El pueblo sufre y pregunta: «¿Qué hacer para salir del atolladero?»
Reconocer y proclamar que cada cual tiene ante todo el derecho de vivir, y que la sociedad debe repartir entre todo el mundo, sin excepción, los medios de existencia de que dispone. Obrar de suerte que, desde el primer día de la revolución, sepa el trabajador que una nueva era se abre ante él; que en lo sucesivo nadie se verá obligado a dormir debajo de los puentes, junto a los palacios, a permanecer ayuno mientras haya alimentos, a tiritar de frío cerca de los comercios de pieles. Sea todo de todos, tanto en realidad como en principio, y prodúzcase al fin en la historia una revolución que piense en las necesidades del pueblo antes de leerle la cartilla de sus deberes.
Esto no podrá realizarse por decretos, sino tan sólo por la toma de posesión inmediata, efectiva, de todo lo necesario para la vida de todos; tal es la única manera en verdad científica de proceder, la única que comprende y desea la masa del pueblo...
P. KROPOTKIN
La conquista del pan, Cáp. 2, III.
No hay comentarios:
Publicar un comentario