(6 de marzo de 2014)
Permanecimos relativamente en silencio sobre los acontecimientos que sacudían a Ucrania desde noviembre. La ocupación de la plaza Maidán, presentado como un movimiento «pro-UE» por los medios de comunicación nos hizo ser escépticos hasta el inicio de la sangrienta represión del Estado ucraniano.
Sólo podíamos apoyar las demandas legítimas del pueblo ucraniano contra el poder corrupto de los oligarcas, representados por Yanukovich, que saqueaban la riqueza y explotaban metódicamente a la población que hacía frente a la represión policial. Pero los testimonios, cada vez más numerosos, de nuestros compañeros anarquistas, sindicalistas y antifascistas del lugar (incluidos los del sindicato autónomo de Kiev), particularmente sobre el papel central de la oposición profascista y nacionalista en el seno del movimiento Maidan, con sus milicias financiadas de manera oscura y sus modales autoritarios (impidiendo el acceso a la plaza ocupada a los militantes revolucionarios de izquierdas y a los anarquistas de manera visible) nos obligaban a actuar con prudencia. Prudencia reforzada con el apoyo incondicional de los dirigentes europeos al movimiento.
Desgraciadamente, parece que el tiempo nos dio la razón.
Después de la huida precipitada de Yanukovich, pactada con diplomáticos europeos y americanos, los fascistas han tomado amplios puestos en el nuevo gobierno, prohibiendo en primer término al Partido Comunista Ucraniano prorruso y estalinista, persiguiendo a sus miembros y ocupando militarmente los edificios administrativos en Kiev, sin tocar los intereses de los oligarcas contra los que el pueblo había combatido.
El este del país, mayoritariamente rusófono, se ha levantado, después de una demostración de fuerza del PCU, y Crimea reclama su independencia, bajo la protección de Rusia, que ha enviado paracaidistas para tomar por la fuerza la ciudad de Sebastopol y sus alrededores. Frente a esto, el nuevo gobierno «pro-UE» pide reactivar su arsenal nuclear y moviliza al ejército a su vez. Estas tensiones pueden llevar a un conflicto mayor.
Obviamente, estamos seguros que no traerán nada bueno para el pueblo ucraniano. Tampoco nos dejamos engañar con cuestiones geopolíticas, ni el intervencionismo europeo, estadounidense y ruso, en este conflicto en marcha. Ucrania es un país fundamental en la carrera por el poder desatada entre las burguesías de los estados occidentales y el ruso. Ya que es un punto de tránsito importante del gas para la economía del oeste europeo y una importante base militar para Rusia. No depende de la tutela de uno o de otro, que mejore la suerte de los ucranianos/as. Es una pena ver a los medios de comunicación dominantes centrar la atención en una revuelta encabezada por nacionalistas en Ucrania, mientras que los levantamientos anticapitalistas en Bosnia y en el resto de los Balcanes están siendo completamente ignorados.
Es igualmente patético ver a todos los medios de comunicación occidentales haciendo todo lo posible por ocultar el ascenso de la extrema derecha y su integración en las instituciones gracias a su alianza con los derechistas pro Unión Europea que dominan el gobierno de transición
Todos nuestros pensamientos y nuestra solidaridad están hoy con nuestros camaradas ucranianos/as, y con todos aquellos que por ahí se estén movilizando para una sociedad libre e igualitaria, y que están encarcelados o asesinados/as —como Sergei Kemskiy, anarquista asesinado en Maidán por la policía [?]— y con todo el pueblo ucraniano, cuyo sufrimiento y explotación (todavía) no ha terminado.
Solamente un amplio movimiento popular y asambleario que reúna las fuerzas sociales combativas del país podrá hacer frente al intervencionismo y proporcionar los cambios económicos y sociales vitales para la población. Nos movilizamos hoy para exigir el fin de las operaciones militares, del intervencionismo occidental y ruso, así como el cese del apoyo europeo y estadounidense al gobierno «nacionalista» cuya legitimidad por las urnas y en la calle está por demostrar.
En Ucrania como aquí: ¡Respondamos al fascismo, resistamos al imperialismo! ¡Muerte a la guerra! ¡Solidaridad con los antifascistas, sindicalistas y revolucionarios de Ucrania!
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