer recibo un correo electrónico que me invitaba a manifestarme contra los recortes sociales aprobados por el Gobierno, ponía que era en la Plaza mayor a las 20.00 horas, pero fue en la Plaza de Fuente Dorada.

Alrededor de un millar de personas (y no 300) se concentraron en la susodicha plaza pucelana, centro simbólico de la gente del Movimiento 15-M de la ciudad. Tras hablar algunos componentes, se decidió hacer una manifestación espontánea que pasó por la Plaza Mayor y la Calle Santiago, para girar hasta la sede del PP, donde se coreó frases como «Ahí está, ahí está, la cueva de Alí Babá!» o «¡La corrupción se paga a comisión!». Para volver a salir a la Calle Santiago hasta la Plaza Zorrilla, y cortarla con una sentada, dónde se dió otro mitín más.

Salida de la manifestación sobre las 20.30 horas.

Una de las pancartas.

En la Plaza Mayor.

La pancarta de cabecera frente las puertas de la sede del PP.

La manifestación ante la sede nombrada , sobre las 20.50 horas.

Después de una carrera se ocupó el mismísimo Paseo Zorrilla, se llegó hasta la mitad en el cruce con el Paseo Filipinos, para dar media vuelta. Se optó por continuar hasta Fuente Dorada en otra sentada frente a la salida de la Calle San Ildefonso con el paseo nombrado, después de otros discursos.

Sentada y corte del tráfico en Plaza Zorrilla.

Otra sentada en el Paseo Zorrilla.

Por el mimísimo Paseo de Zorrilla (la Gran Vía vallisoletana).

Medía vuelta.

De nuevo en Plaza de Zorrilla.

De Miguel Iscar a Plaza España y Duque de la Victoria, dónde se gritó contra los bancos, a la vez que uno de los integrantes del movimiento iba haciendo entrevistas en directo a los transeuntes. Para finalizar a eso de las 22.30 en el punto de partida.

Por la Calle Miguel Iscar.

Junto al Banco de España en Plaza España.

Además de corearse los conocidos lemas de este movimiento contestatario como «¡Lo llaman democracia y no lo es!» y «¡Qué no, qué no, que no nos representan...! ¡Qué no, qué no!», hasta el histórico «¡El pueblo unido jamás será vencido!». Pero me quedo con estos otros dos: «¡De Norte a Sur, de Este a Oeste, la lucha continúa, cueste lo que cueste!» o «¡Qué barbaridad, qué barbaridad. nos meten recortes y quieren paz social!». Un vocal de este colectivo al final anunció otra convocatoria para el próximo lunes 16 de julio en la misma Plaza Fuente Dorada a las 20.00 horas.

Encuesta a transeuntes ante el BBVA e Duque de la Victoria.

Llegada al punto de partida sobre las 22.20 horas.

Esto es un preámbulo de las movilizaciones que vendrán a partir de ahora contra los recortes sociales del Gobierno del PP, no solamente protagonizadas por los 'indignados', sino por el resto de las organizaciones sindicales y sociales, parados, empleados públicos y demás trabajadores, ya que a todos y a todas nos afectan por igual tales medidas antipopulares. Aunque el Movimiento 15-M de Valladolid nos invita a hacer unas protestas continuas y permanentes hasta el final.

KRATES

sábado, 3 de diciembre de 2011

POR FAVOR, QUE ALGUIEN ME LO EXPLIQUE

Extraído del blog de CNT-Toledo




Meses de “No, que no, que no nos representan”, “PPSOE”, “PSOE, PP la misma mierda es” y caceroladas en la toma de posesión de la Cospe y nos encontramos en este cartel, bien juntitos y colaborando, los logos del 15-M y de la Junta de Castilla-La Mancha y el Ayuntamiento de Toledo, entidades gobernadas por esos mismos partidos políticos, y culpables en gran parte de la degradación constante de nuestras vidas. Pues eso, que alguien me lo explique, que uno es muy corto.

Fdo: Sapos y culebras

martes, 14 de junio de 2011

Sobre el movimiento 15-M

por José María Fernández Paniagua
(Artículo publicado en el periódico anarquista Tierra y Libertad núm.275, junio de 2011)
Extraído de Acracia.org


Ya es historia que el domingo 15 de mayo de 2011 se convocaron manifestaciones, con notable asistencia, convocada por la nueva plataforma Democracia Real Ya en más de 50 ciudades españolas. Sólo en Madrid, pudieron verse a miles de personas que se decidieron a salir a la calle, hastiadas del sistema y de los partidos políticos, a las puertas, y eso fue especialmente significativo (y esperanzador), de unas elecciones municipales y autonómicas. También pudieron verse imágenes de unas fuerzas policiales que actuaron de forma arbitraria y brutal, sin ningún tipo de provocación previa más allá de la mera protesta que era el acto. Desgraciadamente, la sociedad española está, o ha estado, anestesiada ante el poder económico y político, por lo que se agradeció ver cómo la gente se echó a la calle demandando una profundización en la democracia. Y sí, somos muy críticos los anarquistas con la palabra "democracia", especialmente pervertida por el sistema representativo y el Estado, pero también con nulo sentido en un sistema de clara servidumbre económica como es el capitalismo (máxime en una de sus múltiples crisis, de las que habitúa a salir fortalecido). Y esa es una de las claves del asunto, la imposibilidad de ejercer una democracia real (o, para darle cierto sentido libertario, una democracia directa sin representación de ningún tipo; a los anarquistas nos gusta mucho más el concepto de "autogestión social") si no hay verdadera emancipación económica. Es por eso que me parece primordial que los anarquistas estén en este tipo de plataformas, en las que la gente muestra una postura clara contra toda jerarquización, para tratar de dar una orientación libertaria, con la que muchas personas pueden estar de acuerdo al comprobar, tanto sus correctas intenciones, su fortaleza ética, y ver que funciona en la práctica, y promover así una transformación social permanente.

De eso se trata, de profundizar en los males de la sociedad y de que la cosa no se quede en una protesta coyuntural ni en simple labor de maquillaje (en principio, no había ningún partido político detrás de esta plataforma, pero no tardaron demasiado en tratar de subirse al carro). La plataforma Democracia Real Ya insiste en que se trata de un movimiento horizontal, sin líderes ni estructura jerárquica, y que no tienen ningún tipo de financiación externa, por lo que ese funcionamiento libertario puede muy bien ser fortalecido por la presencia anarquista, y tratar de ir más allá en los propósitos. Gracias a las redes sociales, las cuales hacen posible la comunicación inmediata entre personas y grupos, estas convocatorias han podido calificarse de exitosas. Sin embargo, insistiremos en que es necesario el trabajo social y cultural, que se encuentra detrás de un movimiento auténticamente transformador. La mayor parte de los asistentes a estas manifestaciones fueron personas muy jóvenes, los cuales reclaman sobre todo un cambio en la conciencia social, un fortalecimiento de la ciudadanía, y el no convertirse en simple mercancía para políticos y banqueros, algo especialmente esperanzador. Si algo han reclamado siempre los anarquistas es el bien común, propiciando al mismo tiempo la participación de cada persona en los asuntos que le afectan, de forma directa y "real". Tal vez muchos de los que apoyaron en origen esta plataforma promovían sin más una humanización del sistema, contemplándola como una llamada de atención al poder político y económico, pero sin pretender cuestionar la naturaleza de ese poder. Es muy posible que así sea, y cuando eso ocurre, las convicciones libertarias deberán ser tan sólidas como para saber en qué punto divergen los caminos. Como he dicho antes, no es nuestro cometido una simple labor de maquillaje, ya que el trabajo se dirige siempre hacia la autogestión social, extender esos valores de funcionamiento de algunas organizaciones (horizontalidad, pluralidad, autonomía de grupos e individuos, solidaridad, fortalecimiento cultural) al conjunto de la sociedad.



Unos días después de aquellas manifestaciones, en la llamada jornada de reflexión de cara a las elecciones, en la, llamada, democracia española, algunos reflexionábamos una vez más que queríamos una sociedad mejor. El ambiente en la Puerta del Sol de Madrid, producto de los producido unos días antes en las manifestaciones y que duraba ya varios días, era magnífico, por mucho que quisieran reducir los actos de protesta a un vulgar acto de campaña, con las prohibiciones de rigor de los órganos correspondientes, las personas estaban diciendo ¡basta! ante la situación política y económica del país. Era lo que algunos llamaban ya "revolución española", haciendo un paralelismo con lo vivido en Túnez y Egipto a principios de año; al menos, suponía un magnífico revulsivo para sacar a la gente de la apatía y el conformismo, y para generar un nueva conciencia de clase. A propósito de la polisemia de la palabra "revolución", sí existe un paralelismo con lo vivido en ciertos países árabes, y es el deseo de las personas de una vida mejor. Y no se trata del mezquino "sálvese el que pueda" que propone el liberalismo, los cambios son para el conjunto de la sociedad. Nada está escrito, no existe una concepción determinista (y falaz) del progreso que obligue a tantos seres humanos a pemanecer en la indigencia. Existen experiencias históricas, y ahora se están produciendo otras nuevas, en las que el pueblo toma la iniciativa, se organiza y construye alternativas a los múltiples problemas presentes en la sociedad. Se demuestra factible la toma de decisiones de manera asamblearia, de forma que se canalicen las diversas aspiraciones y reivindicaciones, y se supere así un individualismo insolidario. Se trata de reivindicar la individualidad (frente a un individualismo disociado del conjunto de la sociedad) y la pluralidad, de encontrar un nexo social en la solidaridad, y de construir el socialismo libertario (la riqueza va dirigida a todos los miembros de la sociedad, se apuesta por la máxima libertad y la máxima igualdad, recogiendo la tradición de lo mejor de las teorías políticas). Una de las pancartas que podían leerse en la Puerta del Sol de Madrid pedía la superación de las diferencias ideológicas en aras de la unión. Bien, está claro que serán muchas las sensibilidades presentes en estas protestas, aunque la aspiración común es la de construir otra realidad (esa palabra de etimología tan odiosa), por lo que los libertarios podemos trabajar por lo que consideramos los mejores valores humanos (siempre habrá personas que se negarán a ser solidarias o a cooperar, pero es éste un valor al que tenemos que dar peso en toda organización social, frente a la atomización y la competitividad), y tratar de convencer sin coacción alguna. La campaña electoral y el sistema representativo perdieron protagonismo gracias a este movimiento social que adoptó el nombre de "democracia real", aunque también se le ha denominado movimiento 15-M, a su capacidad para organizarse sin injerencias externas, crear órganos asamblearios, dar voz a todo el mundo, tomar decisiones... El sistema políticio y mediático se mostró perplejo, la simple apariencia de libertad y pluralidad que ellos preconizan se muestra incapaz de asimilar la construcción de otra realidad. Naturalmente, no podíamos ser ilusos, sabíamos que el peligro de que la situación fuera finalmente mediatizada, que se redujeran las exigencias más radicales y que la cosa quedara en una simple crítica al bipartidismo y al sistema financiero, sin moverse apenas los cimientos del Estado y el capital (ni de los actores que les hacen el juego, sean de "izquierdas" o de derechas). No nos equivoquemos tampoco en otra cuestión, la situación no le hacía el juego a la derecha; la derecha, en mayor o en menor grado, lleva toda la vida instalada en el poder. El daño social y psicológico, a mi modo de ver en constante aumento, que se produce en las sociedades contemporáneas solo pasa por una cambio radical a todos los niveles, por una progresiva descentralización de la política y de la economía, por una acción directa que tome el lugar de la democracia representativa. Eso es lo que se ha vivido en las últimas semanas en tantos lugares de España. Ante una nuevas elecciones democráticas, un día más, muchos nos abstuvimos de participar en lo que consideramos injusto y nos reafirmamos en la intención de seguir tomando las riendas de nuestras vidas.

Un comunicado de prensa de la plataforma Democracia Real Ya, el día 23, después de unas elecciones sin demasiadas sorpresas (el índice de abstención siguió siendo muy alto, cercano al 40 por 100), manifestaba que numerosas webs y perfiles de las redes sociales intentaban suplantar su identidad como movimiento, proponiendo acciones que nada tienen que ver con el manifiesto real de la plataforma. Lo que se pretendía con este desmentido era asegurar la independencia de DRY con respecto a cualquier partido o sindicato, mostrando las mentiras de todo aquel que pretendiera vincular el movimiento a alguna organización. Del mismo modo, se aclara que las acampadas en diversos lugares de España poseen sus propias reivindicaciones, las cuales no tienen que coincidir necesariamente con las de DRY. No obstante, la plataforma reconoce la autonomía e independencia de cada acampada y simpatiza con cualquiera de sus reivindicaciones al comprender que se trata de la expresión libre de las personas sin intermediarios de ningún tipo. También hay otro asunto que dio lugar a equívoco, y es que DRY no ha promovido el voto nulo, ni la abstención, ni el voto a ninguna opción, ya que se entiende que eso corresponde a cada persona. Según se comentaba, uno de los propósitos de la plataforma es la mejora del sistema electoral, algo que parece desprenderles de todo sesgo radical. No obstante, es posible que el inicio de este movimiento fuera ese intento de mejorar el sistema, pero hay que quedarse con la clara orientación libertaria que tiene el hecho de "libre expresión del pueblo sin intermediarios de tipo alguno". Los rasgos libertarios son inequívocos: funcionamiento asambleario, plena libertad de expresión, debate abierto, comisiones de trabajo abiertas, trabajo rotatorio, rechazo a toda jerarquía y a todo dirigismo, acción directa, descentralización, federalismo, autonomía e independencia de cada grupo...

Recapitulemos sobre lo ocurrido. Nace recientemente una plataforma, a la que podemos considerar, en rasgos generales, como crítica al poder económico y político (y no dejaremos nunca de lado en el análisis, que ambos se encuentran estrechamente vinculados), convocando manifestaciones para el día 15 de mayo, que se pueden considerar exitosas. Es el punto de partida para la concentración en determinados lugares de toda España (como la Puerta del Sol, en Madrid), con las acampadas que muestran las características antes mencionadas, en ellas se atienden las necesidades de las personas (básicas, como el alimento, o el asesoramiento legal) sin interés económico alguno (sobra decirlo). No se trata de una revolución netamente anarquista, pero ahí están las evidencias. Entre lo que se propone el día 20 de mayo en la acampada de Sol, se encuentran derechos básicos que supuestamente recoge la Constitución española (una muestra más de la falacia de las leyes jurídicas), como es el acceso a una vivienda digna, a una educación pública y laica, y lo necesario de una sanidad gratuita y universal. Tal vez otras propuestas puedan considerarse "reformistas", no es algo que a mí particularmente me preocupe, ya que toda reforma auténtica acaba siendo radical, acaba produciendo una transformación hacia una realidad mejor. Los anarquistas estaban ya presentes en el movimiento, sin estridencias ni falsos purismos, mostrando respeto a las decisiones de las personas (que no siempre tendrán un contenido libertario), pero con las convicciones muy claras para decidir que ese puede acabar no siendo nuestro camino. Hay que recordar que nunca los anarquistas han tendido al aislamiento, y mucho menos hacia la imposición, incluso han mostrado un respeto nítido hacia otros movimientos sociales y políticos cuando han sido una fuerza mayoritaria (como en el caso de la revolución española de 1936).

Y a eso me quería referir también, a la historia. Porque en todo análisis y en toda praxis no podemos dejar a un lado nuestra historia. Si este momento fuera solo un simple pataleo ante el sistema, no tardaríamos en contemplar el derrumbe al no haber unas bases sólidas. No podemos desprender la situación actual de las herencias de la dictadura franquista ni de las mentiras de la Transición democrática; tampoco de las posteriores reformas laborales (producidas en gran parte por un partido que se sigue llamando socialista), que ha sumido a la clase trabajadora en una precariedad intolerable con un paulatino adormecimiento social. Los ocho años de gobierno de la derecha oficial, con movilizaciones sociales masivas debido a la involucración de España en la invasión militar de Irak del año 2003, que llevaron al PSOE de nuevo al poder, fueron solo un espejismo. Tal vez fue un voto de confianza que los españoles dieron a la izquierda parlamentaria ante las mezquindades de la derecha, pero una vez más aquello se demostró un error. Especialmente en su segunda legislatura, Zapatero y su gobierno han seguido las instrucciones del capitalismo internacional y de sus organismos. Al margen de las circunstacias concretas de un gobierno de uno u otro pelaje, hay que insistir en la cuestión económica, en esa falacia de las épocas de bonanza económica del capitalismo y de la realidad de sus cíclicas crisis, tan necesarias para asegurar la servidumbre de la clase trabajadora. Sea quien sea quién esté en el poder, y sea cual sea el momento económica que se sufra, la sumisión y el miedo están asegurados. No podemos eludir la historia, ni la política ni la economía (ambas quieren ser reducidas a una caricatura por la clase dirigente), todo ello tiene responsabilidad en la situación actual en la que, muy posiblemente, la derecha más dura vuelva a estar en el poder. Una democracia representativa de baja calidad, en la que las decisiones siempre son tomadas desde arriba, solo puede tener una alternativa real en un movimiento horizontal y descentralizador. Basta ya de dar oportunidades al sistema, con sus partidos y sindicatos de Estado, y con sus élites apoltronadas, y demos fuerza de verdad a la sociedad. Potenciemos los valores libertarios de apoyo mutuo y solidaridad, que ya están presentes en este movimiento, y confiemos en el futuro.

sábado, 28 de mayo de 2011

Agustin Garcia Calvo en la Puerta del Sol

Asamblea de la Puerta del Sol

Habla Agustín García Calvo

Madrid,19 de mayo de 2011


Sois la alegría, es la alegría de lo inesperado, de lo no previsto, ni por parte de las autoridades y gobiernos, ni por parte de los partidos de cualquier color, verdaderamente imprevisto: vosotros mismos o casi todos, hace unos pocos meses o semanas, tampoco lo preveíais que pudiera surgir. Aunque esto es así, la alegría es lo inesperado y no hay otra alegría, no hay futuro, como repetiré ahora, sin embargo voy a decir algo que parece contradictorio, que es que yo estaba esperando esto desde hace cuarenta y tantos años, 46. [Vivas y aplausos]

Os cuento un poco cómo: por los años sesenta, como habéis oído los más jóvenes, empezó a levantarse por el mundo una oleada principalmente de estudiantes en las universidades, campus y sitios así de Tokio, California… En el 65, en febrero, esa oleada llegó a Madrid; yo me dejé arrastrar por ella con mucha alegría, me costara lo que me costara; como sabéis la ola después siguió en Alemania con Rudi Dutschke «el Rojo» y después finalmente en Francia, con el famoso Mayo francés, donde fue más o menos terminando la ola. Os voy a decir cómo entiendo yo que aquello del año 65 se relaciona con esto. Tal vez alguno de los más viejos o no tan viejos os lo podrán decir que aquí seguramente incluso los padres de los más viejos de vosotros eran en aquel entonces estudiantes en la Ciudad Universitaria de Madrid, corriendo conmigo delante de los guardias, que entonces se llamaban los grises..., pero por mi parte os lo voy a decir: es que en aquellos años en el mundo avanzado o «Primero» se estaba estableciendo un régimen, un régimen del Poder, que es justamente éste mismo que ahora estáis padeciendo conmigo… Me callo un poco mientras... [Mucho jaleo. Una voz: «No te calles, sigue!»] … Se estaba estableciendo este régimen, que es el que hoy estáis padeciendo conmigo, y que es, para decirlo brevemente, el régimen, la forma de poder en que el Estado, la gobernación, la administración estatal está del todo confundida con el Capital, con las finanzas, con la inversión financiera: enteramente confundida. [Aplausos, gritos] Por tanto se puede decir que es el Régimen del Dinero, simplificando, y por tanto yo creo que muchos de vosotros por lo bajo estáis sospechando que es contra eso principalmente contra lo que os levantáis, contra lo que sentís ganas de gritar, de decir lo único que el Pueblo sabe, que es decir ¡NO! [Aplausos largos. Voces: «¡Ahí está!»]

Por tanto, aquello que me arrebató a mis treinta y nueve años, hace cuarenta y seis, es lo mismo que ahora llega a su culminación, a su casi vejez: el régimen del Estado-Capital, el régimen del dinero, efectivamente da señas él mismo de estar cansado, con cosas como los cuentos de la larguísima crisis y cualesquiera otros que os lleguen, y con las cifras y estadísticas con las que cada día tratan de entreteneros para que no sintáis, no os deis cuenta de lo que está pasando por detrás de las cifras y de los nombres que gobiernos o partidos sacan para eso, para teneros entretenidos precisamente. De manera que es bastante lógico que me encuentre entre vosotros en este momento de, más que madurez, envejecimiento del régimen, como me encontraba en sus comienzos. Para mí el levantamiento de los estudiantes por el mundo en el 65 obedecía a que se daban cuenta de lo que nos venía encima; ahora vosotros habéis tenido mucha más cantidad de sufrimiento directo de lo que el régimen es, aunque lo llaméis con diferentes nombres a este sufrimiento, y por tanto es, al mismo tiempo que inesperado, lógico que os estéis levantando y voceando contra ello.

Yo puedo contaros más, pero tampoco querría, por ponerme aquí a colaborar a mi manera con este levantamiento, como quiera que lo llaméis, no querría parecer que vengo a dar consejo, pero, a pesar de que no quiero parecer tal cosa, os voy a adelantar un par de ocurrencias que me vienen, ocurrencias negativas sobre todo. Lo primero es no contar para nada con el Estado sea cual sea: ninguna forma de organización estatal. [Aplausos y revuelo] Es un error que por lo que veo muchos de vosotros percibís sin que haga mucha falta decíroslo. Por tanto, y a consecuencia y a continuación, tampoco se puede utilizar para nada la Democracia, ni el nombre de «democracia». Lo siento, esto ya veo que no despierta tan inmediatos aplausos, pero sin embargo tengo que insistir en ello. Ya comprendo que lo de elegir lemas como «DEMOCRACIA REAL YA» puede ser, por parte de quien lo inventara, una táctica, una táctica para no dar demasiado la cara, porque parecería que decir de frente y de inmediato «¡No a cualquier Estado, democrático o no!», podría sonar mal y esta timidez o modestia puede esplicarlo, pero yo creo que es hora de irse desprendiendo de este engaño. La Democracia es un trampantojo, es un engaño para lo que nos queda de Pueblo vivo y de gente; lo era ya desde que se inventó entre los antiguos griegos en Atenas y otros sitios. Es un trampantojo que está fundado sobre todo en esta confusión que el nombre mismo denuncia: demo y kratos. Kratos es Poder y Demo se supone que es Pueblo, y, sea lo que sea de los avatares de cualquier historia, nunca el Pueblo puede tener el Poder: el Poder está contra el Pueblo. [¡Bravos!] Esto es una cosa demasiado clara, pero hay que entenderla. [Aplausos y vivas] De manera que supongo que esta contradicción que está ínsita en el propio nombre de la democracia os anima mucho más a entenderlo de veras. El régimen democrático es simplemente el más avanzado, el más perfecto, el que ha dado mejores resultados, el que ha llegado a producir el Régimen del Bienestar en el que nos dicen que vivimos; es simplemente eso, pero al mismo tiempo no deja de ser el Poder, el de siempre. Por el contrario, cuanto más perfecto, cuanto más avanzado, está más avanzado en sus trucos para engañar y por tanto en el manejo de la mentira, que es esencial para cualquier Poder. Esto espero que lo entendáis también bien: sin mentira no se sostiene ninguna forma de Poder. La mentira es el hacer creer, la fe, y ése es el cimiento, el fundamento para cualquier Estado. De manera que, si alguno de vosotros tiene la ilusión de acceder a una democracia mejor, pues le pediría que se fuera desengañando de ese camino. No es por ahí, no es por ahí, y si vuestro levantamiento llegara a alcanzar un carácter organizado, en definitiva semejante al de la propia administración del Estado, estaría ya con ello mismo perdido, no estaría haciendo más que repetir otra vez la misma historia con otros colores y perfeccionada justamente porque ha asimilado el levantamiento, porque ha asimilado la protesta, que es la manera en que a través de revoluciones siempre fracasadas los Estados han venido avanzando; es lo que justamente les hace falta, porque para seguir siendo el mismo como lo es, el Dinero no puede menos de cambiar, cambiar para seguir igual: éste es el gran truco que tenéis encima. Cuando os sugiero u os pido la renuncia a ideas de otro Estado mejor, de otro Poder mejor y os recuerdo que… [Jaleo grande en la plaza]

… Ya voy a terminar para que os entretengáis con otras cosas a lo mejor más divertidas que yo. Cuando estoy atreviéndome a recomendaros el desengaño de cualquier forma de poder, y por tanto estoy borrando de la lista algunas de las reivindicaciones que vuestros dirigentes han establecido y divulgado, al mismo tiempo os estoy desengañando de otra cosa, que es el Futuro. El Futuro éste es el enemigo. Comprendéis bien que al rechazar vuestro levantamiento como intención de encontrar otro régimen mejor, estoy desengañándoos del futuro [«¿Qué propones?»]. El futuro es eso con que os engañan, a los viejos también, pero sobre todo a los más jóvenes, cada día: os dicen «tenéis mucho futuro» o «tenéis que haceros un futuro», «cada uno tiene que hacerse su futuro» y eso es justamente, aunque no lo digan, una resignación a la muerte, a la muerte futura. El futuro es eso; por tanto el futuro es el que necesita el Capital; el dinero no es más que crédito, es decir, futuro, fe en el futuro; si no pudiera echar cuentas, ni habría Banca ni habría presupuestos estatales. El futuro es de ellos, es su arma. Por tanto nunca dejéis que os suene como algo bendito o beneficioso: debe sonaros justamente a muerte, que es lo que es el futuro. Lo que estemos haciendo aquí, lo que estéis haciendo aquí, ello dirá lo que da de sí, pero no tenemos futuro; no tenemos futuro porque eso es propio de las Empresas, de las finanzas y del Capital. ¡No tenéis futuro! Esto es lo que hace falta ser valientes para denunciar.

Os voy a dejar ya, no voy a hacer más sugerencias por ahora. Una cosa mucho más práctica y de momento: desearía por supuesto que después de las famosas elecciones de... ¡del 22,! que estorban mucho, (ya lo habréis visto cómo no sólo los Medios os enredan junto con la cuestión de las elecciones, que no tienen nada que hacer, sino que muchos de vosotros perdéis una gran parte de vuestro tiempo pensando cuál es lo que hay que hacer respecto a votar o no votar y votar por acá o votar por allá), es un estorbo formidable… de manera que mi deseo sería que, cuando pase ese coñazo, esa estupidez de las votaciones, sigáis vivos. Sigáis vivos y más o menos juntos los unos con los otros. [Aplausos] Y en ese caso me atrevería a sugeriros una táctica de momento (seguir haciendo las asambleas aquí es probablemente un error que no puede sostenerse mucho): desde luego en esto, en una rebelión como ésta, como ya creo que todos sabéis, no puede haber otro Órgano ni decisivo ni representativo más que las asambleas. Y os lo voy a decir enseguida por qué [Aplausos]: no puede haberlo porque las asambleas como ésta misma tienen esta gran ventaja: que no se sabe cuántos son, están entrando y saliendo, y nunca se pueden contar, y por tanto nunca pueden votar, como hacen los demócratas, porque no se sabe ni cuántos son ni cabe estadística ni cabe cómputo ninguno. Esto es lo que a una gran asamblea la acerca a ser eso de Pueblo, que no existe pero que lo hay, y que es lo que queda por debajo de las personas, que ésas, sí, se cuentan en número de almas y en número de votos, pero lo que queda por debajo, no. Así que no renunciar nunca a las asambleas. Tal vez una dispersión.

Ahora me dirijo un poco a la parte de vosotros que son estudiantes más o menos y que me tocan más de cerca: una de las tareas más inmediatas sería ocupar las escuelas y facultades, con caramés [!?] incluído [Aplausos]. Y termino diciéndoos por qué: porque hace mucho tiempo bajo el Régimen del Bienestar, bajo este régimen que padecemos, los centros de enseñanza, las Universidades, han quedado reducidas a una sola condición real, que es la examinación: examinar, todo lo demás son cuentos [Aplausos]. Tienen que examinar para producir por ese camino futuros funcionarios tanto del Capital como del Estado o de la Universidad misma, que es también una parte de esos implementos del Estado. [Interrupción por cánticos en la plaza: «¡Oé, oé, oé... Lo llaman democracia y no lo es!»].

Por tanto y para dejaros, mi sugerencia va en este sentido: ocupación de los centros, hacerlos reconocer que no están ahí ni para enseñar ni para investigar ni para nada, que están ahí para examinar, examinaros y producir así futuros funcionarios, están creando vuestro futuro, en eso no nos engañan, y por tanto la acción más inmediata ¿cuál puede ser?: pues naturalmente la destrucción, el boicoteo de los exámenes en curso; por ejemplo, los que ahora acaban de empezar en mayo mismo. Es algo de corazón [Aplausos]. Con esto que a lo mejor lo primero os puede parecer un poco descabellado, pero que, si os dejáis pensarlo, a lo mejor no tanto, recordando que la sumisión a los exámenes es simplemente sumisión al futuro, que nosotros no tenemos futuro, y recordando que los centros en los que estáis metidos están destinados solamente a eso, a la fabricación de futuro y números de funcionarios, tal vez no os parezca tan insensata la propuesta. Pero os parezca o no, con esto ya me despido, volviendo a repetiros la alegría que esto tan inesperado me ha traído y que al mismo tiempo estaba esperando desde el año 1965. ¡Salud! [¡GRACIAS!]


http://www.editoriallucina.es/cms/agustin-garcia-calvo/archivos-orales/conferencias-recitales/agustin-garcia-calvo-en-la-puerta-del-sol.html

CNT denuncia la salvaje actuación de los Mossos en el intento de desalojar Pça. Catalunya


Ya lo advertíamos en el comunicado anterior: de unos días a esta parte, el discurso oficial va cargando las tintas contra las acampadas buscando preparar así a la opinión pública para una solución policial al asunto... Y poco después se hace triste realidad lo que denunciábamos.

Ahora es la Generalitat la que, con la complicidad del ayuntamiento de Barcelona, ha tomado la iniciativa intentando desalojar a los acampados en Plaça Catalunya. Bajo la peregrina excusa de la salubridad (pese a que el lugar se limpia a diario y se recogen los residuos generados) el organismo ha lanzado a los mossos d’esquadra a una orgía salvaje de violencia para arrasar el campamento.

Pero ya no van a poder engañar a nadie (que no quiera ser engañado), los cientos de imágenes, de vídeos, de la brutal actuación policial contra personas indefensas sentadas en el suelo de la plaza les ha dejado retratados para la posteridad... Esa es la cara de su democracia, ese es su concepto de la misma. El de la represión indiscriminada contra los discordantes.

CNT se congratula, por el contrario, con el ejemplo de resistencia de la gente , que ha vuelto poco después, a ocupar el lugar desbordando el cordón policial que mantenía aislada la acampada de la concentración de apoyo que se ha ido formando alrededor. Además la actuación policial ha tenido un efecto bumerán para los intereses de Generalitat y ayuntamiento, pues acto seguido se ha desatado en todo el Estado una ola de solidaridad con los manifestantes.

Y esa es una buena lección que deben empezar a asumir los poderes públicos, la de que el pueblo organizado empieza a perder el miedo. ¡Que vayan tomando nota!