miércoles, 24 de octubre de 2012

El problema nacional en el majnovismo

[FRM ataca a un conocido nuestro (JR) en este texto llamándolo «neo-lerrouxista», para atacarlo y ofenderlo personalmente. Y..., no sé por qué cita una frase que no tiene sentido: 
     «Pensemos, por ejemplo, en el ateísmo de los bolcheviques, que sirvió para perseguir con más eficacia al movimiento de Néstor Majnó en Rusia…».
    ¿Qué el comunismo por el hecho de ser ateo es enemigo de todo movimiento popular y represor? ¡¡Sorprendente!! 
    Además, debemos añadir a esos que se suelen llamar «anarcoindependentistas» y  utilizan  a la guerrilla insurgente del sur de Ucrania —que combatió durante los años de la Revolución Rusa— como ejemplo de compaginación de las ideas libertarias con el nacionalismo (u otro paradigma identitario cualquiera).
    O, incluso, algunos políticos liberales ucranianos, denominados «naranjas», que ponen a Majnó como si fuese un héroe nacional. Pero, todo es falso; cómo bien nos cuenta Archinov:] 


Piotr Archinov

Todo lo que acaba de decirse del majnovismo demuestra que era un movimiento popular de los campesinos y obreros y que su fin esencial era asegurar la libertad del trabajo por la actividad revolucionaria de las masas.

Desde su comienzo, desde los primeros días, el movimiento conocido con el nombre de majnovismo recibió la adhesión de las clases pobres de todas las nacionalidades que habitaban la región. En su mayor parte estaba formada, naturalmente, por campesinos de nacionalidad ucraniana. Un 6 a 8% eran campesinos de la Rusia Central. Además la integraban griegos, israelitas, caucásicos y gentes de otras nacionalidades. Las aldeas situadas en los confines del mar de Azov y pobladas de griegos y de judíos tenían relaciones constantes con el movimiento. Varios de los mejores comandantes del ejército revolucionario eran de origen griego y hasta último momento el ejército contó con algunos destacamentos especiales de griegos.

Formado por indigentes y fundido en una sola esencia por la unión natural de los trabajadores, el movimiento estuvo animado desde su comienzo por un profundo sentimiento de fraternidad de los pueblos, que es propio del trabajador oprimido. En su historia no hay un solo momento en que se haya seguido una consigna puramente nacionalista. Toda la lucha de los majnovistas contra el bolchevismo fue dirigida en nombre de los derechos y de los intereses del trabajo. Los denikinianos, los austroalemanes, los petliuristas, las tropas de desembarco francesas (en Berdiansk), los secuaces de Wrangel fueron considerados por los majnovistas, sobre todo, enemigos de la clase trabajadora. Cada una de esas invasiones representaba para ellos ante todo una amenaza para los trabajadores y no se interesaban en el pabellón nacional que cubría esas incursiones.

En la «Declaración» publicada por el Consejo Revolucionario Militar del Ejército en octubre de 1919 los majnovistas decían en el capítulo consagrado a la cuestión de las nacionalidades:

«Al hablar de la independencia de Ucrania entendemos esa independencia, no como nacional, en el sentido petliuriano, sino como la independencia social y laboriosa de los obreros y de los campesinos. Declaramos que el pueblo trabajador ucraniano (como cualquier otro) tiene derecho a forjar su propio destino, no como nación, sino como unión de trabajadores.»

Sobre el problema del idioma que debía adoptarse en las escuelas, los majnovistas escribieron:

«La sección de cultura y de instrucción del Ejército Majnovista recibe constantemente preguntas procedentes de maestros que desean saber en qué idioma debe enseñarse en las escuelas ahora que las tropas de Denikin han sido expulsadas.

»Los insurrectos revolucionarios, conforme a los principios del verdadero socialismo, no podrían de ningún modo y bajo ningún pretexto violar los deseos naturales del pueblo ucraniano. Es por eso que la cuestión del idioma en que debe enseñarse en las escuelas no podrá ser decidida por nuestro ejército, sino por el pueblo a través de los maestros, de los alumnos y de sus padres.

»Se deduce que todas las órdenes que emanan del Consejo especial de Denikin, así como la orden número 22 del general May Mayevsky que impiden el empleo de la lengua materna en las escuelas serán consideradas en lo sucesivo nulas, puesto que han sido impuestas por la fuerza a nuestras escuelas.

»En interés del desenvolvimiento intelectual del pueblo, el idioma por adoptarse en las escuelas debe ser aquél hacia el cual tiende naturalmente la población, por eso la población, los maestros, los alumnos y sus padres, y no las autoridades o el ejército, decidirán libremente la cuestión.

Sección de Cultura y de Instrucción del Ejército de los Insurrectos Majnovistas. (Put k Svobode, N° 10, del 18 de octubre de 1919).»

Vemos de ese modo que los prejuicios nacionales no tenían lugar en el majnovismo. Los prejuicios religiosos tampoco. En su calidad de movimiento revolucionario de las clases pobres de la ciudad y del campo, el majnovismo era enemigo, en principio, de toda religión y de toda deidad. Entre los movimientos sociales modernos, el majnovismo fue uno de aquellos poco numerosos que no se interesó ni en su propia religión ni en la del vecino, ni en su nacionalidad ni en la de los demás, respetando ante todo el trabajo y la libertad del trabajador.

Esto no impedía que los enemigos del movimiento tratasen de desacreditarlo sobre todo desde ese punto de vista. Tanto en la prensa rusa como en el extranjero el majnovismo fue a menudo descrito como un movimiento limitado, extraño a las ideas de fraternidad y de solidaridad internacional y hasta con rasgos de antisemitismo. Nada más criminal que semejantes calumnias…

Historia del Movimiento Majnovista
(Capítulo X)

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