domingo, 2 de diciembre de 2012

El temor al pensamiento libre

Bertrand Russell

El ser humano teme al pensamiento más de lo que teme a cualquier otra cosa del mundo; más que la ruina, incluso más que la muerte.

El pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible. El pensamiento es despiadado con los privilegios, las instituciones establecidas y las costumbres cómodas; el pensamiento es anárquico y fuera de la ley, indiferente a la autoridad, descuidado con la sabiduría del pasado.

Pero si el pensamiento ha de ser posesión de muchos, no el privilegio de unos cuantos, tenemos que habérnoslas con el miedo. Es el miedo el que detiene al ser humano, miedo de que sus creencias entrañables no vayan a resultar ilusiones, miedo de que las instituciones con las que vive no vayan a resultar dañinas, miedo de que ellos mismos no vayan a resultar menos dignos de respeto de lo que habían supuesto.

¿Va a pensar libremente el trabajador sobre la propiedad? Entonces, ¿qué será de nosotros, los ricos? ¿Van a pensar libremente los muchachos y las muchachas jóvenes sobre el sexo? Entonces, ¿qué será de la moralidad? ¿Van a pensar libremente los soldados sobre la guerra? Entonces, ¿qué será de la disciplina militar?

¡Fuera el pensamiento!

¡Volvamos a los fantasmas del prejuicio, no vayan a estar la propiedad, la moral y la guerra en peligro!

Es mejor que los seres humanos sean estúpidos, amorfos y tiránicos, antes de que sus pensamientos sean libres. Puesto que si sus pensamientos fueran libres, seguramente no pensarían como nosotros. Y este desastre debe evitarse a toda costa.

Así arguyen los enemigos del pensamiento en las profundidades inconscientes de sus almas. Y así actúan en las iglesias, escuelas y universidades.

Principios de reconstrucción social
(1916)


Free Thought de Glen Tarnowski.

sábado, 1 de diciembre de 2012

El abogado Max Turiel desvela las fotos que nunca se han visto en España: «El rey está desnudo»

 27/11/2012

Hans Cristian Andersen escribió en 1837 un cuento titulado El traje nuevo del Emperador. Mucho antes, don Juan Manuel escribió en el siglo XIV El Conde Lucanor, cuyo capítulo 32 se titula «De lo que conoció a un rey con los burladores (pícaros) que hicieron el paño». Escojamos este último por ser menos conocido en el resumen de la Universitat Oberta de Catalunya:

Tres pícaros engañaron a un rey diciéndole que sabían tejer una tela maravillosa, que sólo podía verla aquél que verdaderamente fuera hijo de su padre. El rey quiso conocer el linaje de sus cortesanos, codicioso de confiscar la herencia de los ilegítimos, y ofreció oro y todo lo necesario para que los pícaros confeccionaran la «maravillosa» tela, durante la realización de la cual, debía encerrarse en su palacio. Pararon sus telares los pícaros y, al cabo de unos días, uno de ellos salió para informar al rey cómo estaban haciendo el paño.

El rey, para comprobarlo, envió a su camarero, el cual, sin ver la tela, informó al rey que la había visto. Y así hicieron otros criados y cortesanos que envió a los falsos tejedores. Al final, acude él mismo y, al no ver nada, piensa que puede perder el reino si se descubre que no es hijo legítimo del anterior rey, de modo que continúa la farsa diciendo a todos que la tela es preciosa. Y nadie se atrevía a decir que no la veía.

Un día de una gran celebración, el rey decide vestirse la tela, sus criados hacen como que lo visten y sale a la calle desnudo (menos mal que era verano). Nadie se atreve a decírselo hasta que se cruza con un hombre de color muy pobre que no tiene nada que perder si le dicen que no es hijo de su padre y descubre el engaño al monarca: el Rey está desnudo. Otros dijeron lo mismo y el monarca se percató del engaño. Pero ya es demasiado tarde: «los tres pícaros se han marchado con el oro del rey».


Antonio García Trevijano dijo entonces en los informativos de Radio Libertad Constituyente que estaba cerca el momento en que abuchearían a los miembros de la Casa Real por las calles de España. No se equivocaba, pues los pitos ya se han convertido en una protesta frecuente contra la Monarquía. «En lugar de ser ella la que proporciona autoridad moral al Gobierno, es la que recibe la autoridad de un partido que la protege, cubre y arropa», decía Trevijano. El pasado mes de mayo, Diario RC publicaba esta noticia bajo el titular: «La Corona necesita ser arropada por los partidos».

Hoy ya todo el mundo sabe que el rey está desnudo. Su cacería de elefantes en Bostwana lo ha desprendido de sus ropas y ha dejado al descubierto su vida disoluta y su inmensa fortuna, amasada en la oscuridad de las comisiones fraudulentas en el petróleo o las armas y está casi toda fuera de España. Pero hay una diferencia con respecto a su prima etapa de reinado: hoy la censura en Internet es más difícil.

El 17 de mayo de 1995, la periodista de El País, Karmentxu Marín escribía desde Roma que «el rey de España aparece desnudo, llevándose todo el sol, al parecer malagueño, desde la cubierta del yate Fortuna —del que se ve el nombre y la bandera con la corona real— en unas fotografías que publica la revista sensacionalista, italiana Novella 2000, que en portada da una de las imágenes, señala que es la primera vez que un monarca sale de esa guisa y lo anuncia como exclusiva mundial».

«Don Juan Carlos, sin una marca de bañador, como un habitual del sol integral, enseña lo que la revista llama "Las más escondidas joyas de la Corona española", y entona el himno al naturismo cubriendo tan sólo su real cabeza con un gorrito blanco de pescador. Cuatro fotografías, que dejan ver el anverso y el reverso, la cara y la cruz del Monarca, del que Novella 2000 loa el físico enjuto y longilíneo, a la vez que recuerda su pasión por el deporte», concluía la periodista.

Y en efecto, bajo el título interior de ‘El Rey está desnudo’, figuraban dos subtítulos para las fotografías: el primero le rebajaba un poco de rango, «¡Olé!: he aquí a su Alteza Real»; el segundo, sin cortarse nada, lo define como «Un gran pedazo de hombre». Novella 2000, que databa el texto en Málaga, a la salida de cuyo puerto el Rey, «repanchigado en el puente del yate Fortuna, en espléndida soledad, [...] ofrece las reales rotundeces a los besos del sol», como dice con toque poético, comenta el hecho de que don Juan Carlos sólo lleve cubierta la zona de la corona como un relax tras el estrés de la boda de la infanta Elena, y recordaba que ya fueron pillados en situación semejante príncipes de sangre real, como Alberto de Mónaco o Carlos y Andrés de Inglaterra, pero nunca un soberano reinante.


La revista no aludía a que las reales porretas no son sino continuación de las que su abuelo, Alfonso XIII, se dejó inmortalizar por el fotógrafo Campúa cuando visitó Las Hurdes con el doctor Marañón. El gabinete de prensa de la Zarzuela no hizo ningún comentario. Fuentes de la Zarzuela señalaron a la agencia Servimedia: «Desconocemos la publicación, por lo tanto es difícil hacer cualquier tipo de consideración».

Hoy el abogado Max Turiel hace públicas en DRC las fotografías por vez primera en España, pues el texto de Karmentxu Marín no llevaba imagen alguna. Después las publicó la revista Oggi, pues estaban vedadas en España. Y hoy, 17 años después, se puede proclamar en España ya sin temor que «el rey está desnudo».


Noticias relacionadas:
  1. Los Pujol dicen que todo es un malentendido fruto de la homonimia de un empresario vecino pero las fotos le delatan: La defensa de la familia Pujol frente a la investigación fiscal que está concluyendo la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) para evaluarla con el juez Josep María Pijuán...
  2. El «emperador de las perdices» amigo del rey traía semen de Australia y en su finca dicen que «señoras rubias han venido muchas»: Patxi Garmendia, el empresario amigo del rey Juan Carlos que le soltaba las perdices “domésticas” (no eran salvajes) para que el monarca las cazara, logró que el Ministerio de Medio...
  3. DON JUAN ANUNCIA EN ESPAÑA QUE NUNCA ABDICARÁ EN FAVOR DE SU HIJO JUAN CARLOS: PATRICIA SVERLO. El 25 de agosto de 1948 Don Juan y Franco se reunieron en el yate del Caudillo, el Azor, cerca de San Sebastián. Juan acudió con su barco...

viernes, 30 de noviembre de 2012

Entrevista con el realizador de 'Themroc'


Claude Faraldo: «No se necesita ninguna 'cultura' para hacer una película»


Nacido en 1935, Claude Faraldo tiene cinco largometrajes en su haber: Claudio o La jeune morte (1965), Bof! (1971), Themroc (1972) Tabarnac (1974) y Les fleurs du miel (1975) y dos obras teatrales. En la actualidad prepara el rodaje de Les fions au soleil, que tendrá como protagonistas a Gérard Dépardieu y Jacques Dutronc. Claude Faraldo asistió el pasado miércoles al estreno madrileño de su película Themroc * y mantuvo un coloquio con los espectadores al final de la proyección. Unas horas antes mantuvo la siguiente entrevista con Fernando Trueba.

—¿Cómo llegó usted a hacer películas?

—Yo carezco de lo que se llama una cultura, una formación intelectual. Desde los trece años he trabajado. He sido camionero y militaba políticamente. Fue durante una huelga que decidí romper con el partido y más tarde deje; el trabajo. Anduve de un lado para otro, sin hacer nada, viviendo.

Conocí a una mujer que me dijo: «¿Por qué no dejas de hablar y todas esas cosas que estás siempre contando las pones en un guión? Yo tú ayudaré.» Así escribí mi primer guión. Mi primera película no quise que se viera porque me di cuenta de que era una película esteticista, en la que había intentado hacer arte, hacer bonitas imágenes. Y creo que no hay que hacer esto. Hay que hacer películas que demuestren a la gente que ellos también pueden hacerlas, que hacer cine no es tan difícil y que no se necesita ninguna cultura ni preparación especial para hacer una película. Mayo del 68 había permitido que se estrenase una obra teatral mía y esto hizo que se hablara algo de mí. Gracias a ello pude realizar Bof!

—¿Considera que sus películas ilustran de alguna manera el espíritu del Mayo Francés?

—No. He hecho mis películas a partir de ahí. Mayo del 68 me permitió hacerlas porque entonces hubo un gran período de crisis y confusión. Los comerciantes del cine no sabían qué era lo que le gustaba a la gente, estaban confundidos, gracias a eso pude hacer un filme como Themroc, desgraciadamente eso pasó. Ahora sería imposible rodar un filme así en Francia, sin diálogos, sin música, etcétera.


—¿Está contra la qualité habitual del cine francés?

—Absolutamente. Hay que hacer un cine que sirva a la gente para algo. Las películas de Bergman no sirven ni siquiera a los intelectuales, puesto que les cuentan historias que ellos conocen de sobra. Historias mezquinas del tipo «Te quiero, luego, ¡me debes algo!», es un cine burgués, sobre culpabilidades cristianas desfasadas, un cine que va contra la libertad del individuo. Y Bergman tiene talento, es un gran técnico, pero trafica con viejas ideas, que ya no tienen sentido. Sus películas tienen una factura considerable. Bergman no hace cine para que los demás puedan hacerlo o imitarle, el cine de Bergman, me dice: «Usted ocúpese de cargar cajas, que el cine ya lo hago yo.» No soy un cinéfilo, apenas voy al cine. De todas formas, hay películas que me gustan. Por ejemplo, Milos Forman, amigo mío desde hace muchos años, ha hecho un filme estupendo en América, Alguien voló sobre el nido del cuco, en que la gente se detiene en el lado psicológico y clínico de la historia. Yo paso de eso completamente, lo que me gusta es que ese filme es América, tal y como Forman la ve. Últimamente, muchas cosas han cambiado. Hace años, un obrero dejaba de trabajar y sentía vergüenza, ya no era nadie. Ahora te encuentras a un tipo que te dice: «Llevo dos años en paro y voy a intentar renovarlo por un año más», y esto está muy bien. En Themroc hablo de esto. También hablo de que hacer el amor con tu hermana está muy bien, si ella está de acuerdo. Hay que acabar con los viejos tabúes burgueses. Yo descubrí la libertad muy tarde. Me refiero a tu libertad individual, íntima, que es muy importante.


—¿En qué condiciones económicas se realizó Themroc?

—En Themroc trabaja mucha gente, pero cobrando muy poco. La película costó 130 millones de francos viejos. Pero lo importante es otra cosa. En Themroc hay algunas escenas en el Metro; yo no podía pagar permisos para rodar allí ni pagar extras, así que tuvimos que entrar a la fuerza y rodar la escena en hora y media, el tiempo que tardaron en venir a prohibírnoslo. Rodábamos metiéndonos entre la gente con la cámara y un foco a las seis de la mañana. ¡Y ni siquiera míraban a la cámara! Estábamos en cierta forma forzando a la gente, era algo muy violento, nos arriesgábamos a que nos partieran la cara. No digo esto por contar una anécdota, sino para ilustrar el contexto tan duro en que se realizó la película. Todo ello marca el estilo del filme y supone un contacto muy real con la vida, sin los trucos del falso cine-verdad. Hay gente que me dice: «Claude, sabes escribir bonitos diálogos, ¿no estás ya un poco harto de tus historias de obreros que mandan todo a la mierda?» Me aconsejan que cambie de tema, que haga películas de aventuras... Quizá tengan razón. Pero creo que lo que hago no es fácil ni cómodo. Yo hago una película por una necesidad muy poderosa de conectar con la gente.y de mostrar determinadas cosas. Mis películas son reacciones vitales, no funcionan por referencias a otras películas o a la cultura en general. Son parte de mi vida. No me gusta la gente que hace películas de una manera y luego vive de otra. Hay que ser sincero, contar las cosas que realmente vives y crees. Con mis películas intento cambiar la vida.
 
* Themroc, largometraje estrenado el pasado miércoles [14 de Marzo de 1979] en Madrid, con Míchel Piccolí, Beatrice Romand y Marilú Toló en sus papeles protagonistas, se enclava en ese estilo vanguardista cuya base originaria pudo haber sido «la nueva ola» de los Godard, Truffaut y Chabrol, matizado y enriquecido por el paso de los años y los acontecimientos sociales y políticos de una Europa contradictoria y apasionada.

martes, 27 de noviembre de 2012

CGT ante los últimos nombramientos en RTVE y los ataques a la libertad de información

La sección sindical de la Confederación General del Trabajo (CGT) en RTVE quiere mostrar su rechazo a las nuevas incorporaciones de directivos externos y denunciar los ataques a la libertad de información y a la independencia profesional en la radio, la televisión y la web públicas.


A las denuncias y las quejas internas por manipulación informativa y presiones a los trabajadores (las más recientes, en Informe Semanal y en la web) se suma el nombramiento, anunciado el día 21, de dos nuevos cargos directivos de marcada tendencia política.

El hecho es doblemente grave. En primer lugar, porque entran en RTVE «a dedo» dos personas que cobrarán sueldos de directivo, en un momento en el que, con la excusa de la «austeridad», se reducen los equipos y los medios con los que cuenta RTVE y se amenaza con recortar las condiciones laborales.

En segundo lugar, porque estas dos personas llegan de Telemadrid y la COPE, lo que en modo alguno es casual. Ambos vienen a reforzar la línea política del director de Informativos, Julio Somoano.

Desde CGT queremos alertar a toda la sociedad de la deriva que está experimentando RTVE desde que el Gobierno del Estado aprobó el decreto que permitió el nombramiento de Leopoldo González-Echenique.

De un modelo anterior que aun lejos de consolidar una Radio-Televisión Pública plural e independiente, en cambio si permitía ciertos márgenes de autonomía, se está pasando a un control estricto de los contenidos en RTVE en todos los formatos.

Este modelo de manipulación y falta de calidad se ve claramente reflejado en el programa Informe Semanal dirigido por Jenaro Castro, en el que se junta una información de un perfil muy bajo que raya la grosería y mal gusto, como el reportaje del Madrid Arena emitido el pasado día 3 de noviembre, con otros reportajes que presentan informaciones muy alejadas de la realidad. Además, la dirección de informativos ha empezado a tomar represalias contra los trabajadores que están protestando ante esta situación, todo ello después de las primeras purgas de redactores que se realizaron con la llegada del actual equipo directivo sustituyéndolo por redactores afines, ahora le ha tocado a un realizador que se negó a firmar un reportaje que consideraba «irregular».

Desde CGT-RTVE exigimos la destitución del director de informativos no diarios (Jenaro Castro) y hacemos un llamamiento a todas las organizaciones, tanto profesionales como sindicales y ciudadanas, y a los comités de empresa de los medios de comunicación para que se unan en la denuncia de estos hechos y en la defensa de unos medios de comunicación públicos imparciales y objetivos, que garanticen el derecho de la ciudadanía a recibir una información veraz.

Sección Sindical CGT-RTVE


lunes, 26 de noviembre de 2012

El Plan Dalet

Fundación Palestina

El Plan Dalet  fue un plan elaborado por los dirigentes sionistas en 1947 en un edificio de Tel Aviv conocido como la Casa Roja. El plan desarrollaba los pasos a seguir para lograr la limpieza étnica de Palestina logrando así la expulsión sistemática de los palestinos de su país. Para ello, no dudarían en utilizar todos los medios posibles: saqueos en viviendas, edificios públicos y aldeas, incendio de bienes, bombardeos, intimidación a gran escala… Todo era válido para lograr el objetivo principal: la creación de un estado exclusivamente judío. Las órdenes de Ben Gurion eran claras: «El principal objetivo de la operación es la destrucción de aldeas árabes... y la expulsión de los aldeanos».

El paso previo fue el denominado Proyecto Archivo de Aldeas, que según el historiador israelí Ilan Pappé, se desarrolló desde finales de los años 30. El proyecto tenía como objetivo realizar un registro de todas las aldeas y pueblos palestinos con información detallada sobre aspectos como la fertilidad de sus tierras, su número de habitantes, sus principales puntos de acceso, la facilidad para conquistarlas, etc.


Con este archivo completo, la siguiente fase sería la aniquilación de estas aldeas: destruyendo entre el 80 y 90% de los pueblos y aldeas palestinos no sólo se lograría la expulsión de los palestinos sino que se impediría su vuelta de por vida. Más 400 aldeas palestinas fueron borradas del mapa.

Tal y como afirmaría el político y militar Moshe Dayan: «no hay ninguna aldea, pueblo o ciudad en Israel que  tenga un nombre hebreo que antes no tuviera un nombre árabe... Debemos reconocer que nuestro país lo hemos construido sobre los árabes».

La masacre de Deir Yassin, pese a no ser ni mucho menos la única pasaría a la historia como uno de los episodios más tristes para el pueblo palestino. El 9 de abril de ese mismo año, el grupo terrorista Irgún liderado por Menajem Beguin y la banda de Stern cometieron una masacre en la aldea de Deir Yassin, cerca de la ciudad de Jerusalén, que costó la vida a 254 palestinos, entre ellos hombres, mujeres y niños. Los que sobrevivieron huyeron y lo mismo ocurrió en las aldeas vecinas. Pocos días después judíos venidos de Polonia, Rumania y Eslovaquia se establecían en la aldea como si nada hubiese ocurrido. Los ejecutores no sólo salieron impunes, sino que su impulsor, Menajem Beguin se convertiría años después en Primer Ministro de Israel.

Deir Yassin encabeza una larga lista de masacres, entre ellas podemos citar Ein Karem, Kakoun, Tantura, Jaffa, Sufsaf... Con estos ataques, los sionistas se aseguraban que el terror entre los palestinos se extendiese y agilizaban su huída hacia otros países árabes.

El caso de las ciudades fue diferente ya que su ocupación era un objetivo primordial para el proyecto sionista. Las ciudades de Safad, Majdal, Tiberiades, Beisan y Beerseba fueron totalmente desocupadas. En otras cinco: Jaffa, Haifa, Lod, Ramala y Acre apenas quedaron unos centenares de habitantes. Toda la herencia cultural de estas ciudades fue destruida: bibliotecas, imprentas, editoriales, centros culturales, cines teatros, archivos de hospitales, escuelas, consejos municipales...


La única ciudad que permaneció intacta fue Nazaret ya que los principales dirigentes sionistas prefirieron no enemistarse con el Vaticano y el mundo cristiano.

Más de 60 años después de la Nakba, Israel sigue manteniendo que los palestinos se fueron aconsejados por sus propios líderes árabes, que les instaron a abandonar sus hogares hasta que reconquistasen Palestina. Esta teoría es enseñada en escuelas, institutos y universidades de todo Israel. Todo intento de incluir la Nakba en el sistema educativo israelí ha sido boicoteado por los diferentes gobiernos. A día de hoy tan sólo una minoría reconoce el alto precio que tuvieron que pagar para establecer un estado judío en Palestina.


Fuentes:

Artículo publicado por Saleh Abdeñ Jawad en la revista Viento Sur:

Artículo de Laura Lescano, publicado en Rebelión el 23 de noviembre de 2008:

La limpieza étnica de Palestina, de Ilan Pappé:

Destrucción de aldeas palestinas:

domingo, 25 de noviembre de 2012

Entrevista con un ateo saudí

William Bauer

(21/11/2012)

«Por favor, tenga en cuenta, que hay una caza de brujas contra nosotros... así que tenga cuidado con los detalles que revela», comienza Jabir. Tiene razón para estar preocupado, porque él es un ateo en un país donde defender creencias distintas al Islam sunnita puede acarrear prisión, ser posiblemente torturado, y con una teórica posibilidad de ejecución.

Aunque Jabir no es su verdadero nombre, aún desconfía de expresar públicamente sus puntos de vista. Arabia Saudí es un entorno altamente hostil para expresar creencias religiosas no islámicas, por no hablar de la incredulidad. De hecho, para muchos saudíes, el ateísmo —mulhad en árabe- es mucho más inquietante que creer en otra religión diferente. El ateísmo, como sostienen muchos clérigos en Arabia Saudí, conduce a una vida disoluta, aventuras carnales, conductas inmorales y, en última instancia, a la condenación eterna.

Los ateos son retratados en los medios oficiales saudíes como una amenaza existencial y de corrupción para la sociedad. Un clérigo incluso habló recientemente de una: «oleada de ateísmo que azota el país». Es muy poco probable que esto ocurra, pero demuestra el temor persistente a los ateos y asegura que ningún saudí exprese esta creencia abiertamente.

Jabir tiene unos veinte años, y se graduó con éxito en una prestigiosa universidad saudí. Solía ser muy religioso, asistía regularmente a las clases de Corán de su escuela, y no escuchó música hasta su adolescencia. Pero en sus últimos años de escuela, todo esto cambió.

«Me di cuenta que algunas de las enseñanzas y reglas religiosas no tenían sentido. Así que empecé a hacer preguntas acerca de detalles pequeños, como por qué la música es Haram (prohibido) o por qué las mujeres tienen que cubrirse el rostro. Entonces empecé a leer sobre la forma en que los textos islámicos y el Hadith se escribieron... Yo tenía un grupo de amigos que nos gustaba hablar de libros en nuestras frecuentes reuniones... Después de un tiempo llegué a creer que toda las religiones no son más que invenciones humanas para luchar contra la realidad e imponer un orden».

Citando obras clave de pensadores musulmanes y árabes, así como de autores como Richard Dawkins, Christopher Hitchens y Sam Harris, Jabir explica que adquirir estos libros es muy difícil. A menudo, tiene que pasarlos de contrabando en Arabia Saudí. «Por lo general obtenía algunas copias de libros en inglés que nadie entendía. Tuve que esconder Dios no es bueno en una bolsa a medida para poder pasar la aduana, ya que era demasiado evidente...»

Luego viene otra complicación, ocultar estos libros. El proceso es lentísimo nos comenta Jabir: «... Si quieres bromear con un ateo saudí pregúntale: "¿dónde tienes tu alijo de libros extraños?"» Más allá del humor, sin embargo, el problema es muy grave, y si le encuentran estos libros, Jabir tendría serios problemas.

Cuando se le pregunta si mantener tales puntos de vista lo aislaba, responde con seguridad: «Desde mi propia experiencia, fue muy fácil. Es importante destacar que un grupo cercano a mí de compañeros del colegio abandonó igual que yo la fe islámica. Cuando acabé la carrera, me fui a trabajar, al igual que la mayoría de mis amigos, a diferentes ciudades. Esto me fue fácil para conocer otros grupos racionalistas y ateos en cada una de las ciudades que estuve.»

En los últimos diez años, los nuevos medios de comunicación han abierto las puertas a mucha gente del país. Ya se trate de un joven saudí en busca de amor, un analista político en ciernes impedido a debatir públicamente, un experimentado escritor en busca de público, o un ateo en búsqueda de almas gemelas, Internet ofrece posibilidades para todos. «Facebook y Twitter hacen que sea fácil encontrar personas que debaten y se interesan por los valores seculares. Nosotros, los "no creyentes" hacemos reuniones y tenemos grupos en varias ciudades saudíes. A pesar de lo difícil que es conocerlos, si usted entra en uno de ellos, se sorprenderá, entonces, por la cantidad y los sectores de la sociedad allí representados», dice Jabir.

No es sólo el hecho de que haya otra gente como él, lo que sorprendió a Jabir. «Me quedé muy sorprendido al conocer a personas mayores de cuarenta y cincuenta años que ocultaron su ateísmo durante décadas. Me dijeron que sólo con la generación joven actual habían encontrado a otras personas que piensan igual que ellos y fuesen capaces de encontrar grupos en los que poder hablar y debatir sobre sus ideas.» Jabir cortésmente objeta cuando se le pregunta acerca de los antecedentes de estas personas, la confidencialidad y el secretismo son muy acentuados en el entorno ateo de Arabia Saudí.

Jabir mantiene la apariencia de ser un creyente islámico, cuando está entre la familia. En ocasiones, esto se vuelve frustrante, sobre todo porque todos los viernes tiene que fingir que va a rezar a una mezquita, pero en realidad se sienta en su coche en el exterior de una cadena de cafeterías, bebiendo un café con leche hasta que el sermón haya terminado. Otro ateo, Abdalá, menciona que él tiene la suerte de tener a su familia viviendo en otra parte de Arabia Saudí, y por lo tanto no tiene que fingir todas las semanas.

Sin embargo, las consecuencias de ser descubiertos como ateos serían terribles para Jabir o cualquiera de sus compañeros. «Si alguien declarase que no es creyente, al margen de si el gobierno tomase medidas o no, quedaría aislado por la familia, sería despedido de su puesto de trabajo, la gente en todas partes hablaría mal de él y advertirían a otros sobre él. Y sería muy probable que le agredieran físicamente, e incluso matarlo.»

Cuando se le pregunta cómo se siente por ser saudí, Jabir dice: «El hecho de que Arabia Saudí no sea un país secular, me hace ser pesimista por el futuro. El hecho de que este país es un estado religioso, promotor de una de las formas más extremistas del Islam, me horroriza. No veo un cambio de la sociedad, no veo un cambio de la familia real, y que al resto del mundo no le importe nada cuántas personas son asesinadas simplemente por negarse a creer en la religión en la que nacieron, siempre y cuando el petróleo siga bombeando».

Aunque la visión de Jabir es profundamente deprimente, es innegable que Arabia Saudí está cambiando. Con una población en auge, el aumento del desempleo, la caída de los ingresos por la venta de petróleo, Internet en constante crecimiento y la expansión social de los medios de comunicación, el país se enfrenta a tiempos de cambio e inestabilidad. Se podría transformar en una sociedad más libre y más tolerante con los diferentes puntos de vista e ideas dentro de sus comunidades.

Sin embargo, también puede ser que el sistema político reaccione ante estas nuevas circunstancias, con mayores restricciones sociales y religiosas. Para Jabir sería una auténtica pesadilla cuando el relativamente reformista rey Abdalá muera y viniese un nuevo monarca que permita a la policía religiosa y a ciertos sectores sociales saudíes iniciar una agresiva caza de brujas contra los «no creyentes».

Le pregunto por qué sigue aferrándose a sus opiniones, en ésta, la más peligrosa de las sociedades: «Como persona, nunca me imaginé que estaría en paz conmigo mismo y con mi visión de la vida como siento ahora. Mis nuevos puntos de vista sobre el poder supremo, el más allá, la fe y la religión, se han transformado gradualmente a lo largo de años de lectura y búsqueda de la autosatisfacción. Sin embargo, como saudí, me siento como si hubiera nacido en el lugar equivocado.»

Y para acabar dice: «¿No es un derecho fundamental de los seres humanos creer o no creer libremente? Sé que esto es sólo un sueño en Arabia Saudí, pero esto no cambia el hecho de que la gente tenga diferentes puntos de vista y creencias, lo permita o no la sociedad.»

Policia religiosa saudí.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Egipto no cambia de perfil: «El fascismo militar dejó paso al fascismo religioso»

El ascenso de Morsi no ha traido ningún progreso, según Ahmed Fathi



El periodista Ahmed Fathi piensa que el mando militar en El Cairo simplemente fue sustituido por otra forma de la dictadura. 

«Lo que Mohammed Morsi ha hecho, Hosni Mubarak no lo habría ni soñado en la cima de su poder. Morsi es una parte de los 'Hermanos Musulmanes', un grupo islamista-fascista, ellos controlan a sus miembros y seguidores», dijo el periodista estadounidense de origen egipcio Ahmed Fathi a RT. «Es muy fácil controlarlos en nombre de la religión en un país donde el 45 por 100 de la población es analfabeta», afirma el periodista, que no ve apenas diferencias en la base autocrática del régimen actual y el anterior: «Ahora los egipcios ven claramente que ellos han sustituido el régimen militar fascista de Hosni Mubarack por el régimen fascista religioso de Mohammed Morsi y los Hermanos Musulmanes».

Comparando la situación actual dentro del país con la de hace dos años, Ahmed Fathi no ve ningún progreso: «En la cima de la revolución, en enero de 2011, los egipcios pedían simplemente tres cosas: pan, libertad y justicia social. Y nada de lo que ellos exigían durante la revolución ha sido lograda». 

«La economía egipcia está arruinada, y a la situación con la libertades se le hizo caso omiso. La gente quería la democracia, ellos querían establecer una firme observancia de los derechos humanos, ellos querían tener una justicia social aplicada y no convertirla de una militar a una religiosa fascista», concluye el periodista.