Como ya se expuso en «Que ardan todas las patrias», la vinculación que hubo entre el mito ario con el celtismo, y de ahí al nacionalismo étnico. Un ejemplo lo tenemos en el nacionalismo bretón colaboracionista con el Tercer Reich alemán, durante los años de la Segunda Guerra Mundial, y precursor del concepto nazi de la «Europa de las étnias». Como fue el independentista bretón Olier Mordrel, que también fue parte del engranaje antisubversivo de la OTAN, conocida, entre otros nombres, como Red Gladio o redes Stay-behind. Otra prueba de cómo los separatismos, en una época determinada, fueron también filofascistas.
Documentos desclasificados el 4 de abril de 2011 por el MI5 (servicio británico de contraespionaje) demuestran que Olivier Mordrelle —alias Olier Mordrel— fue a lo largo de todo el periodo de la Segunda Guerra Mundial un importante agente de la SD (Sicherheitsdienst), el servicio de inteligencia del partido nazi alemán.
Olier Mordrel (1901-1985) es conocido como una de las figuras más prominentes del nacionalismo bretón en el siglo XX. Este personaje esperaba que el proyecto nazi para Europa llevara, entre otras cosas, a la independencia de la Bretaña francesa.
Por esa razón se acercó al partido nazi alemán en los años 1930, época en la que fue representante del Movimiento de los Federalistas Europeos. Su visión racial del celtismo rápidamente lo lleva entonces a abrazar los conceptos del nacionalsocialismo.
Condenado en Francia, en 1938, por atentar contra la unidad de la nación francesa, Olier Mordrel se refugia en Alemania, pero regresa posteriormente a Francia con los ocupantes nazis. En aras de preservar su alianza con el gobierno de los colaboradores franceses instalado en Vichy (conocido también como el régimen de Vichy), Berlín no cumple su compromiso de crear un Estado bretón. En el momento del desembarco aliado, Mordrel huye a Alemania donde se une a los últimos defensores del régimen nazi, antes de huir hacia América Latina. Regresa a Francia en 1972 y allí trabajará a favor del candidato socialista Francois Mitterrand en la campaña que antecede la elección presidencial de 1981.
Se sabía hasta ahora que Olier Mordrel había colaboradora estrechamente con la Alemania nazi. Se descubre que fue un asalariado de la Abwehr, y posteriormente de la SD a lo largo de toda la guerra. Se creía que los aliados lo habían arrestado en Italia mientras huía y que había logrado escaparse el 11 de marzo de 1945.
Se descubre que fue interrogado por el MI5 y posteriormente puesto en libertad y evacuado hacia Argentina, lo cual implica que los británicos lo reciclaron para utilizarlo en sus redes stay-behind. Todo indica que Mordrel, quien fue uno de los fundadores del Movimiento Bretón, se convirtió entonces en un espía británico encargado de vigilar las organizaciones irlandesas y célticas.
Olier Mordrel reveló por otro lado al MI5 que a mediados de abril de 1945 participó, en la periferia de Munich, en la reunión de creación del «Comité de la Libertad», una organización nazi de carácter secreto encargada de planificar sabotajes a través de Europa para preparar el advenimiento de un Cuarto Reich.
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