En los últimos días se han hecho públicas una serie de noticias relacionadas con la CNT y el 15-M que van desde el desconocimiento del fenómeno a la burda manipulación periodística. En cualquier caso, el resultado es el mismo: desacreditar a la Confederación Nacional del Trabajo y enfrentar a quienes están participando activamente en las acampadas y movilizaciones
Es notorio que tras un primer momento de desconcierto en el que se utilizaron las medidas policiales contra los manifestantes (brutal represión del la manifestación del 15-M, desalojo de la primera acampada), la reacción de los medios —salvo las esperpénticas excepciones de aquellos englobados más a la derecha— ha sido en cierta medida condescendiente, ofreciendo una visión reivindicativa pero a la vez inofensiva, de las protestas.
El caso es que una vez pasadas las elecciones autonómicas y municipales y según se van alargando las acampadas, se empieza a endurecer el discurso: si antes los comerciantes «ayudaban a los indignados», ahora se quejan y afirman que suponen un «problema de orden público», si antes el colectivo estaba compuesto por gentes de diferentes ideologías y sensibilidades, ahora son carne de infiltración de «agitadores profesionales», si antes eran utópicos, de repente se han vuelto «radicales de ultraizquierda»... en una clara estrategia que busca ir preparando a la opinión pública para una nueva solución policial al asunto.
Es notorio que tras un primer momento de desconcierto en el que se utilizaron las medidas policiales contra los manifestantes (brutal represión del la manifestación del 15-M, desalojo de la primera acampada), la reacción de los medios —salvo las esperpénticas excepciones de aquellos englobados más a la derecha— ha sido en cierta medida condescendiente, ofreciendo una visión reivindicativa pero a la vez inofensiva, de las protestas.
El caso es que una vez pasadas las elecciones autonómicas y municipales y según se van alargando las acampadas, se empieza a endurecer el discurso: si antes los comerciantes «ayudaban a los indignados», ahora se quejan y afirman que suponen un «problema de orden público», si antes el colectivo estaba compuesto por gentes de diferentes ideologías y sensibilidades, ahora son carne de infiltración de «agitadores profesionales», si antes eran utópicos, de repente se han vuelto «radicales de ultraizquierda»... en una clara estrategia que busca ir preparando a la opinión pública para una nueva solución policial al asunto.
En este contexto, hemos visto cómo ayer en El País se afirmaba que en Madrid se debatía «cómo desvincularse de una manifestación que la rama del metal del sindicato CNT ha convocado hoy a las 19.00 en Sol», falsedad que hubiera sido tan sencillo de contrastar como entrar en la propia página web del sindicato, donde se hubieran dado cuenta de que el acto de la Confederación se había desconvocado hacía días al ver que la acampada continuaba (eso sin contar que el acto había sido legalizado, antes incluso, de la manifestación del 15-M). Y hoy nos desayunamos con EL MUNDO publicando que «el pasado miércoles 18, cuando el asentamiento en Sol ya había prosperado, fuentes policiales filtraron que la CNT estaba controlando la ocupación» y se quedan tan anchos, haciendo buena otra vez la afirmación de «no permitas que la realidad te estropee un buen titular» (en este caso, argumento).
Pues bien, desde la Confederación Nacional del Trabajo denunciamos la falta de rigor y la vulneración de las más elementales normas deontológicas del periodismo de que hacen gala ambos medios y les exigimos que tengan el mínimo de decencia de contrastar sus informaciones.
Finalmente, y pese a todo lo anterior, nos reiteramos una vez más en nuestro llamamiento a la desobediencia como elemento fundamental de las movilizaciones y expresiones de protesta, retando y desafiando a la represión y los intentos de frenar las acampadas, fortaleciendo, aún más, la participación, la implicación y la toma de conciencia de la necesidad de organizarnos, extendiendo la solidaridad y la superación del miedo como elemento neutralizador de la lucha.
Pues bien, desde la Confederación Nacional del Trabajo denunciamos la falta de rigor y la vulneración de las más elementales normas deontológicas del periodismo de que hacen gala ambos medios y les exigimos que tengan el mínimo de decencia de contrastar sus informaciones.
Finalmente, y pese a todo lo anterior, nos reiteramos una vez más en nuestro llamamiento a la desobediencia como elemento fundamental de las movilizaciones y expresiones de protesta, retando y desafiando a la represión y los intentos de frenar las acampadas, fortaleciendo, aún más, la participación, la implicación y la toma de conciencia de la necesidad de organizarnos, extendiendo la solidaridad y la superación del miedo como elemento neutralizador de la lucha.
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