Guardia Negro detenido por agentes de la Cheka. |
Un breve relato sobre las Guardias Negras anarquistas y su eliminación por parte de los bolcheviques en la Moscú de 1918
02/06/2016
Muchos anarquistas rusos se oponían completamente a la institucionalización de la Guardia Roja, que eran unidades de combate que habían creado los obreros de las fábricas en el curso desde la Revolución de Febrero hasta la de Octubre. En realidad, Rex A. Wade, en su libro sobre la Guardia Roja, apunta a la fuerte presencia e influencia de los anarquistas en la Guardia Roja, en la fase inicial de la Revolución. Las relaciones entre los bolcheviques y los anarquistas se habían comenzado a deteriorar tras la Revolución de Octubre, y los delegados anarquistas en el 2º Congreso de los Soviets, en diciembre de 1917, acusaron a Lenin y su partido de «militarismo rojo» y que los comisarios solo estaban en el poder a punta de bayoneta. Como resultado, en Moscú, Petrogrado, y en otras ciudades importantes, se hizo un intento concertado para crear unidades de combate autónomas, que fueron conocidas como Guardia Negra.
En 1917, se habían creado algunos destacamentos de la Guardia Negra en Ucrania, entre otros, el de Majnó. Nikolai Zhelezniakov, cuando huye de Petrogrado porque los bolcheviques le querían detener, también creó un grupo grande de la Guardia Negra en Ucrania. Otros destacamentos de la Guardia Negra en Ucrania fueron los dirigidos por Mokrousov, Garin y su tren blindado, Anatoli Zhelezniakov, el hermano pequeño de Nikolai, y el destacamento de Seidel y Zheliabov que defendieron Odesa y Nikolaiev. Otro grupo de Guardia Negra fue dirigido por Mijail Cherniak, más tarde encargado de la contra-inteligencia majnovista. En Viborg, barrio de Petrogrado, los obreros anarquistas de la fábrica rusa de la Renault crearon una Guardia Negra, pero pronto se fusionó con la Guardia Roja, que se había creado en la fábrica en torno a la misma época.
Burevéstnik, el periódico de la Federación de Anarquistas de Petrogrado, avisaba que «... esos caballeros se equivocan al pensar que la revolución real ha terminado... No, apenas está comenzando, una revolución real, una revolución social que liberará a los trabajadores de todos los países».
En abril de 1918, ya había unas 50 unidades de la Guardia Negra en Moscú, formadas por la Federación de Grupos Anarquistas de Moscú (FGAM). Peters, jefe de la Cheka, en particular, estaba preocupado por este crecimiento. «Recuerdo a mi llegada a la Cheka de Moscú, que había dos poderes en la ciudad: por un lado el del Soviet de Moscú, y por otro, el cuartel de la Guardia Negra en el antiguo Club de los Mercaderes, en Malaia Dmitrovka. Este cuartel de la Guardia Negra funcionaba y se gestionaba como un poder, organizaba raids en las calles, tomando armas y bienes, ocupando edificios...».
La Federación de Moscú ya había tomado unas 26 casas, que habían sido mansiones de los ricos, y que utilizaban como bases. Algunas de estas casas estaban en lugares estratégicos de la ciudad. Estaban llenas de puestos de ametralladoras, tenían dormitorios, bibliotecas, salas de conferencias, arsenales y almacenes de alimentos.
Según afirma Maximov, «Debido a su poder e influencia, la Federación logró ocupar las premisas del 'Kupechesky Club' (el Club de los Mercaderes) situado en Malaia Dmitrovka, una casa enorme y magnífica, decorada lujosamente y que tenía una biblioteca y un teatro. Las premisas tomadas recibieron el nombre de 'Dom Anárjiia' (La Casa de la Anarquía); provando ser el lugar adecuado para la más extensa y variada actividad anarquista. Para aquella época, la Federación llegó a un acuerdo con una de las imprentas más grandes de Moscú, permitiéndole comenzar a editar un diario a partir del semanario anterior.
»Para marzo de 1918, la Federación, se convirtió en una gran organización, numéricamente hablando. Además del trabajo llevado a cabo desde 'Dom Anárjiia', también había actividades que surgían desde otros edificios recién adquiridos. Se llevaban a cabo frecuentes y abarrotadas conferencias y asambleas en el teatro de 'Dom Anárjiia'. En las instalaciones se organizó una biblioteca y una sala de lectura, ciclos de pintura proletaria, poesía y teatro, y muchas otras actividades del mismo tipo.
»Emulando la tarea de formar un ejército de la Guardia Roja, la Federación comenzó a organizar su propia fuerza militar, la llamada Guardia Negra. Otro edificio fue tomado y convertido en cuartel, para los contingentes de los recién formados guardias negros. El camarada Kaidanov, una figura activa en el movimiento anarquista y camarada de largo tiempo, fue nombrado para la organización y la dirección de esta formación militar, que pronto se convertiría en el enemigo formal de la causa bolchevique, lo que provocó una gran extensión de calumnias, acusaciones inventadas de intenciones subversivas contra los anarquistas, para lograr el aplastamiento de las organizaciones anarquistas.»
Las actividades de la FGAM se intensificó después de que el Soviet de Ministros (Comisarios del Pueblo) se trasladara a Moscú. En las bases de la FGAM trabajaban los hermanos Gordin, Alexander Karelin, Vladimir Barmash, M. Krupenin, Piotr Arshinov y Kazimir Kovalevich. El secretario de la FGAM era uno de los teóricos del movimiento, Lev Chorny. Poco después del golpe de Octubre, la FGAM sacó su periódico Anárjiia diariamente. Urgía a las masas a que profundizaran y desarrollaran la revolución. En abril de 1918, en Moscú, había ya más de 50 grupos y destacamentos de la Guardia Negra, que eran unos 2.000 militantes, los más famosos eran: Huracán, Vanguardia, Autonomía, Socialistas Inmediatos, Torbellino, Lava, Tormenta, Luchadores, Petrel, Anarcosindicalistas, Hermandad, Partido Estudiante y el destacamento de anarquistas letones Lesma (La Llama). Por un informe de la KGB sabemos que también había llegado a la ciudad un destacamento anarquista de Samara. Todos los grupos y unidades organizativas de la Guardia Negra estaban agrupados en torno del Consejo de la FGAM, y el cuartel general de la Guardia Negra estaba en La Casa de la Anarquía en Malaia Dmitrovka. Había un secretario de la Federación, un departamento de propaganda y una junta editorial del Anárjiia.
Según la Cheka, los anarquistas estaban planeando una insurrección para el 18 de abril, y por ello decidieron llevar a cabo un ataque preventido, desarmando las tropas de la Guardia Negra. Las acusaciones de haber planificado esta insurrección fueron siempre negadas rotundamente por los anarquistas. Había convocada una asamblea general de la FGAM para el 14, pero eso era todo.
Como resultado, en la noche de 11 al 12 de abril, la Cheka llevó a cabo una reunión de emergencia, instalando un cuartel dirigido por Dzerzhinsky, y comenzó la operación del desarme de los destacamentos anarquistas. Dzerzhinsky remarcaría: «Teníamos cierta información de que los líderes querían llevar elementos contra-criminales agrupados en torno a la Federación, a actuar contra el poder soviético» (Izvestia, nº 75, 16 de abril de 1918). Ya el 8 de abril, el comandante del Kremlin, P. Malkov, y el comandante de los mercenarios letones, E. Berzins, habían realizado un reconocimiento para determinar la fuerza de la FGAM... Se aprobó un plan para eliminar la «contrarrevolución anarquista». La operación implicaba a unidades de la Cheka (1º Destacamento de Ametralladoras y el 4º Regimiento Letón de Fusileros), así como a parte de la guarnición de Moscú. Las operaciones comenzaron a medianoche, siendo los edificios de los anarquistas rodeados por estas tropas.
Muchas unidades anarquistas carecían experiencia de combate y de resistencia, pero los bolcheviques, a pesar de todo, encontraron una fuerte resistencia armada en algunos lugares, por ejemplo, en Malaia Dmitrovka en La Casa de la Anarquía. Aquí la Guardia Negra ocupó los edificios de los alrededores, y puso una pieza de artillería en el tejado. Los chekistas entraron en el edificio, respaldados por fuego de artillería que destrozó la ligera pieza de artillería y la primera planta del edificio. Sin embargo, los chekistas solo pudieron tomar el edificio después de ser reforzados por los fusileros letones. El último bastión anarquista fue la mansión Zeitlin, que fue tomada a las 12 del mediodía, y en general los combates entre las fuerzas de la Cheka y los anarquistas se detuvieron hacia las 2 de la tarde.
Como resultado de esta operación, los bolcheviques mataron a unos 40 anarquistas, algunos fusilados en el acto, mientras que unos 10 o 12 chekistas y soldados murieron durante los combates. El veterano anarquista Mijail Jodounov fue uno de los muertos, y su cuerpo fue arrojado a la calle.
Recorgado estos hechos Volin, escribió en su libro La Revolución Desconocida:
«...Y en la noche del 12 de abril, con un pretexto tan falso como absurdo, todas las organizaciones anarquistas de Moscú, principalmente la Federación de Grupos Anarquistas de Moscú, fueron atacadas y saqueadas por fuerzas policiales y militares. Durante algunas horas, la capital adquirió el aspecto de una ciudad en estado de sitio. Hasta la artillería participó en la acción. »
Esta operación sirvió de señal para expulsar las organizaciones libertarias de casi todas las ciudades importantes rusas. Y como siempre, las autoridades provinciales se excedieron de celo con respecto a las de la capital.
Lev Trotski, que durante dos semanas había preparado el golpe, y que había llevado a cabo en persona, entre los regimientos, una incansable agitación contra los «anarco-bandidos», tuvo la satisfacción de hacer esta famosa declaración: «en el último gobierno soviético, con una escoba de hierro, Rusia se ha desecho de los anarquistas» (p.308, edición de 1974). En realidad Trotski se había dirigido a las unidades del Ejército Rojo con discursos antianarquistas, espoleándoles hasta el frenesí.
Después de la derrota de la Guardia Negra de Moscú, 500 anarquistas fueron detenidos (algunos serían puestos en libertad poco después). El destacamento anarquista de Samara, que había tenido un papel activo en defender los clubs anarquistas, fue expulsado de la ciudad.
Dzerzhinsky, jefe de la Cheka, comentando los sucesos, dijo en el Izvestia, nº 75, del 15 de abril de 1918: «Nosotros en ningún caso teníamos en mente y no queríamos combatir a los anarquistas ideológicos. Y ahora todos los anarquistas ideológicos detenidos en la noche del 12 de abril, están siendo liberados, y si, tal vez, alguno de ellos sea llevado ante la justicia, es sólo por los crímenes cometidos por los elementos criminales que se han infiltrado en las organizaciones anarquistas. Hay muy pocos anarquistas ideológicos entre los detenidos por nosotros...».
Los sucesos de Moscú señalaron el comienzo de la represión en las provincias. Ataques similares tuvieron lugar en Petrogrado, Vologda, Smolensk, Briansk y demás. A primeras horas de la madrugada del 12 de abril, en Gorodéts, en la provincia de Nizhny Novgorod, los anarquistas, dirigidos por el portavoz del Soviet de la ciudad, Morev, lucharon contra los ataques bolcheviques. En Kursk, los anarquistas se amotinaron y mantuvieron la ciudad entre el 10 y el 29 de abril de 1918. El 9 de mayo, el Comisariado de Asuntos Internos envió una directiva a todos los soviets provinciales: «La experiencia de Moscú, Petrogrado y otras ciudades ha demostrado que, bajo la bandera de los anarquistas se esconden alborotadores, ladrones, atracadores y contrarrevolucionarios, preparando secretamente la derrocación del poder soviético... Todos los guardias anarquistas y las organizaciones de anarquistas deben ser desarmados. Nadie debe poseer un arma excepto bajo el permiso de los soviets locales» (Izvestia, nº 91, 10 de mayo de 1918). Sin embargo, el 17 de mayo los anarquistas, aliados con los maximalistas se levantaron en Samara.
La Guardia Negra fue derrotada, y fue por consiguiente presentada como una banda de delincuentes. Se trazó una distinción, como hemos visto, entre los «anarquistas ideológicos» y los «anarco-bandidos». Como iba a decir Trotski más tarde: «Eran simples merodeadores y ladrones que se metieron en el anarquismo. El anarquismo es una idea, aunque una idea falsa, pero el gamberrismo es gamberrismo y lo que le hemos dicho a los anarquistas: debéis distanciaros claramente entre vosotros y los ladrones... el régimen soviético ha tomado el poder, no para realizar pillajes como los asaltadores de caminos y los ladrones, sino para introducir la disciplina del trabajo común y una honesta vida trabajadora». Así que enviaba un claro mensaje a los anarquistas: serían tratados como delincuentes comunes. Trotski continuaría avisando a los anarquistas: «Si queréis vivir con nosotros bajo los principios básicos de la disciplina del trabajo, entonces debéis someteros a las clases trabajadoras, pero si queréis seguir a vuestro modo, no nos culpéis si el gobierno del trabajo, el poder soviético, os trata sin ponerse los guantes». En otras palabras, o se someten o que se preparen para la represión.
Las descripciones de Trotski de un anarquismo criminal, no tenía nada que ver con la realidad. La admisión en la Guardia Negra era muy rigurosa y la entrada era evaluada por varios cuerpos. Como dice Anárjiia (número 15, 10 de marzo de 1918):
«La recepción de los militantes en las guardias negras se hace bajo recomendación de: 1) grupos locales, 2) tres miembros de la Federación, y 3) los comités de fábrica y taller, 4) los soviets del distrito, diariamente, de 10 de la mañana a 2 de la tarde, en las premisas de la Casa de la Anarquía». Y en el número 22 se decía que «Camaradas, quienes queráis enrolaros en los escuadrones móviles negros, debéis ser conscientes de que hay que obtener recomendación. Quien no tenga recomendación puede no ser admitido en las listas de los escuadrones móviles. El Cuartel General». Quedaba claro que la Guardia Negra no llevaría a cabo operaciones policiales como la Guardia Roja (raids, detenciones, etc.) ya que era prerrogativa de ésta. En tanto a las requisas de casas y edificios, debió de ser la tarea de una comisión especial compuesta por delegados de los grupos locales. El secretariado de la FGAM le pidió a la Guardia Negra una lista con todos sus miembros para el 4 de abril.
Por otro lado, la Cheka y el Ejército Rojo podían detener sin ser controladas por el Soviet, y fusilar personas de forma arbitraria en sus sótanos de ejecución, después de que la pena de muerte había sido abolida por el gobierno soviético. La acción contra los anarquistas no fue llevada a cabo por unidades del Ejército Rojo y de la Guardia Roja, que se habrían negado a tomar parte en estos ataques, sino por unidades especiales controladas por los bolcheviques. También debería apuntarse que cuando las unidades de la Guardia Roja se estaban formando en 1917, incluían delincuentes, así como prisioneros de guerra alemanes. Algunas unidades de la Guardia Roja en la primavera de 1918 hicieron saqueos en Moscú en los que participaron incluso otras lideradas por la Cheka, y si la Guardia Negra, tampoco queda sin culpa, no estuvieron solos en esto.
Es significativo que en la noche después del ataque a los anarquistas de Moscú, Peters, el segundo comandante de la Cheka, iba a mostrarle al diplomático británico Lockhart los edificios vacíos de anarquistas para enviar un mensaje a las potencias occidentales de que los bolcheviques eran el partido del orden y que eran capaces de controlar y frenar la revolución. Refiriéndose a una mujer anarquista tendida en el suelo de una de las mansiones, disparada en el cuello por la Cheka, dijo que era una prostituta.
FUENTES:
Skirda, A. (2000) Les anarchistes Russes, les soviets et la revolution de 1917. Paris.
Volin. (1974) The Unknown Revolution.
Wade, Rex A. (1984) Red guards and workers’ militias in the Russian Revolution.
Maximov, G. The True Reasons for the Anarchist Raids (Moscow 1918) at http://www.katesharpleylibrary.net/brv25k
Dubovik, A. The Defeat of the Moscow anarchists at http://socialist.memo.ru/books/html/razgrom.html
The murder of Mikhail Sergeyevich Khodounov at: http://gulaganarchists.wordpress.com/2008/11/08/one-of-the-bandits-in-memory-of-comrade-khodounov/
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