sábado, 27 de septiembre de 2014

¡DENUNCIADOS POR PROTESTAR!


Os dejamos aquí un comunicado de los participantes en una concentración que tuvo lugar en el Burgo de Osma. Cinco manifestantes, —cuatro de ellos afiliados y militantes de CNT-ARANDA DE DUERO— que han sido denunciados y a quienes se les pretende imponer una multa de hasta 300,51€ a cada uno. Simplemente por protestar.
El apoyo de tod@s será la victoria de tod@s. Salud y fuerza en la lucha.


COMUNICADO

El pasado 28 de Julio del año corriente cinco personas, a título individual, de las cuales en su mayoría éramos afiliados y militantes de CNT en Aranda de Duero, acudimos al Hotel Termal de la localidad soriana de El Burgo de Osma con motivo de la presencia en el lugar de Rouco Varela, donde iba a abrir, con una de sus conferencias, la vigésima séptima edición de los cursos de verano de la Universidad de Santa Catalina. Nuestro objetivo era, simple e inocentemente, ejercer nuestro derecho consubstancial, amén de constitucional, a expresar públicamente nuestro rechazo al poder ejercido por la Iglesia, de una manera u otra, en los asuntos públicos, humanos y mundanos. Poder que, hoy y aquí, representa más que nadie la persona pública, humana y mundana del Arzobispo Cardenal.

Al poco de desplegar la pancarta, y al poco de mantener durante unos minutos una ‘amena’ conversación con el Capitán Jefe de la 3ª Compañía de Soria de la Guardia Civil —quien, por cierto, se preocupó de si teníamos trabajo y, de paso, en qué empresas… Así como de si «éramos anarquistas»... Y hasta ¡de quienes eran los padres de uno de nosotros!... Chitón— se personaron a instancias suyas dos subordinados del puesto de la localidad, quienes, «amablemente», procedieron a identificarnos con objeto de poder disponer de nuestros nombres, direcciones y caras bonitas en caso de que «alguien del Hotel Termal deseara denunciarnos». Cosa que pudieron hacer sin oposición ni resistencia alguna de nuestra parte.

Tras esto, proseguimos con nuestro ejercicio de libertad de expresión dado que, según ellos, —y según nosotros— no podíamos molestar a nadie, ni cometíamos delito ni pecado alguno... Obvio dado que mantuvimos bien desplegada nuestra pancarta y coreamos a viva voz unas frases que bien vieron y escucharon ellos durante más de media hora. Evidente también, dado que, tras identificarnos, explícitamente nos dijeron que: «podíamos continuar gritando nuestras protestas y haciendo nuestras cosas»… ¡Blanco y en botella!… pues dijimos «leches».

Pues bien, es el caso que durante las últimas semanas se nos han ido remitiendo, a cada uno de nosotros, un «acuerdo de iniciación de procedimiento sancionador», merced a las exclusivas denuncias de nuestros dos animadores de verde, con una multa que podría ascender a 300,51 € por barba.

Según el indigno mamotreto relativo a «los modos y maneras de reprimir al personal en lucha contra su opresor», las mismas están fundamentadas en que nuestros actos fueron «la infracción leve de un precepto de la ley orgánica de protección de la seguridad ciudadana». Concretamente por «alterar la seguridad colectiva u originar desórdenes en las vías, espacios o establecimientos públicos».

Mediante este comunicado los cinco afectados manifestamos nuestra indignación y repulsa a estas reprobables denuncias, ya que lo nuestro fue un mero ejercicio de una libertad de expresión que supuestamente existe.

En verdad, no podemos evitar considerar la hipótesis de que la pretensión de sablearnos constituya un intento de parte del cuerpo civil-militar y de la administración correspondiente del Estado por acallar y atajar la más mínima voz en unas tierras poco acostumbradas a manifestantes —lástima de dios…—. Aunque denuncias como éstas, por idénticos o parecidos motivos, estén a la orden del día aquí, allá, y en todas partes.

En concreto, ¿de qué se nos acusa? En concreto se nos acusa de que «perturbamos la normal actividad de las personas hospedadas, la de los asistentes a la conferencia que iba a celebrarse y la de las personas que se encontraban paseando por las inmediaciones». Continuando diciendo que tales viandantes se sintieron molestos por nuestra «falta de respeto a sus creencias».

Nosotros decimos que, si es sancionable manifestar públicamente nuestro rechazo al poder político y económico de la Iglesia —que sigue teniéndolo—, así como a su rancio poder ideológico —que no quiere perder y no deja de ejercer, antaño más que hogaño (lástima de dios…) con cuentos de película de terror gore—, entonces quienes nos oponemos a ello podríamos encausar cientos de veces a la Iglesia y a sus portavoces; así como a tantas personas a quienes inevitablemente tenemos que oír unas ideas retrógradas con las que, lógicamente, no estamos de acuerdo y que, por nuestra parte, consideramos dañinas a la sociedad, dañinas al ser humano, y dañinas a su progreso. Precisamente porque, sinceramente —y por ello— nos ofenden o, al menos, nos pueden ofender. Y si cinco voces y una pancarta suponen provocar un desorden en las vías, espacios o establecimientos públicos, creemos que obviamente es peor eso de las procesiones de la Semana Santa...

Por otra parte, a nosotros nos gustaría poder recomendar a la Benemérita —en fin…— que no hablase por los propietarios del Hotel Termal, ni por los hospedados allí, ni por los viandantes a quienes dicen que «alteramos en su normal actividad» —tal como no han hablado por Rouco Varela, a quien no citan ni como molesto ni como importunado—. En cuanto a «los viandantes», decir que las más de las veces nos expresaron su apoyo, llegando a sostener la pancarta junto a nosotros dos personas que nos lo pidieron con entusiasmo y que, afortunadamente, no fueron identificadas.

Pero no. No hay más denuncias que la de un par de guardias civiles, quizá porque a ellos sí que les «alteramos su normal actividad» al tener que acudir a la llamada de su superior…

Siendo todo así, los cinco participantes en la concentración recurriremos y combatiremos todas las denuncias. La justicia y la dignidad —amén del derecho constitucional— nos alienta y nos asiste.

Para acabar, queremos agradecer pública y encarecidamente el entregado apoyo y solidaridad de CNT-ARANDA para con nosotros. Apoyo y solidaridad con el que sabíamos que contaríamos desde el principio, y con el que sabemos que contaremos hasta el final.

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