25 de febrero de 2014
El intenso levantamiento social de los Balcanes es una de las grietas que aparecen en el sistema global del capitalismo. Hace unos cuantos años, dio comienzo en Grecia una nueva fase del conflicto entre los trabajadores y las clases gobernantes –revueltas masivas, protestas y huelgas generales–. La clase trabajadora de Eslovenia estuvo a punto de tomar las calles. Les siguió la gente de de Turquía, con protestas de un millón de personas. Después las protestas de los trabajadores de Bulgaria y Rumania amenazaron los sistemas de dichos estados. Más recientemente, ha estallado un levantamiento en Bosnia y Herzegovina, el área de los Balcanes donde más se evidencian las fracturas del sistema y su podredumbre.
La actual Bosnia-Herzegovina (BH) –la sede del capítulo más sangriento de la disolución de Yugoslavia– es una monstruosa creación colonial, amontonada de forma que sirva mejor a los intereses de las fuerzas imperialistas y a los criminales nacionalistas sobre el terreno. Tal estado fue creado para servir los intereses de los ricos y lo único que se le ha garantizado al pueblo ha sido la continua devastación –despido de trabajadores, de todas las nacionalidades, y el robo de sus activos–. Durante años se han visto cegados por el nacionalismo con que les alimentaron los imperialistas, los capitalistas, los clérigos de todos los credos, los magnates, sus medios de comunicación y sus secuaces. Apenas nos sorprende que estas largas y oscuras décadas de represión hayan producido únicamente está feroz respuesta. Ahora no hay duda de que las clases trabajadoras de BH una vez más, entienden quién es el enemigo real.
Las protestas pacíficas contra el desempleo y la pobreza ocasionados por la privatización que continuamente merodea, estallaron espontáneamente el 4 de febrero. Uno de los principales centros industriales de la antigua Yugoslavia, la ciudad de Tuzla, ha estado atravesando un proceso de violenta privatización durante la última década y las demandas de los manifestantes fueron de carácter puramente social. Las protestas crecieron y se extendieron rápidamente y, gracias a la brutalidad de la policía y la arrogante indiferencia del gobierno, se convirtieron en abierta confrontación física con el sistema actual y aquellos que quieren defenderlo. Los trabajadores –que se sienten engañados y robados– y la gente joven que se enfrenta a un futuro en blanco si no se afronta este proceso, han estallado ahora en más de 20 ciudades. Se han enfrentado a la policía, han pegado fuego e incendiado varios edificios administrativos del gobierno (símbolos de su miseria) e incluso secuestraron temporalmente al alcalde de Brčko. Sus acciones han conseguido doblegar al sistema en un muy corto espacio de tiempo, y motivó la intervención exterior, tal como habían amenazado. Valentín Inzko, diplomático australiano/dueño colonial (ostenta el puesto de «Representante Especial de la UE» para BH) ha sugerido públicamente que se use a la OTAN para que el país vuelva al trabajo, es decir, al capitalismo en marcha.
Estas protestas han evolucionado orgánicamente y, en algunas ciudades, han llevado a la creación de Asambleas Ciudadanas («plenos»), estructuras autogestionadas para la democracia directa y la toma de decisiones. Es tal el nivel de interés en estas asambleas que no hay ningún edificio público suficientemente grande para acogerlas, demostrado así el carácter democrático y el alcance libertario de estas protestas.
Los medios burgueses han hecho todo lo posible para ayudar a los jefes, informando historias inventadas y falsificando los «hechos», con la intención de desacreditar a los manifestantes y justificar la brutal represión que se desató contra ellos desde los primeros días de las protestas. Un ejemplo notable de tan flagrante mentira es que los que protestan se han armado supuestamente con la intención de lanzar un ataque a la Republika Srpska, la otra entidad política en el seno de BH, que es parcialmente independiente de la federación principal de BH. Muchos de los manifestantes han sido golpeados o amenazados con violencia, cientos han sido detenidos. Parece que los primeros arrestados están ahora en libertad debido a la continua presión por parte de los que se encuentran fuera y de las manifestaciones de solidaridad en demanda de su liberación. Sin embargo, la policía continúa arrestando todos los días a aquellos que siguen activos en las calles, y el estado ha usado todo su poder para intentar aplastar la rebelión.
Los políticos de la región tienen pánico. El Primer Ministro de Croacia visitó la ciudad de Mostar (Mostar está en BH pero tiene mucha población croata), uno de los lugares a los que primero se extendieron las protestas. Milorad Dodik (Presidente de la Republika Srpska) ha fijado una reunión urgente con Vučić, (Primer Ministro de facto de Serbia). De sus bocas salen los mismos mensajes: dicen que no hay riesgo de que tales protestas surjan en sus propios estados pero, si lo hicieran, serían aplastadas y que es mejor acallar todas las noticias sobre lo que está ocurriendo en todas partes. Sus temores son palpables y simplemente hablan de lo asustados que están, de lo vulnerables que son y con qué fragilidad se aferran al poder.
A lo largo de los últimos meses, BH ha sido mencionada con mucha frecuencia por parte de los que discuten el próximo centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial. Frecuentemente, estos comentaristas tienen algún tipo de perspectiva nacionalista y/o imperialista. Las clases trabajadoras de la moderna Bosnia han conseguido dejar su propia impronta en estas discusiones y han encontrado una nueva manera de conmemorar el asesinato del jefe feudal de Bosnia, Franz Ferdinand. En vez de responder con actos de terror individual, han respondido en masa a la represión a la que se enfrentan en la actualidad, de una forma que los «Jóvenes Bosnios»* no podrían haber soñado hace un siglo.
Ahora que ha pasado la primera oleada de protestas, parece que las esperanzas y sueños de las masas rebeldes no están siendo articuladas tanto como podrían haberlo estado de haber existido alguna infraestructura organizativa o de movimiento. Las asambleas son un buen primer paso. Se verán necesariamente envenenadas por los remanentes de las ex ideologías, las propuestas hacia soluciones utópicas tales como «políticos honestos», «expertos», etc. No obstante, estas pequeñas aberraciones en la conciencia de clase, no deben desmoralizarnos –a partir de estas asambleas es posible crear un movimiento que transfiera los principios de la democracia directa y la acción directa a todos los segmentos de la sociedad–. Podrían ayudar a que el movimiento alcanzara sus metas de transferir el poder de toma de decisión a las masas, y de esta forma, establecer los cimientos de una sociedad mejor –y más libre. Idealmente, los trabajadores tendrán más que decir sobre todos los aspectos de sus vidas, con asambleas en todas las industrias y tipos de centro de trabajo, comenzando con aquellos que proporcionan y mantienen las infraestructuras básicas tales como la electricidad, el agua, las telecomunicaciones, etc–. Una de las primeras tareas de los revolucionarios de hoy en Bosnia es crear el tipo de organización necesaria para hacerse con el control ante los gobernantes actuales y organizarse –de una forma disciplinada y bien planificada– contra las fuerzas represivas del Estado.
¡Éste es un llamamiento! a la clase trabajadora de Serbia y del resto de los Balcanes para que siga el camino iluminado para nosotros por los trabajadores de BH. Si queremos crear en el futuro una sociedad sin clases, sin estado, de democracia directa y genuinamente autogestionada, necesitamos construir ahora nuestros movimientos. Si usamos el tiempo de que disponemos ahora, podríamos crear un movimiento de la clase trabajadora de los Balcanes contra el nacionalismo, contra el imperialismo y por un futuro que todos tenemos interés en compartir, con propiedad colectiva y libertad para todos.
Secretariado General – Iniciativa Anarco Sindicalista (ASI)
Sección Serbia de la Asociación Internacional de los Trabajadores
*Jóvenes Bosnios fue un grupo de inspiración anarquista formado por anti-imperialistas yugoslavos.
Desde que se publicó por primera vez este manifiesto, han continuado las manifestaciones en BH. Ha habido intentos de ocupar el edificio del gobierno de Montenegro. Ha habido choques en Macedonia entre la policía y la gente, inspirados en los acontecimientos de BH. Ha habido manifestaciones de solidaridad con los trabajadores bosnios tanto en Belgrado como en Zagreb.
Salud, solidaridad y lucha!
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