viernes, 18 de febrero de 2011

Hacia la verdad

Por Evelio Boal


Una nota simpática y digna de ser imitada por todas las sociedades de resistencia, es la que ha dado la Asociación de Arte de Imprimir, de Valladolid, votando una cantidad para ayudar a sufragar los gastos que originara la implantación de una Institución libre de Enseñanza, en dicha población, y suscribiéndose con una cuota mensual para su sostenimiento.

Camino tal deben seguir todas las sociedades de ese género para dar una prueba fehaciente de amor a la Humanidad y a la instrucción; siendo ésta la que nos ha de poner en condiciones iguales para hacer frente al régimen capitalista. Debemos esforzarnos en hacerlas comprender que coadyuvando a esta obra realizan una acción meritísima en pro del progreso y marcan nuevos derroteros que harán de los esclavos de hoy hombres libres mañana, poniéndolos en situación de defender con tesón lo que la burguesía, en su natural modo de ser, nos ha arrebatado.

Mas esta ayuda no debe sólo reducirse a las sociedades obreras que residan en una capital donde haya establecidas ya escuelas, sino que todas las constituidas en España deben tener el interés de que aquellas subsistan, porque laboran sin cesar por la reivindicaciones proletarias y de allí saldrán excelentes luchadores que con entereza de espíritu y grandeza de corazón lucharán valientemente por arrancar de las garras de sus poseedores, tiranos y egoístas cuanto no canallas de grado o por fuerza, lo que en justicia nos pertenece.

Nada podemos esperar de los poderes, porque para eso son poderes, y convencidos como estamos de ello, aunque pocos, por desgracia, debemos nosotros mismos procurarnos los medios que estén a nuestro alcance: ninguno mejor que la instrucción. Ella nos dará fuerza y valor para desarrollar nuestras energías, fortaleciéndonos el cerebro y preparándonos para el fin de la jornada, que no será largo, y mientras tanto hagamos hombres libres y conscientes para cuando llegue el día de la bancarrota de esta inmunda y podrida sociedad que todo lo corrompe.

¡Trabajadores! Ahí está nuestro deber. Coadyuvando a la implantación de las escuelas racionalistas damos un gran paso hacia la Verdad, hacia el Progreso, hacia la Ciencia y si así no lo hacemos, no tendremos derecho luego a dolernos de nada, pues dejamos en manos de nuestros enemigos (y de la Humanidad) las mejores armas.

De esperar es que todas las sociedades de resistencia vallisoletanas, como las de toda España, imiten el ejemplo de la Tipográfica, acudiendo con su óbolo allí donde sepan que trata de instalarse una Institución libre de Enseñanza, porque es el medio más seguro de ir derechos y con paso firme a la emancipación social.

Valladolid

Tierra y Libertad, nº 13 (19-V-1910).

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