Extraído de: http://www.anarkismo.net/article/16111
La vitalidad del movimiento anarquista coreano se centra, esencialmente, en torno al profundo deseo de independencia en ese país. Esta fuerte influencia nacionalista en el movimiento anarquista –que data de la más pura tradición de Bakunin y Kropotkin- ha causado, y aún causa, confusiones. Al desear influir sobre un un potente movimiento nacionalista desde adentro, siempre existe el riesgo de ser influenciado de vuelta por el nacionalismo. Makhnó también enfrentó este problema y supo como resolverlo. Los anarquistas coreanos continúan la lucha en contra de una dictadura capitalista pro-EEUU en el Sur, y una dictadura pro-URSS en el Norte.
Algo de Historia
Corea ya tenía su propia cultura y lengua, unos mil años antes de Cristo, pero pronto cayó bajo la influencia de China y posteriormente –como ocurrió con la misma China- cayó bajo la influencia de Mongolia y Manchuria. Desde fines del siglo XVI, Japón comenzó a hacer sentir su influencia. El final del siglo XIX y el comienzo del siglo XX, marcaron el clímax de la influencia foránea en Corea, la que tuvo por resultado tres guerras: entre China y Japón en 1894-1895; entre Rusia y Japón en 1904-1905 y entre EEUU y China entre 1950-1953 (ésta última guerra se ha distorisonado para dar la impresión de una guerra civil entre Norte y Sur).
El carácter del Nacionalismo Coreano
Hacia fines del siglo XIX, dos tendencias emergieron: una corriente intelectual en gran medida clandestina por una parte, y una explosión popular violenta, anti-extranjera, por otra, que incluyó las revueltas campesinas al sur de Seúl entre 1863-1864 y luego, nuevamente, entre 1890-1894, durante el movimiento de independencia. Poco después, dos movimientos sociales más sacudirían a todo el país de la misma manera: en 1919, la proclamación de independencia “Mansei”, y en 1920, las innumerables manifestaciones en contra del presidente Singman Rhee.
Tal uso natural de la acción directa ocurrió dondequiera hubiera Coreanos, especialmente entre las poblaciones de emigrantes Coreanos de Japón, China y Manchuria (tres zonas vecinas). Entre 1907-1913 las fuerzas japonesas en Corea, fueron acosadas continuamente por guerrillas: en 1907, se contaron 323 acciones; en 1908, fueron 1449; en 1909, fueron 898; en 1910, fueron 147; en 1911, fueron 52; en 1912, fueron 30; en 1913, fueron 5. En la ciudad china de Harbin, Hirobumi Ito (príncipe y redactor de la Constitución japonesa, y hombre responsable de la presencia japonesa en Corea) fue asesinado por An Tchounguin en octubre de 1909.
Shin Chae Ho, padre de la historiografía coreana
moderna, fue un luchador antiimpeilista
que se pasó a las filas libertarias.
moderna, fue un luchador antiimpeilista
que se pasó a las filas libertarias.
Los comienzos del Movimiento Anarquista
Pese a que las condiciones sociales en Corea eran favorables, carecemos de un recuento detallado del nacimiento del anarquismo local. En Japón y en la China, los movimientos anarquistas estaban recién comenzando. En 1920 se encuentran batallones anarquistas manchurianos luchando codo a codo con grupos nacionalistas Coreanos en contra del Ejército Japonés. Durante un desfile militar, rodearon a una columna japonesa, eliminando a más de 1.000 soldados; sus bajas, en cambio, fueron menores a 200. Tal fue la batalla de Ch’ing-Shan-Li, librada por el “General anarquista” Kim-Chwa-Jin (también llamado Kim-Joa-Jin), en octubre de 1920.
La presencia Coreana en Manchuria era tan fuerte, que Kim-Chwa-Jin (a quien llamaban el Makhno Coreano) y Choung-Shin (entre otros) inspiraron la fundación de comunas libertarias entre los refugiados Coreanos desde marzo de 1925 en adelante, hasta que un agente comunista asesinó a Kim-Chwa-Jin en enero de 1930.
El Movimiento hasta 1945
Siguiendo a la larga “Declaración de la Revolución Coreana” (en su mayor parte, concerniente al nacionalismo) la primera organización anarquista fue fundada en enero de 1924. El 2 de noviembre de 1928, en Pengouaong, la Confederación General de Anarquistas Coreanos nació en la clandestinidad.
En abril de 1930, en China, la Ligua Anarquista Oriental fue reorganizada y rebautizada como “Liga Coreana de la Juventud del Sur de China”. Su actividad fue continuada por la “Liga Juvenil Anarquista”, la “Federación Obrera Oriental” (ambas fundadas en mayo de 1930) y la “Liga de la Bandera Negra Obrera” (junio de 1930) en Japón.
No conocemos las relaciones exactas entre los nacionalistas Coreanos y los anarquistas. De 1919 en adelante, existió un gobierno republicano en el exilio, dirigido por el presidente Signman Rhee en Hawaii, residiendo el Primer Ministro y otros ministros en China. Estando China en guerra civil (entre Chiang-Kai-Shek y Mao-Tse-Tung), los exiliados Coreanos se dividieron en “liberales” y “comunistas”, entre Kim-Kou y Kim-Won-Bong. En un intento por asegurarse un creciente apoyo de Chiang-Kai-Shek, Kim-Kou lanzó una violenta campaña.
El 8 de enero de 1932, Lee-Pang-Chang (también llamado Yi-Bong-Tchan y Yi-Pong-Ch’ong) arrojó una bomba al carruaje del emperador japonés. El 15 de abril de 1932 en Shangai, Yum-Pang-Gil (también llamado Yu-Bong-Kil) mató con una bomba al general japonés Shirakawa, quien comandaba las tropas en Manchuria en ese momento, hiriendo a otros tantos, incluyendo a un ministro y un almirante.
Dejando de lado interpretaciones subjetivas, los documentos policiales japoneses nos entregan un cuadro preciso de las acciones de 1937: “Anarquistas Coreanos del grupo de Tchong-Hwa-Am están colaborando con anarquistas chinos recientemente salidos de prisión; están preparando atentados terroristas. Ya han recibido fondos considerables.
Kim-Kou envió a You-Tcha-Myong para que visitara a Tchong-Hwa-Am, llevando una carta que decía: ‘Olvidemos el pasado, ¡superemos nuestras diferencias teóricas y unámonos! Yo tengo dinero y materiales. Podemos trabajar juntos como antes. Por favor venga a verme inmediatamente, ya que deseo hablar urgentemente con usted”. Tchong-Hwa-Am dejó la ciudad de Chenchiang y se encontró con Kim-Kou.
En enero de 1934 el movimiento anarquista Coreano ayudó a la formación de una unión sindical revolucionaria y en 1935 participaban en el Partido Anarco-Comunista Japonés. También eran activos en China, mediante la Liga Revolucionaria Coreana.
Como resultado de estos esfuerzos, los anarquistas Coreanos parecen haber sido extremadamente cercanos a sus camaradas chinos y japoneses y muy cercanos a los nacionalistas de Kim-Kou.
El Movimiento después de 1945
En 1945, la Corea “liberada” cruzaba momentos muy duros, con el gobierno japonés entregando el poder a un gobierno títere, mientras las autoridades chinas dificultaban el retorno del gobierno Coreano en el exilio, cuyos miembros volvían a mediados de noviembre. Finalmente, el presidente Signman Rhee llegaba, junta a fuerzas de ocupación norteamericanas, mientras los rusos se preparaban en el norte.
Fue durante este obscuro período que los anarquistas se reorganizaron. En Anwi (Corea del Sur) Lee Sui-Ryung y Ha Ree-Rak fundaron el Comité Preparatorio para la Construcción de una Nueva Corea. Ha Ree-Rak era, además, presidente del Sindicato de Campesinos Libres, representándolos en el Congreso Nacional de Trabajadores Campesinos en octubre de 1945, el cual después resultó manipulado por el Partido Comunista.
En noviembre de 1945, los anarquistas organizaron un encuentro en Seúl, al cual asistieron 67 camaradas, fundando la Liga de los Constructores Sociales Libres (sic), cuyos fines reproducimos a continuación:
“Abandonamos nuestros camuflajes y dejamos la clandestinidad. Esta declaración rompe las cadenas del silencio y proclama nuestros fines y principios a todo el mundo.
Todos quieren ser libres. La igualdad es la condición fundamental para la vida social. El apoyo mutuo es el factor principal en la evolución. Como resultado, al faltar estos factores, hay desviaciones y la sociedad colapsa.
Hemos caído en el agujero de la ruina social. Cuando hemos perdido el interés por la libertad y la igualdad, en favor de nuestros propios intereses, mediante la ignorancia, nos olvidamos del fin del apoyo mutuo y nuestra sociedad se encamina hacia la impotencia y la corrupción.
Por cuatro siglos, desde Im Jim en adelante, la venenosa daga de la agresión japonesa punzó nuestros corazones y decimó nuestras vidas. La dignidad de 30 millones de Coreanos ha sido pisoteada, y nuestra larga historia de libertad, terminada.
Sólo con la purga de todos los elementos de la ruina nacional abandonaremos la destrucción, restauraremos la vida de nuestro pueblo, y reconstruiremos nuestra historia. No sólo debemos deshacernos del Imperialismo Japonés, sino además, de nuestros enemigos internos: la falta de libertad, la desigualdad y el antagonismo recíproco. En su lugar, debemos colocar el apoyo mutuo, en torno al cual debemos construir nuestra sociedad futura, basada en la libertad y la igualdad. Ningún otro método, ninguna otra teoría, garantizarán la felicidad y la prosperidad de nuestros 30 millones de habitantes, así como de sus hijos.
Con el apoyo del pueblo, hemos comenzado a difundir nuestras ideas y a luchar por nuestros ideales a lo largo y ancho del país. Sin embargo, no podemos luchar, incluso con el apoyo popular, en tres frentes al mismo tiempo: 1. Imperialismo Japonés. 2. Colaboradores capitalistas/feudalistas. 3. Aquellos desgraciados revolucionarios que luchan por establecer una dictadura. En estas condiciones, dejamos en claro nuestro deseo de colaborar con todos los grupos de revolucionarios nacionalistas auténticos.
Cuando evocamos estos cuatro siglos de lucha, recordamos cuántos sacrificios han hecho nuestros camaradas. Algunos murieron enfrentando al enemigo, otros en la horca. El sudor y la sangre de estos camaradas, marcados por las penurias de la vida tras las rejas, no serán jamás olvidados. Nuestro triple enemigo aún recuerda sus dudas y temores frente a nuestras bayonetas. La sangre derramada en el campo de batalla por nuestros mártires da un renovado coraje a nuestro ejército. Al ver a nuestros camaradas diseminados por todo el país, los llamamos con confianza a participar positivamente en la tarea de reconstruir una nueva Corea.
Al mismo tiempo, deseamos asumir el rol principal. ¿Habrán otros que realmente busquen controlar su sed de poder, y re-establecer la vida y la prosperidad del pueblo que ha sido engañado en el pasado?
La lucha continúa. Y pese a que el enemigo principal, el Imperialismo Japonés, ha sido desmembrado, pesadas y negras nubes aún nos amenazan.
Nuestro enemigo de dos cabezas no es como un obstáculo natural que refuerza la valentía. Al contrario, nos promete futuras batallas sangrientas y nos demanda de un esfuerzo prolongado a fin de completar la reconstrucción nacional. Entonces, por el momento, debemos dejar de lado los asuntos corrientes, y fortalecer nuestra solidaridad al prepararnos para la lucha. La sangre de nuestros mártires fluye en nuestras venas. Su experiencia nos ilumina.
Alzamos nuestra bandera sin vacilar. Una nueva Corea, completamente libre, completamente igualitaria y basada en el apoyo mutuo será creada sólo mediante la libre federación de unidades locales a lo largo y ancho del país. Para esta nueva campaña debemos unirnos con todos los ejércitos nacionalistas de izquierda, hasta que la confianza, independencia y la completa liberación sean alcanzadas.
Programa:
1. Favorecemos el colapso de todas las dictaduras y la creación de una nueva Corea.
2. Rechazamos el sistema económico de mercado y proponemos una sociedad descentralizada basada en torno a unidades locales.
3. Aspiramos a la realización del ideal de “una sola familia en todo el mundo” mediante el principio de apoyo mutuo.”
El 25 de diciembre de 1945 una Conferencia de Ministros de Asuntos Exteriores sostenida en Moscú entre los EEUU, la URSS, Gran Bretaña y China, aprobó 2 resoluciones:
1. Que Corea permanecería bajo el control conjunto de las cuatro potencias por 5 años.
2. Que un Comité Soviético-Norteamericano administrarían el norte y el sur.
Para el 27 de diciembre, todos los partidos políticos Coreanos se opusieron a estas resoluciones. En el sur, los norteamericanos suprimieron, violentamente, las protestas. En el norte, sin embargo, los comunistas las permitieron. Debido a la represión y a su voluntad a colaborar con los japoneses, los norteamericanos fueron crecientemente aborrecidos por una gran mayoría de la población.
Sólo los anarquistas se opusieron tanto a los norteamericanos como a los rusos. El 23 de abril de 1946, se sostuvo un Congreso Anarquista Nacional en Anwi, en la provincia de Kyong-Sang Nando. Los camaradas volvían a Corea desde China, Manchuria, Japón y desde sus prisiones, a atender este congreso. Había 100 delegados, incluyendo a Yu-Lim (también llamado Yu Hwa-Yong), Shin-Pimo, los hermanos Lee Eul-Kya y Lee Jung-Kyu, Pak-Sok-Hong, Bang Han-Sang, Ha Chong-Chu, Lee Shi-Yan, Han Ha-Yan, Kim Hyan-U, Yang Il-Dong, U-Han-Ryong y Choi-Yong-Chun.
El punto más controversial durante el Congreso fue la idea de un partido político anarquista, propuesta por el grupo de Yu-Lim. Anteriormente a la “liberación” de 1945, Yu-Lim era una figura sobresaliente de la Sección china de la Liga General de Anarquistas Coreanos. Había sido, al mismo tiempo, ministro del Gobierno Coreano Provisorio, organizado por diversos grupos, radicales y moderados, en Shangai en 1919. En diciembre de 1945, él retornó a Corea con el resto del Gobierno Provisorio, del cual aún era miembro. La no participación de anarquistas en el gobierno, siempre ha sido su sello en todas partes. Para Yu-Lim y sus seguidores, la situación era como sigue:
“La situación en Corea es muy especial. El pueblo Coreano no tiene ni un país libre, ni un gobierno libre. Sin la posibilidad de governarse a sí mismos –siéndoles negado este derecho- Corea ha caído bajo la tiranía de cuatro potencias extranjeras. En tales condiciones, los anarquistas deben responder al deseo del pueblo Coreano de reconstruir su país y establecer su propio gobierno. ¿Deben los anarquistas cruzarse de brazos y no hacer nada? Si esto ocurriera, Corea, ciertamente, caería, ya estando en las manos de los estalinistas en el norte y los capitalistas/imperialistas en el sur (...)”.
El Congreso decidió aceptar la propuesta de Yu-Lim y sus consecuencias. Hubo una división entre quienes apoyaron a Yu-Lim, organizando el Partido Independiente de Obreros y Campesinos, y quienes apoyaron a los hermanos Lee-Kyu, fundando la Liga de Villas Autónomas y la Liga de Obreros Autónomos.
En noviembre de 1949, sólo unos meses antes de la guerra civil, V. Karin, un delegado al Congreso Anarquista Internacional de París, declaró: “En mayo de 1946, un ‘Partido Obrero’ y un ‘Movimiento Independiente Obrero’ fueron fundados, así como una ‘Federación de Obreros Jóvenes’ y una ‘Federación de Estudiantes’. La Federación Anarquista Coreana cuenta con 3.000 miembros y unos 600.000 simpatizantes. Se publican a diario dos periódicos y se cuenta con una revista semanal. La Federación ha empezado dos escuelas nocturnas y dos escuelas más en provincias.”
Durante la guerra, la situación de los camaradas y del Movimiento Anarquista Coreano es desconocida. Los contactos con el movimiento internacional parecieran haberse re-establecido en 1973, con Japón.
En ese momento, el pueblo Coreano estaba sufriendo bajo la dictadura de Kim-il-Sung, en el norte. El movimiento anarquista se reorganizó bajo el nombre de “Federación de Gente Libre”, cuyos seis primeros objetivos reproducimos:
1. Cada uno de nosotros es un individuo, una persona libre con control sobre sus acciones. Apuntamos a construir una sociedad libre, en donde las personas libres se unan según sea su libre voluntad.
2. Todos los individuos tienen igual soberanía sobre sus acciones. Nadie puede violar este derecho. Rechazamos todos los conceptos políticos que dividen a las personas en gobernantes y gobernados.
3. Consideramos como un criminal a cualquiera que, por cualquier medio, se apropie de los frutos del trabajo ajeno, sin contribuir con su propio trabajo.
4. En esta sociedad libre, de hombres y mujeres libres, la vida económica debe ser organizada según la línea de “de cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades”
5. A tono con estos principios básicos, la sociedad libre del futuro permitirá el desarrollo de una variedad de formas de vida acorde a la naturaleza especial de cada distrito y de cada ocupación.
6. Al mismo tiempo que se transmiten las características culturales distintivas de cada nación como se ha hecho por generaciones, aspiramos al logro de la paz mundial mediante la armonización de todas esas múltiples y coloridas culturas.
Los camaradas japoneses que publicaron estos objetivos, observan que la ley marcial explica la ausencia de la palabra anarquista y la moderación en los fines, algo que debió sorprender a quienes conocieron al antiguo movimiento anarquista. Uno, además, debe comprender que los anarquistas probablemente sólo eran tolerados por su posición anti-comunista (en realidad, anti-soviética, ed.).
La Federación tiene dos tendencias: política y cooperativista.
La tendencia política tiene a Yang-Il-Dong como su presidente, a Chong-Hwa-Am como su consejero y a Ha-Kee-Rak como presidente del Comité Consultivo. Yang, como anarquista, fundó un sindicato de obreros Coreanos en Japón en 1926 y estuvo involucrado en la publicación “Bandera Negra”, que era el órgano de los anarquistas Coreanos en Japón (antes de la guerra). Chong es mencionado, frecuentemente, como el “padre” del anarquismo Coreano. Fue un activista en Corea, China y Manchuria antes de la guerra.
La tendencia cooperativista es liderada por Lee-Jung-Kyu, hermano de Lee-Eul-Kyu, un anarquista de renombre. Llamado el “Kropotkin Coreano”, Lee-Eul-Kyu fue el presidente de la afamada Universidad Confucionista de Sung Kum Kwan y, como director del Instituto Investigativo de Cultura, ejerció una considerable influencia sobre los profesores y los jóvenes de Corea del Sur.
Muchos profesores se fueron al campo a organizar “villas autónomas” –en la tradición de los “narodniki” o populistas rusos. “Correspondencia”, el órgano del Movimiento de Villas Autónomas, es coordinado por Park-Seung-Han, un anarquista que abandonó su trabajo como profesor de geografía para vivir en el campo.
Con grandes dificultades, la Federación publicó muchos libros entre 1973-74 (todos con un tiraje de 500), incluyendo el “Anarquismo” de Geroge Woodcock, “La Ciencia Moderna y la Anarquía” de Kropotkin, “La Revolución Desconocida” de Volín, una biografía de Kim-Chwa-Jin (publicada en una versión oficial en 1963) y los escritos de Lee-Jung-Kyu.
Charla en memoria de los anarquistas coreanos
organizada por anarquistas argentinos
el pasado mes de febrero.
organizada por anarquistas argentinos
el pasado mes de febrero.
(Traducido de Black Flag, Londres, VII (6), primavera de 1984; tomado del periódico anarquista mexicano El Compita, enero-febrero 1982. Traducción del inglés de José Antonio Gutiérrez D.)
Ya que no hay ningún comentario, empezaré yo poniendo el primero del Blog. Nestor Majno ya lo decía:
ResponderEliminarEn cuanto a nosotros, nuestra principal tarea hoy consiste en explicar a las masas que la raíz de todo mal no está en un puñado de autoridades intrusas, sino en toda autoridad. La historia de los años recientes aporta un argumento de un peso considerable, ya que Ucrania ha contemplado un desfile de todo tipo de autoridades y, a la hora de la verdad, se han parecido todas como un guisante a otro. Debemos demostrar que un poder estatal «intruso» y un poder estatal «independiente» vienen a ser lo mismo y que los trabajadores no ganan nada con ninguno de ellos: deben orientar sus esfuerzos se encuentren donde se encuentren a destruir el aparato estatal y reemplazarlo por organismos obreros y campesinos de autogestión social y económica.
Bien claro lo tenían y lo expresaban en sus programas los libertarios coreanos:
ResponderEliminarAspiramos a la realización del ideal de "una sola familia en todo el mundo" mediante el principio de apoyo mutuo.
Una sola familia, como una cultura o un pueblo mundial, sobrepasando todas las barreras sociales, culturales o nacionales... En pocas palabras: el Universalismo o Cosmopolitismo. Y no el supuesto "derecho de autodeterminación de los pueblos o naciones" de algunos supuestos libertarios de hoy en día:
Nosotras como anarcosindicalistas luchamos por la autodeterminación de los pueblos, entendiendo pueblo como comunidad creada por ciertas características culturales, cercanía o afinidad de voluntades.
Como no elegimos las familias en las que nacemos, como tampoco las culturas en la que nos criamos, la aspiración a la unión o libre federación de todas las gentes o seres humanos es lo que define al Anarquismo. Los sentimientos identitarios de carácter nacional, popular, social o racial... nos han de ser indiferentes. Algo que los jóvenes "anarquistas" de última hora no lo tienen claro.