miércoles, 4 de diciembre de 2013

El derecho a la desobediencia civil

La historia de la humanidad está repleta de leyes injustas que fueron modificadas gracias a la presión social. ¿Cuestionaría alguien hoy las estrategias de desobediencia de Rosa Parks o de la resistencia judía contra los nazis?

OLGA RODRÍGUEZ

«Nuestro problema no es la desobediencia civil,
sino la obediencia.»
HOWARD ZINN

Rosa Parks demostró ya hace décadas la importancia de la desobediencia como estrategia. Cuando el 1 de diciembre de 1955 un conductor de autobús amenazó con llamar a la policía si Parks no cedía su asiento a un pasajero blanco, ella contestó: «Llámela». Las consecuencias de aquella histórica actitud las conocemos todos. Aquello supuso el principio del fin de la segregación racial que se aplicaba de forma sistemática en diversos puntos de Estados Unidos.

¿Cuestionaríamos hoy a Rosa Parks o a las mujeres sufragistas que conquistaron su derecho al voto a través de la desobediencia civil? ¿Defenderíamos que se las multara con 30.000 euros? ¿Pondríamos en tela de juicio a la resistencia judía contra el nazismo o a los insumisos que contribuyeron a la supresión del servicio militar obligatorio?

Las leyes no son siempre justas. La ley amparó la persecución de judíos en la Alemania nazi, la ley permite la discriminación de los palestinos, la ley facilitó el apartheid en Sudáfrica o condenó a los negros a la esclavitud en Estados Unidos.

Algunas leyes merman nuestro derecho a la protesta, dejan a familias sin casa, reducen nuestros derechos laborales, contribuyen a la desigualdad social, aceptan que los más ricos paguen menos impuestos que un ciudadano medio, permiten que nos obliguen a sufragar el rescate de los bancos sin que nos hayan consultado.

«Solo cumplía órdenes», afirma en la película The Reader una antigua guardiana del campo de concentración de Auschwitz. «Es que lo dice la ley», dicen algunos; «solo hago mi trabajo», se justifican otros.

Afortunadamente hay gente consciente de su responsabilidad social. Hay médicos que defienden la desobediencia y atienden a personas sin papeles, porque lo contrario sería profundamente inhumano. Hay profesores que protestan y participan en huelgas para reivindicar los derechos de nuestros hijos.

Hay activistas dispuestos a desobedecer a las autoridades para ayudar a una familia a no ser expulsada de su propia casa. Hay empleados de banco que se han negado a mentir a sus clientes y han optado por abandonar su trabajo (conozco a algunos que ahora colaboran en la PAH).

Hay abogados que protegen a los que desobedecen.Hay periodistas que se niegan a formar parte del discurso oficial que ampara los abusos, hay políticos que no están dispuestos a obedecer las imposiciones de la Troika.

Podría haber incluso gobernantes capaces de poner en práctica políticas alternativas. Pero eso solo sería posible con una enorme masa social dispuesta a apoyar activamente a un gobierno desobediente. Si no, se mantendrá el bucle que permite a todos presentarse a las elecciones pero no a ganarlas, porque el poder político está reservado para aquellos que actúan en connivencia con el poder económico y financiero.

Muchos de los avances de la humanidad, en lo referido a los derechos y libertades, han sido conquistados a través de reivindicaciones y desobediencias. Nada depende solo de los que ocupan el poder. Todos disponemos de un pequeño campo de acción y de influencia. Los de abajo pueden determinar la dirección de las políticas y de hecho así ha ocurrido en algunos de los capítulos más importantes de nuestra historia.

Estamos en un momento en el que la desobediencia civil frente a leyes injustas es una estrategia frente a la sumisión, una alternativa al silencio cómplice o, como ha dicho Ada Colau, una cuestión de superviviencia.

Habrá todavía quien prefiera bajar la cabeza sin rechistar. Habrá quien opte por borrar su memoria para seguir creyéndose las mentiras que quedan por llegar. Hay quienes eligen obedecer en un mundo que solo les ofrece pobreza, hambre, guerras, violencia y cinismo.

Pero son muchas las personas que saben que la sumisión no es la paz social, que renunciar a derechos fundamentales no lleva a la estabilidad, que la guerra nos la declararon hace ya tiempo. Que si desobedecemos ponemos en evidencia la falta de legitimidad de tantas medidas arbitrarias. Y que además, haciéndolo, construimos nuestra propia identidad, algo que también querrían robarnos.

Ocupación de una sede del BBVA
en Barcelona, febrero 2013.

lunes, 2 de diciembre de 2013

«Las pensiones no se tocan»


Manifestación de Bloque Obrero, CGT y CNT en contra de la reforma del PP

Valladolid, 1 de diciembre de 2013

Comienza diciembre igual que acabó noviembre: con manifestaciones sectoriales en la calle. La última: «Contra la reforma de las pensiones», convocada por Bloque Obrero, CGT y CNT, que ha salido de la plaza Portugalete y ha concluido en la plaza Alberto Fernández (Rondilla).

La protesta, que ha partido a mediodía a los gritos: «La crisis que la paguen los capitalistas» y «La lucha es el único camino», se abría con una pancarta: «Unidad anticapitalista. CONTRA LA REFORMA DE LAS PENSIONES. Las pensiones son nuestras y exigimos que lo sigan siendo», firmada por las tres organizaciones convocantes.

El Bloque Obrero, delante, con una pancarta: «Unidos podemos vencer. Construyamos poder popular». Detrás, un mar de banderas rojo y negras y dos pancartas: «Acción directa. Apoyo mutuo» y «Lucha por unas pensiones dignas», firmadas por CGT y CNT, respectivamente.

La marcha, formada por menos de medio millar de personas, ha subido por la calle Angustía para enfilar hacia Santa Clara atravesando Torrecilla, para continuar por la Avenida de Palencia y entrar en Rondilla por la calle Soto y por Mirabel hasta el centro cívico, donde se leyó el manifiesto.

Durante el recorrido, los manifestantes han coreado «Que se queden sin pensiones, los Borbones»; «Los recortes a la Casa Real»; «Las pensiones no se tocan»; «La crisis que la paguen los ricos»; «La lucha es el único camino»; «Con la pensión de mi abuela no se juega»; «PSOE y PP la misma mierda son» y cánticos a favor de «colgar» a Rajoy si «toca las pensiones».

Planes privados

En el manifiesto elaborado por las tres organizaciones convocantes se denuncia que «la reforma de las pensiones se sustenta sobre la falsa creencia de que el sistema público de pensiones no es sostenible, recorta el poder adquisitivo de las pensiones, liga su revalorización a la inflación (lo que supondría la reducción de una pensión media de 2.460 euros en un plazo de seis años), establece la jubilación ordinaria a los 67 años, amplía los años de cotización a 38 y medio y penaliza especialmente a la mujer trabajadora. Por tanto, no es más que una herramienta del Gobierno para favorecer los planes de pensiones privados ofertados por la banca a costa de sacrificar los derechos de los trabajadores y trabajadoras, condenándolos a una vejez cada vez más pobre».

Asimismo, manifestan «la connivencia de partidos autoproclamados de izquierda y de las cúpulas de los sindicatos mayoritarios que se erigen como los principales defensores de las pensiones, pero que han decretado y pactado reformas neoliberales que han favorecido la destrucción de derechos y servicios básicos».

«Frente a esta estrategia», defienden Bloque Obrero, CGT y CNT, «que sí hay riqueza suficiente para garantizar pensiones dignas y que la solución no pasa por endurecer las condiciones de trabajo y recortar salarios, sino que los mayores esfuerzos tienen que hacerlos aquellos organismos financieros y empresas con ganancias que más se están beneficiando de la crisis».

La propuesta también incluye el «garantizar el derecho efectivo al empleo para todos y todas. Disminuir la jornada laboral para dinamizar la vida social de trabajadores y trabajadoras, mejorar la conciliación con la vida familiar y fomentar su acceso a la cultura y el conocimiento».

«bligar por ley a las empresas con beneficios a realizar contrataciones y ajustar los ritmos de trabajo a condiciones humanas», es otra de las propuestas, junto a la eliminación de los planes de pensiones privados y la articulación de la autogestión social de los recursos públicos.

Por último las tres organizaciones piden «garantizar por ley la jubilación a los 60 años, con una pensión digna. Reconocimiento del trabajo social no remunerado, así como igualdad de derechos, a efectos de cotización para la pensión».

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Escalada de criminalización al anarquismo


Por CAPI VIDAL

Ante la reiterada información que se está publicando en la prensa generalista sobre personas y supuestas organizaciones anarquistas, sin ningún respeto por la presunción de inocencia y vertiendo datos privados sobre los detenidos, no podemos más que denunciar lo que no es más que una evidente estrategia criminalizadora del Estado en connivencia esta vez con el llamado cuarto poder.

Una de las grandes diferencias entre gobiernos, y lo digo con cierto conocimiento de causa, ya que no soy nada amigo de conspiranoias, es que cuando gobierna en España el PP (es decir, la derecha más dura), la represión se incrementa. Los herederos políticos del criminal franquismo tienen muy aprendida la lección: si no existe el terrorismo, lo inventamos. La gran pena es el triste y manipulador eco mediático que esas estrategias hayan en la prensa, incluso en la (supuestamente) progresista; un reciente titular de El País llegaba a afirmar que el terrorismo anarquista copia a Al-Qaeda. Todo esto en un clima político y social en el que las criminales reformas labores se juntan ahora con criminales reformas penales; de esa manera, quieren endurecerse condenas, hasta extremos de prisión a perpetuidad, y algunas formas de protestas pueden convertirse en delitos penables como son los escraches o algunos otros tipos de manifestaciones.

El movimiento libertario es el que más énfasis en denunciar los desmanes del poder político y económico, en pretender en suma que las personas sean capaces de gestionar su propia vida; el espíritu presente en los movimientos sociales de nuevo cuño era claramente libertario, estuviera presente o no la marca ácrata. La clase dirigente ha tomado buena nota en los últimos años y, con el silencio o la connivencia de ciertos partidos (supuestamente) progresistas, y con el apoyo inestimable de los medios generalistas, inicia unas campañas de criminalización que, a estas alturas con tantos problemas sociale y con tanta desvergüenza por parte de los que detentan el poder, son poco menos que irrisorias. Es indignante que estos medios, sean del pelaje que sean, hayan publicado fotos, nombres y apellidos, de personas anarquistas detenidas por supuestos atentados; como ya se ha publicado en diversos medios alternativos, ni siquiera se molestan en disimular su fraudulento Estado de derecho ni en respetar la presunción de inocencia. Han llegado a insistir en un extenso historial delictivo, de alguno de los detenidos, para al final de texto aclarar que fue finalmente absuelto en todos los casos. Anarquismo sigue yendo, inevitablemente, de la mano con la violencia para los que detentan el poder; así pretenden que cale en el imaginario popular.

Las afirmaciones que se han vertido en la prensa son, a poco que se tenga un poquito de espíritu crítico, ridículas. Afirmaciones de que se han producido ya varios atentados a lo largo del año inequívocamente anarquistas, y que incluso la escala terrorista va a ir en aumento; ahora resulta, tal y como hemos apuntado anteriormente, que el «terrorismo» ácrata ha copiado al islamista (recordemos las veces que se ha insistido en que Al-Qaeda es una red descentralizada). ¿Para reír o llorar? Cuestionables organizaciones de nombres imposibles, como Federación Anarquista Informal, Frente Revolucionario Internacional o Comando Mateo Morral; alguien debería informar a los que realizan estos montajes que es necesario conocer un poquito el anarquismo antes de emplear según qué términos. Por supuesto, la prensa ha argumentado «excelentemente» la naturaleza ácrata de estas organizaciones; «carentes de estructuras jerarquizadas y organizadas (muy anarquistas)» (sic). Ambigua información en la que se deja claro que estos grupos son muy difíciles de perseguir policialmente; a pesar de ello, se detiene a unas cuantas personas y se aclara que coinciden con el etéreo perfil anteriormente descrito. Como ya hemos dicho, el comportamiento que está teniendo la prensa generalista, sujeta a demasiados intereses y con escasos escrúpulos, está siendo auténticamente vergonzoso en su nada disimulado papel criminalizador.

Nos esforzaremos en insistir en que no hay nada más alejado de la violencia que el anarquismo, que busca erradicarla en lo político y hacerla innecesaria en lo social y cultural. Podemos publicar todos los días, en cualquier medio, alguna actividad culturalmente constructiva que llevan a cabo los anarquistas. Si, todavía, alguien se pregunta quién ha puesto artefactos explosivos en la Basílica del Pilar de Zaragoza o en la Iglesia de la Almudena de Madrid, yo no lo sé. Sólo sé que los anarquistas no hacen esas cosas.

(19-noviembre-2013)

lunes, 18 de noviembre de 2013

La ONU insta a España a investigar las desapariciones del franquismo

 

16-noviembre-2013

La ONU ha instado a España a crear una comisión de la verdad para investigar la suerte que corrieron los desaparecidos del franquismo, recordando que hasta entonces el delito de desaparición no prescribe.

El Comité de Desapariciones Forzadas (CDF) de la ONU ha invitado al país ibérico a adoptar las medidas, tanto legislativas como judiciales, necesarias para «superar los obstáculos de orden interno que puedan impedir tales investigaciones», según ha informado la cadena española TVE.

Entre los obstáculos aludidos, el CDF hace especial referencia a «la interpretación que se ha dado a la ley de amnistía». «Una amnistía es una norma pacificadora. Esta norma, 30 años después, no puede constituir un obstáculo para la justicia, y la justicia está necesariamente vinculada a la verdad, y la verdad es hija del tiempo», dijo el experto del comité, Álvaro Garcé García en una rueda de prensa en Ginebra, tras la presentación del informe sobre el cumplimiento por parte de España de la Convención Internacional sobre las Desapariciones Forzadas, en vigor desde finales del 2010.

En ese sentido, el informe de la ONU propone crear un órgano específico, una comisión de la verdad, «encargada de determinar la verdad sobre las violaciones a los derechos humanos ocurridas en el pasado, particularmente las desapariciones forzadas», y da a España un plazo de un año para que avance en estas cuestiones

Por su parte, España presentó los pasados 5 y 6 de noviembre su informe sobre la aplicación de la referida convención, en el que defendió que en su ordenamiento legal «no tiene lugar la investigación de crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo por tratarse de delitos ya prescritos».

Sin embargo, el órgano de la ONU considera que la prescripción de este delito solo se produce en el momento en que «la persona aparece con vida, se encuentran sus restos o se restituye su identidad». «La desaparición es un delito permanente y hay obligaciones que no están limitadas en el tiempo», aseveró Garcé.

Asimismo, en su documento final sobre España, el órgano de la ONU destaca la importancia de que los presuntos autores de estos crímenes sean enjuiciados y sancionados en caso de ser hallados culpables.

sábado, 16 de noviembre de 2013

El anarquista y la familia

Por ÉMILE ARMAND

Respecto de la familia, el anarquista se halla en profundo desacuerdo con las ideas dominantes, las cuales basan aquélla sobre bienes con gran frecuencia puramente circunstanciales y que conceden al padre una autoridad tiránica, como la de dirigir la educación del niño, inclinándolo a una carrera dada, falseando las más de las veces su porvenir intelectual y moral. Casi todos los padres tienden a hacer de sus hijos, considerados como otra forma de la propiedad, no seres capaces de pensar por sí mismos y reaccionar contra las influencias hereditarias, no focos de iniciativa, sino fotografías o reproducciones reflejando las ideas y los gestos progenitores. Basta que un niño no sienta afinidad familiar y que a los veinte años haga gala de ideas contrarias a las aprendidas en el hogar para que sea tachado de mal sujeto y acusado de baldón de los suyos.

El anarquista sabe que, producto de la fecundación del huevo por el espermatozoide, toda criatura, por una aplicación algo oscura de los fenómenos del atavismo, reproduce los rasgos del carácter de sus ascendientes, a veces muy lejanos, que los resume o los mezcla a los de sus padres o parientes más inmediatos y que no es sorprendente que algunas de estas características hagan irrupción en el medio familiar y obliguen al inadaptado o mala cabeza a buscar un nuevo terreno más favorable a su desarrollo.

Creerse en el derecho de dirigir la vida ulterior de un vástago, porque durante algún tiempo se le ha asegurado la subsistencia, es para el anarquista tan tiránico como la pretensión de algunos patronos que, por el hecho de proporcionar el trabajo, quisieran imponer a sus asalariados la obligación de asistir a misa.

La verdadera familia es la que se une por afinidad de ideas, caracteres y temperamentos y aunque tal pueda suceder también por la única base del lazo genital, lo cierto es que toda presunción autoritaria perjudica al buen acuerdo entre sus miembros. Dicho esto, se comprenderá que el anarquista es adversario únicamente del concepto estrecho que hoy se aplica a la familia.

El anarquismo individualista
(1916)


lunes, 11 de noviembre de 2013

«Tenemos que quitarle la calle a los Hermanos Musulmanes»


(Nº 303-304, Octubre-Noviembre 2013)

Tras el golpe de Estado del ejército contra los Hermanos Musulmanes, Egipto no ha dejado de ser un hervidero de protestas, sobre todo por parte de las facciones con más poder, que se disputan la hegemonía. Sin embargo, en los márgenes de la batalla entre los generales y los islamistas, siguen haciendo trabajo de base muchos grupos laicos y de izquierdas que tratan de ganar su hueco.

Mohammed Azz, estudiante de ciencias en Alejandría, milita en el movimiento anarquista. Cree que uno de los mayores errores de la izquierda es haber cedido el espacio de la calle, el trabajo en los barrios, a los islamistas. Azz defiende que el espíritu revolucionario perdido se puede recuperar desde la base social.

 ¿En qué situación se encuentran las calles en Egipto después de las últimas turbulencias políticas?

En estos momentos hay tanto manifestaciones en apoyo a los Hermanos Musulmanes y otras al ejército. Aunque es cierto que las manifestaciones que apoyan a Morsi se producen con más frecuencia, casi diariamente. Los Hermanos Musulmanes tienen ganada la batalla de la calle. En cuanto al resto de fuerzas políticas del país, no ven la utilidad de marchar en las calles en este momento y prefieren reunirse con el ejército.

 En este contexto, ¿qué papel juega la izquierda y, en concreto, el movimiento anarquista?

Aquí hay que hacer distinciones: una izquierda que apoya al régimen y sólo busca cuotas de poder y, por otro lado, otra que está a pie de calle y que trata de construir una base popular. En cuanto al movimiento en el que milito, los anarquistas seguimos el mismo camino, es decir, intentamos construir relaciones sociales entre los diferentes barrios para que actúen conjuntamente. También desarrollamos nuestra actividad con los trabajadores y les animamos a que formen sus propios sindicatos. Lo peor que ha hecho la izquierda es dejarle los barrios a los Hermanos Musulmanes.

 ¿Tenéis algún contacto con otras organizaciones a nivel internacional?

Sí, intercambiamos puntos de vista con movimientos de otros países, hablamos con ellos de lo que ocurre en Egipto porque en los medios de comunicación no hablan desde una visión anarquista. Nuestro discurso no está representado en ellos. Cuando fui detenido junto a tres compañeros recibimos el apoyo de colectivos anarquistas de Colombia, Francia y otros países. Además, intentamos crear redes de solidaridad y coordinación entre los anarquistas del Mediterráneo en general.

 Dado que llevar a la práctica políticas anarquistas en estos momentos parece totalmente inviable, ¿cuál es vuestra estrategia?

Actualmente nosotros no podemos esperar que se aplique un modelo anarquista, pero sí se han dado casos de autogestión en varias zonas. Eso sí, nadie los identifica como anarquismo, ya que no saben lo que es este concepto. En muchas zonas rurales y barrios populares, la gente ha construido carreteras y ha puesto en marcha medios de transporte, convencidos de que su trabajo es para la totalidad de la población

 ¿Y véis viable lograr un Estado laico a corto plazo?

Es difícil que haya un sistema laico en Egipto aunque entre las clases media y burguesa sí hay una cultura laica, inspirada por el modelo europeo. Estas capas de la población siempre han querido aplicar lo que ven en Europa. Sin embargo, los Hermanos Musulmanes han ganado terreno y han usado la religión para hacer política, por lo que cada vez en mayor medida han pasado a ser el eje en la vida de mucha gente. La misma Constitución no permite un Estado laico, y hay mucha gente que aprovecha esto para mantener a raya a la población laica.

 ¿Cómo os habéis posicionado frente al golpe de Estado?

Nunca hemos apoyado a ninguna de las fuerzas políticas que se están enfrentando actualmente. Para nosotros, no hay diferencia entre los Hermanos Musulmanes y el ejército. Estamos en contra del golpe de Estado pero al mismo tiempo no consideramos legítimas las políticas de los Hermanos Musulmanes. No vamos a estar contentos si Mohamed Morsi vuelve, igual que no vamos a estarlo si el general Abdul Fatah al-Sisi se convierte en presidente. Nosotros trabajamos con los de abajo.

 Pero el ejército ha llevado a cabo una dura represión.

Ha sido el ejército el que facilitó que los Hermanos Musulmanes llegaran al poder. El ejército les permitió usar eslóganes religiosos durante su campaña electoral, apoyó su programa para conseguir victorias políticas y después los echó.

No apoyamos la violencia entre ninguno de los dos bandos, la cual hace que la juventud se olvide sus reivindicaciones políticas y sociales. La represión en El Cairo no se puede justificar. Sin embargo, la violencia forma parte del conflicto político. Cuando se produce un cambio en la forma política, suele haber enfrentamientos y heridos. Nosotros queremos parar la violencia, pero no tenemos fuerza para hacerlo.

 Mubarak dijo recientemente en una grabación de audio que el próximo presidente egipcio tiene que ser del ejército.

Aunque el presidente pertenezca al ejército o a un partido civil, el ejército siempre acaba controlando el poder. En los tiempos de Mubarak había cierto equilibrio entre el ejército y el Estado. Cada uno mantenía sus intereses. No importa que el próximo presidente sea de los militares, ya que todo el país está «militarizado». A Al-Sisi no le conviene presentarse a las elecciones porque perdería la legitimidad e inviolabilidad que le ofrece el ejército. Es mejor seguir siendo del ejército y controlar al gobierno que esté en el poder, igual que han hecho con Morsi.

 Y en medio de estos cambios, ¿cuál es la situación de la mujer en los movimientos de protesta?

Las mujeres están presentes en la política y en las movilizaciones sociales pero sigue habiendo una desigualdad en cuanto a participación. Es una tendencia que encontramos sobre todo en algunas agrupaciones islamistas conservadoras. Nuestra sociedad sigue siendo machista, y se asienta sobre la idea de que la mujer tiene dos lugares: la casa o el trabajo. Es decir, la mujer no está hecha para la política. El 40 por 100 de las familias egipcias son mantenidas con el salario de la mujer. Por tanto, es cierto que la mujer ha ganado derechos laborales. Lo malo es que incluso en algunos espacios laicos se sigue tratando a la mujer como una propiedad.

Tras la revolución, surgieron varios grupos feministas contra el acoso, que se producía públicamente, incluso en las movilizaciones. Llegaron a convocar una manifestación de mujeres en El Cairo con cuchillos en sus manos, con los que amenazaban a los acosadores de manera simbólica. Ahora hay grupos que se enfrentan al acoso con participación masculina incluida.

 Y llegados a este punto, ¿dónde veis la solución?

Los problemas políticos que tenemos ahora surgen de otros de tipo económico y social. En la sociedad egipcia hay violencia, pero es normal en un país pobre. La solución es destruir todo el régimen, las elecciones que se celebrarán en breve no cambiarán nada.

Egipto es un pastel y cada cual está pidiendo su parte. Los países del Golfo tienen intereses en el país. Qatar apoya a los Hermanos Musulmanes, Arabia Saudí a los salafistas y a Mubarak. Y Estados Unidos a los militares, ya que el ejército es el único organismo que asegura la estabilidad del régimen y la continuidad de las inversiones americanas. Los saudíes rechazan a los Hermanos Musulmanes para evitar cualquier cambio en su propio país. Si en Egipto gobiernan los Hermanos Musulmanes, influirá.

 Mirando atrás, ¿ha traído la revolución cosas buenas?

No. Si pudiéramos volver atrás en el tiempo propondría tener un programa con objetivos claros y concretos, que hoy por hoy —seamos sinceros— seguimos sin tener. Hubo una parte que aprovechó las movilizaciones en la calle para sus propios intereses. A diferencia nuestra, los Hermanos Musulmanes han ganado la fuerza popular porque tenían un programa, y apelaban a unos cambios concretos. Además, gente bien posicionada económicamente ha apoyado a estos grupos para seguir manteniendo sus intereses. Al final, estas organizaciones grandes se apropiaron de la revolución. Nosotros no teníamos la madurez necesaria para proponer un programa.

Omnia Nur

miércoles, 6 de noviembre de 2013

La estética al servicio de la pedagogía libertaria

 

Con motivo del 125 aniversario del nacimiento de Ramón Acín, anarcosindicalista, pedagogo y artista oscense, se están realizando durante estas fechas toda una serie de actividades para reivindicar su figura en sus diferentes vertientes por parte del Instituto de Estudios Altoaragoneses, en las que se incluye una exposición en Huesca que podéis visitar hasta el 12 de enero de 2014.


Sin que nada tenga que ver con la reciente exposición antológica que el Museo de Huesca le dedica actualmente, la CNT de Zaragoza organizó el 27 de abril una conferencia impartida conjuntamente por su principal biógrafa la doctora Sonya Torres Planells y por quien escribe este artículo, estudioso de Ramón Acín en calidad de precedente en el uso de materiales no considerados tradicionalmente artísticos, especialmente por su pobreza y su calidad efímera.

La finalidad de esta conferencia consistió en indagar en sus aportaciones más relevantes al movimiento libertario, mas no de forma seriada sino buscando la síntesis necesaria que desvelase sus verdaderas inquietudes. Para ello antes tuvimos que salvar las lagunas y tópicos impuestos por las ediciones y exposiciones institucionales, las cuales dan explicación a sus inquietudes sociales a través de un arte mayúsculo entendido como el terreno de unos pocos seres especiales tendentes a actitudes y posicionamientos excéntricos. Sabemos que esto no es cierto, que precisamente fue su interés pedagógico inculcado por su madre profesora lo que le condujo al movimiento libertario a través de Ferrer Guardia, y su obra demuestra que siempre antepuso esta inquietud a la producción de unas obras de arte aisladas y acabadas.

Lo que está en juego en este asunto, empero, no es sólo la autenticidad y la sinceridad de Ramón Acín, sino también la disposición del arte que él siempre defendió a ultranza a través de su ánimo investigador y de una mirada especialmente crítica con las instituciones artísticas. Para él el arte y la estética eran un medio de conocimiento capaz de superar la alienación que nos separa de nuestro entorno dominado por el capitalismo, un sistema retrógrado para las verdaderas capacidades productivas de la sociedad. Y esto se propuso demostrar mediante la incorporación de materiales cotidianos que todos podemos manejar sin grandes habilidades, la monumentalización de las producciones artísticas anónimas y de los juguetes —por ejemplo las pajaritas o las máquinas convertidas en auténticos bibelots—, o la creación de un museo que agrupase los saberes populares y donde todos se sintiesen reconocidos, todo lo contrario a lo que ocurre normalmente en los museos.

Todas estas disposiciones artísticas deben ser comprendidas desde su labor pedagógica, encaminada a la disposición de los medios necesarios para que los alumnos produjesen ellos mismos sus propias creaciones de forma independiente, por ejemplo gracias a su colaboración activa en la difusión en los colegios españoles de las imprentas Freinet o de la mesa de dibujo que él mismo concibió. Pero esto sólo es posible si superamos la parcelación positivista del arte, su mitificación institucional y los miedos inculcados por la filosofía del Capital hacia nuestra propia realidad.

* Manuel S. Oms es doctor en Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza