Los manifestantes continúan las protestas en Chilpancingo, capital del estado mexicano de Guerrero, donde la víspera incendiaron edificios gubernamentales y demandaron la devolución con vida de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala.
Manifestantes continuaron este lunes las protestas en Chilpancingo, capital del estado mexicano de Guerrero (suroeste), donde fue incendiado el edificio del poder gubernamental en protesta por los estudiantes muertos y desaparecidos en Iguala.
Normalistas de Michoacán y profesores de Oaxaca llegan para unirse a las protestas de los estudiantes de Ayotzinapa, a fin de reiterar la demanda de hallar con vida a los 43 normalistas desaparecidos tras los sucesos violentos en Iguala, donde murieron seis personas y resultaron heridas otras 25.
El presidente de la Comisión de Justicia del Congreso de Guerrero, Jorge Camacho, advirtió que la gran marcha de normalistas en Chilpancingo se dirigirá a las sedes de los partidos políticos para hacer su denuncia.
El vocero alertó además que hay un vacío de autoridad y que Guerrero no tiene Estado de derecho, y eso ha generado un problema en las instituciones.
«No hay autoridad que haga absolutamente nada, el derecho a la manifestación es muy respetable, pero hay ausencia total de la autoridad para hacer algo», enfatizó e hizo un llamado a la autoridad estatal y federal para que salga a dar la cara y se restablezca el Estado de derecho.
Indignación desbordada
El lunes, en las inmediaciones del Congreso del estado Guerrero (sur de México) se llevó a cabo una manifestación para exigir la aparición de los 43 normalistas, que posteriormente terminó en un acto de represión policial. (Ver fotogalería.)
Aunque han sido diversas las denuncias de represión policial a las manifestaciones, autoridades insisten a la prensa que, tras los disturbios, no hay personas lesionadas ni detenidas.
Lo que sí es cierto es que las actividades en la mayoría de las escuelas del municipio se suspendieron, al igual que la jornada laboral en el poder gubernamental.
Ya se cumplieron 18 días de la desaparición forzada de los 43 jóvenes, tras la violenta arremetida de la policía municipal mientras protestaban contra la discriminación que sufren en la repartición de plazas en favor de escuelas urbanas por parte del gobierno de esa entidad.
Durante la manifestación, policías municipales de la ciudad de Iguala arremetieron contra los estudiantes, incluso disparando a los autobuses donde se trasladaban, hecho que dejó a seis personas muertas (una con signos de tortura) y 17 heridas, además de 58 estudiantes desaparecidos, de los cuales 15 aparecieron, uno de ellos muerto.
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