domingo, 13 de octubre de 2013

La Iglesia fue verdugo, no víctima


Vicenç Navarro


Estos días ha sido noticia la beatificación de 522 personas, referidas en la narrativa de la Iglesia Católica como mártires de la Guerra Civil, individuos considerados inocentes de cualquier mal que dieron su vida «en defensa de la fe católica y del mensaje de Cristo». Las autoridades eclesiásticas católicas se han movilizado para señalar que en ningún momento debe interpretarse esta beatificación —que es un homenaje a tales personas y reconocimiento del valor de su sacrificio— como un acto político. Tanto Monseñor Angelo Amato, cardenal prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, como Monseñor Josep M. Soler, Abad de Montserrat, subrayan este hecho en La Vanguardia (6-10-13, páginas 50 y 51).

Ahora bien, es difícil aceptar que, incluso en el caso de que no fuera la intención de estas autoridades (incluyendo el Vaticano, liderado por el nuevo Papa, que escogió llamarse Francisco y que Monseñor Amato representa) realizar un acto político, el hecho es que tal acto es un acto profundamente político que contribuye a la tergiversación de la historia que se ha escrito en este país, subrayando que la Iglesia fue víctima de una intolerancia y persecución religiosa por parte de las fuerzas republicanas. Se acentúa y se presenta a la Iglesia y a sus mártires como víctimas, cuando en realidad la Iglesia fue la que agredió la vida y el bienestar de la mayoría de la población de los distintos pueblos y naciones que constituyen España, causando más de un millón de muertos y miles de desaparecidos, muertes de personas asesinadas por las fuerzas de represión, incluidas las de la Iglesia, y cuyos familiares no saben el paradero de sus cuerpos. Según las estimaciones de la única investigación sobre los desaparecidos que ha realizado el Estado español (consecuencia de las gestiones del juez Baltasar Garzón, miembro de la Audiencia Nacional antes de que se le expulsara de dicho tribunal precisamente por su investigación sobre los asesinatos por parte del régimen, del cual la Iglesia Católica fue el eje central), el número de desaparecidos es de más de 114.000 personas, que fueron asesinadas por defender al gobierno democráticamente elegido. La Iglesia no solo no ha hecho nada para encontrarlos, sino que se ha opuesto a que se recuperara su memoria mediante la Ley de la Memoria Histórica. Mientras que homenajea a sus muertos, se opone y dificulta el encontrar a los muertos, de los cuales dicha institución es responsable.

Es más, es difícil creer que la Iglesia no sea consciente de la falta de veracidad de sus acusaciones frente a la República. No es cierto que hubiera en España persecución religiosa en tiempos de la República. Las iglesias protestantes y la religión judía continuaron sin ninguna intervención por parte del Estado y/o por movimientos sociales o fuerzas políticas afines a la República. No fue la religión el sujeto de animosidad, sino la Iglesia Católica, hecho que a la Iglesia Católica todavía le cuesta aceptar, ya que si lo acepta, tendría que contestar por qué la Iglesia Católica y no las otras religiones fue sujeto del enfado popular. No es cierto que los sacerdotes y los monjes fueran asesinados por sus ideas religiosas, tal como Monseñor Soler escribe en su artículo «Montserrat y los beatos en Tarragona» en La Vanguardia. Fueron asesinados por su pertenencia a una institución que había pedido que el Ejército se sublevara, conociéndose su animosidad a la República. En realidad, el Monasterio de Montserrat, supongo que en nota de agradecimiento, hizo un monumento, más tarde, a los «caídos por Dios y por la Patria», que estaba en la entrada del Monasterio hasta que más tarde fue desplazado a la parte trasera, con un monumento a los requetés carlistas de la Virgen de Montserrat.

La historia, marginada y ocultada por la propia Iglesia, muestra claramente el porqué de esta hostilidad, hostilidad que fue iniciada por la Iglesia. Fue la Iglesia Católica la que celebró y apoyó la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). Y fue la Iglesia la que se opuso por todos los medios al establecimiento de la República, alentando a los católicos a rebelarse frente a esta. Las pastorales de la jerarquía católica explícitamente llamaban a tal rebelión; documentos (firmados por el cardenal Segura y por su sucesor, el cardenal Gomà) son muy representativos, y seguro que la jerarquía actual de la Iglesia y el Vaticano los conocen. ¿Cómo puede afirmar la jerarquía católica que la Iglesia era apolítica, cuando animó a los católicos a que se rebelaran, pidiendo explícitamente que el Ejército se levantara en contra del gobierno democráticamente elegido?

Era predecible que la gran mayoría de la ciudadanía, que apoyó el establecimiento de la República, primero, y la elección del gobierno del Frente Popular, después, tuvieran animosidad hacia la Iglesia Católica, pues esta, abiertamente, alentaba al Ejército a que hiciera un golpe militar frente a ese Estado y frente a ese gobierno. De ahí que es comprensible y predecible que cuando ocurrió el golpe militar, que la Iglesia Católica inmediatamente apoyó (definiéndolo más tarde como una Cruzada Nacional), grandes sectores de las clases populares expresaran su hostilidad hacia tal institución. La quema de iglesias (no hubo ninguna iglesia protestante o ninguna mezquita o ninguna sinagoga quemadas) y el asesinato de clérigos y personas identificadas con la Iglesia Católica eran la respuesta popular que ocurrió en los primeros tres meses cuando el golpe creó un vacío de poder. No fue una represión guiada por el Estado republicano. En realidad, una vez recuperado el control, en las zonas que continuaban bajo el gobierno republicano se interrumpieron estos actos.

Por el contrario, los asesinatos, mucho más numerosos, llevados a cabo en el lado golpista, fueron cometidos por los aparatos represivos del Estado fascista, que contó con la entusiasta colaboración, en su represión, de la Iglesia Católica. ¿No creen las jerarquías católicas españolas que esta actitud enormemente represiva iba en contra del mensaje de Jesús? ¿Creen, en realidad, que Jesús, que es, en teoría, su supuesta inspiración, hubiera apoyado tanto asesinato, premeditado y programado, para eliminar a personas cuyo único delito era haber apoyado a un Estado y a un gobierno democráticamente elegidos? ¿No creen que es de una crueldad suprema que los familiares de los muertos republicanos todavía hoy no sepan dónde están enterrados? ¿No creen que es profundamente injusto que ellos puedan homenajear a sus muertos cuando los vencidos todavía no saben dónde están los suyos? Y si en verdad los sacerdotes asesinados eran inocentes, ¿no cree la Iglesia Católica que deberían pedir perdón a los familiares de sus propios muertos, pues el comportamiento golpista de su jerarquía católica fue el responsable de que el enfado popular se canalizara en ellos, precisamente por su identificación con la Iglesia?

La respuesta descontrolada en contra de la Iglesia era lógica, pues la Iglesia era culpable de un comportamiento que podía predecirse que causaría miles de muertes. Debe condenarse tal expresión de enfado popular, pero su comportamiento no puede homologarse al del lado golpista, que fue una represión metódica de todos los aparatos del Estado, con el apoyo activo de la Iglesia. Acentuar el victimismo de la Iglesia como hacen las beatificaciones es, además de una tergiversación de la historia que todavía se reproduce en España, una ofensa a los perdedores de la Guerra Civil, que eran los que defendieron la democracia, y que debería crear incomodidad a toda persona con sensibilidad democrática. Mi esperanza es que el Papa Francisco lo vea así y que, en nombre de la Iglesia, pida perdón, no solo a su Dios, sino al pueblo español, al que hizo tanto daño.

Hoy, mientras la Iglesia y las derechas homenajean a sus muertos, la ONU acaba de enviar una delegación denunciando al Estado español por no estar haciendo nada para encontrar a los desaparecidos republicanos. Y el mismo Estado, sin lugar a dudas, estará representado en los actos homenajeando a los «mártires de la Iglesia». ¿No se avergüenzan de su comportamiento los representantes de un Estado que se presenta como democrático? ¿No se da cuenta la Iglesia de su incoherencia? ¿No ven la falsedad de su llamada a la reconciliación? Está claro que no se dan cuenta. Y que no se den cuenta es un indicador de que continúan siendo reacios a reconocer que la Iglesia Católica no fue víctima sino verdugo en aquel periodo de nuestra historia.


6 comentarios:

  1. + No sea hipocrita y deja de justificar los asesinatos de religiosos..

    + En la Dictadura de Primo de Rivera habia un ministro socialista.llamado Francisco Largo Caballero, Un dion Nadie ¿No?

    + Y en el 34 ¿Quien se levantó contra el gobierno legitimo de la Republica 2?

    + ¿Quien prohibio la orden religiosa de los Jesuitas durante la Republica 2?

    + ¿Quien dijo "todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano y amenazó con dimitir si hay un solo herido en Madrid por esa estupidez". Azaña.

    Dejate de Excusas.

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    1. En el pueblo de mis mayores del Valle del Duero, mi abuelo paterno, que no era para nada de izquierdas, fue excomulgado por el parroco local por el mero hecho de haberle encarado el papel «poco cristiano» que tuvo durante la guerra, al denunciar a todos los vecinos del pueblo que eran 'rojos' para que se los llevasen detenidos (unos 60, entre ellos mi otro abuelo: el materno) y unos cuantos fueron fusilados.

      Y buena parte del clero español bendijo a los golpistas en su 'Santa Cruzada' contra la impiedad y el bolchevismo, con sus asesinatos incluidos... ¡Déjate de excusas tú, chupacirios!

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  2. + Bien, ahora ya sabemos por qué tienes mania a los curas. Los del otro bando pueden decir lo mismo o ¿crees que los religiosos beatificados asesinados murieron por un ataque de gota?

    + Ahora vamos a por los hechos, pero parece que esto no te importa, solo buscas lo que te interesa para seguir en tu agujero de odio y destruccion. Tu por lo menos sabes donde estan tus abuelos, en mi familia no se habla de ellos (ni bueno, ni malo).

    + Supongo que crees que la iglesia debia apoyar a los mata curas, viola monjas, saqueos y destrucción de edificios religiosos como si no pasara nada. Lo siento pero despierta al mundo real: el odio genera odio y muy pocos pueden romper esa cadena.

    + ¿Quien empezó? En la primera semana de la Republica 2 ya empezó a ir todo mal y el gobierno renunció a mantener el orden publico. Si quieres caos tendrás caos pero luego no te quejes.

    Hale, ya puedes continuar con tus excusas porque los curas no quisieron suicidarse y recibieron una ayudita porque eran muy malos.

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    1. Ya dije que mis dos abuelos eran de bandos contrarios, y tuvieron que saber convivir al emparejarse sus hijos, mis padres. En cada familia hay de todo en cuestión de creencias e ideas.

      ¡Exacto!, la Iglesia apoyó a un bando, incluso lo reconoces. Recordemos que Pío XII felicitó a Franco tras la victoria. Y el papel importante y colaborador de la Iglesia con la dictadura es de sobra conocido (excepto —creo que nos da a entender— que por usted). Sin olvidar, que al final la Iglesia se desvínculó del régimen, en parte debido a los aires reformadores del Concilio Vaticano II; y, por otra parte, porque sabía que el dictador no iba a durar mucho más y había que buscar otro árbol que mejor sombra diese. Por eso en la Asamblea Conjunta de Obispos y Clérigos del 13 septiembre de 1971 se aprobó (que no se puso al final) un texto que decía: «Si decimos que no hemos pecado, hacemos a Dios mentiroso y su palabra ya no está entre nosotros (1 Jn. 1,10). Así pues, reconocemos humildemente y pedimos perdón porque nosotros no supimos a su tiempo ser verdaderos ministros de reconciliación en el seno de nuestro pueblo, dividido por una guerra entre hermanos.»

      Pero esto no quiere decirle nada... Es mejor llamar 'guerracivilistas' a aquellos que buscan a sus familiares represaliados por el franquismo en las cunetas del país, que condenar la dictadura, porque sino se estaría 'reabriendo heridas'. Y a su vez homenajear a las víctimas del otro bando: el 'rojo' (como hacen nuestros gobernantes actuales). Buen ejemplo de «reconciliación» nos venden.

      Víctimas y verdugos, en una guerra, los hay en los dos bandos. Pero resulta algo hipócrita recordar las víctimas y olvidar los verdugos que cada bando ha tenido. Y la Iglesia es una institución que también ha tenido su parte de culpa, que no nos dé lecciones a los demás.

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  3. Pues me demuestras que aqui solo reconocen sus errores la Iglesia.

    ¿Y el PSOE, la CNT FAI, el PC, ERC etc cuando van ha hacer autocritica?

    ¿Quien mató a Calvo Sotelo, Durruti y Andreu Nin? ¿Los comunistas revelaran donde esta enterrado el cadaver de Nin?

    Me parece que sigues sosteniendo que la culpa de todo la tiene la iglesia, confundiendo el todo con las partes, otros dicen que las esposas tenian miedo que mataran a sus maridos como a Calvo Sotelo y esto fue decisivo:

    EL PAIS: "Una serie sobre la Guerra Civil exige hacer referencia al clima político de España en 1936. Para ello es adecuado recordar el asesinato de Calvo Sotelo, pues en él concurren circunstancias muy especiales. Prescindiendo de los "hay que arrastrarlos" y expresiones análogas que se le solían dirigir desde los escaños del Frente Popular, prescindiendo de su enfrentamiento con Casares Quiroga, lo cierto es que Calvo Sotelo fue amenazado de muerte en la sesión de Cortes del 1 de julio por el socialista Galarza. Días más tarde los agentes de su escolta fueron sustituidos por otros cuya misión no era protegerle. En la madrugada del 13 de julio, miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado y militantes del PSOE se presentaron en su domicilio y le asesinaron. ¿Fue ello la causa de la Guerra Civil española? No. La causa de la Guerra Civil española fue que en España existía un clima político que hacía posible que ocurriera todo cuanto llevamos descrito, incluyendo las numerosas muertes e incidentes que se producían en las calles, algo que Calvo Sotelo denunció repetidamente en el Parlamento.

    El vídeo deja constancia de que la conspiración estaba en marcha desde hacía varios meses. Ahora bien, yo soy de quienes, como el militar republicano Pérez Salas, pensamos que el conflicto pudo evitarse si después del asesinato hubiera habido una "rápida y enérgica intervención del Gobierno" que diese la impresión de que "se hallaba dispuesto a terminar con el terrorismo de cualquier parte". No fue así, y aquel crimen, que pese a ser la mejor prueba del caos existente pudo ser la última oportunidad para evitar la guerra, sirvió para que se sublevaran los indecisos."
    http://elpais.com/diario/2011/07/15/opinion/1310680808_850215.html

    Aqui los unicos que han hecho autocritica ha sido la Iglesia.

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    1. He dicho que parte de culpa la tiene también la Iglesia, no que tenga toda la culpa. ¡A ver si sabemos leer! Como también digo que todas, TODAS, las formaciones políticas, sociales y sindicales que existían en ese momento tuvieron la suya.

      ¿Qué con la investigación de la muerte de Calvo Sotelo se hubiese evitado la guerra? No lo creo, el golpe estaba preparado de antemano, aunque los indecisos no se hubiesen sumado, la intentona del golpe de Estado se hubiese llevado a cabo. Después de que el inútil de Casares Quiroga dimitiese tras el golpe como presidente del Gobierno y fuese sustituído por José Giral, éste se puso en contacto con Mola para intentar solucionar el problema, pero este militar ya tenía levantado a los carlistas de Navarra y no podía echarse atrás, por lo cual no hubo ningún tipo de negociación. El golpe fracasó en muchos sitios, lo que conduj a una guerra civil, guerra que si no hubiese sido también por la intervención extranjera (alemana e italiana, y más tarde soviética) no habría sido muy duradera.

      La sociedad española estaba muy bipolarizada, y cuando todo estalló, las represalias se extendieron y mataron a muchos inocentes por el único hecho de ser simpatizantes, o eran considerados, del bando opuesto. Y el clero estaba identificado con uno de los bandos. No estoy justificando las matanzas (yo también las condenó) pero fue así.

      Otra cosa, en la mencionada Asamblea Conjunta de Obispos y Clérigos del 13 de septiembre de 1971, aunque fuese aprobado —por 137 votos contra 78— el texto no se publicó entre las Conclusiones Finales de tal asamblea, al no considerarse suficiente la mayoría (clerigalla opuesta a tal reconocimiento de los errores la hubo).

      Hay un documental de 1977 de Jaime Camino sobre la Guerra Cvil titulado La vieja memoria, en el que salen anarquistas, comunistas, republicanos, falangistas, y alguno de la CEDA y monárquicos (faltan socialistas y carlistas, entre otros). Cuando se habla de la represión en la retaguardia, la práctica totalidad de los entrevistados achacan las responsabilidad a los otros, pero con la única excepción de la anarquista Federica Montseny, que reconoce la parte de culpa de los suyos. La única. Con declaraciones como está me conformó.

      En este mismo blog se hizo un pequeño homenaje a Melchor Rodríguez, quien en contra de lo que hizo la mayoría, salvó la vida de muchos presos de ideología opuesta a la suya. Y desde aquí se puso como ejemplo:

      http://grupostirner.blogspot.com.es/2011/02/melchor-rodriguez.html

      Incluso tuvimos alguna discusión en otra entrada:

      http://grupostirner.blogspot.com.es/2012/04/filosofia-del-anarquismo-espanol.html?showComment=1335616945627#c8685393348732462698

      ¡Y me parece que te están equivocando juzgándome!

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