sábado, 21 de marzo de 2015

Fallece Moncho Alpuente, colaborador del 'CNT'


Nos deja a los 65 años de edad una de las últimas plumas lúcidas y mordaces, con su guiño especial a su querida central anarcosindicalista, colaborando asiduamente con el periódico desde 2001. Que la tierra te sea leve, compañero.


La desgracia tenía lugar a primera hora de la mañana tras sufrir un infarto mientras pasaba unos días en Canarias junto con su pareja sentimental, tal y como informa la Cadena Ser.

Persona polifacética, acumuló una larga trayectoria tanto en la escena musical, así como de humorista y escritor. Precisamente en esta última faceta es en la que más se prodigó en las últimas décadas, colaborando activamente en diferentes publicaciones, entre ellas en el periódico CNT, con sus habituales columnas de actualidad en la contraportada desde el año 2001, de la mano de Emilio García Wiedemann (hijo de García Rúa) en la etapa de gestión del periódico en Granada.

Sin embargo, su relación con el sindicato viene de tiempo atrás. Afiliado al Sindicato de Espectáculos Públicos en la década de 1970, junto con Fernando Fernán Gómez o Emma Cohen, entre otros ilustres del mundo de la cultura, fue uno de los organizadores de los actos culturales del V Congreso de la Casa de Campo del 79, actuando él mismo con su banda Moncho Alpuente y los Kwai. También presente en los actos culturales del VIII Congreso en Granada de 1995, siempre colaboró activamente cuando el sindicato le requería, tanto en diversas jornadas libertarias por toda la geografía peninsular, como en 2010 con motivo de la presentación pública de los actos que conmemorarían el centenario de la Confederación Nacional del Trabajo.

Su pérdida se une a esa corta lista de intelectuales contemporáneos que no se casaban con nada ni con nadie, como eran los casos de Haro Tecglen o Javier Ortiz, también columnistas en el CNT.

Hoy 21M, cuando miles de personas nos manifestamos en Madrid reivindicando pan, trabajo, techo y dignidad, contaremos sin duda con el apoyo de nuestro querido Moncho allá donde esté. Que la tierra te sea leve, compañero.

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