sábado, 22 de enero de 2011

Elogio de la modernidad

“Hay que ser absolutamente moderno”, dicen que afirmó muy lúcidamente Jean Arthur Rimbaud, padre de la poesía moderna y participante en ese primer ensayo de autogobierno obrero que fue la Comuna de París. El “poète voyant” del simbolismo francés sabía que la poesía y la ciencia, el sentimiento y la razón tenían que ir de la mano en pos de la liberación del ser humano. De hecho, la búsqueda de la realización de la utopía en el futuro es lo que distingue el pensamiento revolucionario del conservador. De ahí que al pensamiento de izquierdas se le llame progresista, porque es decidido partidario del progreso y se preocupa por encima de todo de la modernidad.

Pero resulta que vivimos tiempos de reflujo, de gris conservadurismo, en los que impera la confusión ideológica, y así encontramos a cierta “izquierda” que pretende volver a un supuesto edén perdido en un pasado idílico, el pasado preindustrial. Algunos lo sitúan en el medioevo, pero en una Edad Media convenientemente falsificada, en la que se obvian la servidumbre impuesta al pueblo llano por las despiadadas leyes del vasallaje feudal, la esperanza de vida de unos 40 años por la falta de avances tecnológicos que protejan a los seres humanos de las enfermedades y de las inclemencias climatológicas, y el oscurantismo de la omnipresente Iglesia Católica, todavía no desafiada ni por la Reforma Protestante ni por los movimientos racionalistas que cristalizaron en lo que se dio en llamar la Ilustración. En no pocos casos, a todas estas omisiones interesadas las acompañan anacronismos de lo más burdos, como el confundir las cortes y concejos medievales con parlamentos modernos democráticos o incluso con el asambleísmo ácrata, cuando en la Edad Media en esos órganos se reproducía la férrea división social en estamentos y además el pueblo trabajador no estaba presente ya que al Tercer Estado lo representaba indefectiblemente la burguesía adinerada. Y lo que es peor, como consecuencia de todo esto, se postula una vuelta a los particularismos, las antiguas fronteras, los viejos fueros, las lenguas aisladas y moribundas, el casticismo, el amor al terruño, las curaciones chamánicas y demás supercherías populares, y toda una serie de ideas trasnochadas otrora reivindicadas por esa derecha troglodita -p. ej., el carlismo- que hoy día está, afortunadamente, en vías de extinción. Otros van más allá en el dislate y fantasean con la vuelta a las sociedades de cazadores recolectores, al remoto paleolítico, siguiendo al gurú del nuevo oscurantismo de la New Age, John Zerzan, si bien esta alternativa es menos creíble porque ¿cuántos de estos esnobs de clase media, fans del pope del antiindustrialismo, estarían realmente dispuestos a sacrificar su portátil y su móvil 3G por la “utopía” primitivista?

En cualquier caso, buscar un paraíso en el pasado remoto es algo típico del pensamiento reaccionario; lo hacen las religiones, ahí está la Biblia y ese paraíso sin inteligencia, sin ciencia, sin técnica, sin espíritu crítico en el que nuestros “primeros padres” vivían como menores de edad, o peor aún, como animalitos obedientes a un Creador que les negaba su capacidad de raciocinio, o lo que es lo mismo, su humanidad. Bien es verdad que los primeros románticos -como William Blake-, grandes revolucionarios y partidarios de eliminar las fronteras nacionales, abjuraron del maquinismo porque lo primero que causó la Revolución Industrial inglesa, aparte del enriquecimiento de la burguesía, fue contaminación, enfermedades y miseria, pero también es verdad que las siguientes generaciones de románticos empezaron a entender que la industrialización había venido para quedarse y que bien encauzada y puesta al servicio de todos podía pulverizar parte de las limitaciones que atenazan al ser humano -éste es, precisamente el punto de partida del socialismo-. Ahí está, por ejemplo, el Caín, drama poético en el que Lord Byron dibuja a un Caín no “malvado” como en la Biblia, sino humano, con defectos pero que piensa por sí mismo hasta el punto de rechazar la idea de Dios como un insulto a la inteligencia -no es extraño que dicha obra fuera una de las favoritas de Bakunin y de los nihilistas rusos-. Finalmente, en las últimas décadas del XIX los poetas parecen haberse reconciliado con la ciencia y la tecnología y como prueba cabe citar el poema “A una locomotora en invierno”, con el que Walt Whitman se adelanta a la vanguardia futurista.

El antecedente del pensamiento de estos nuevos refractarios a la modernidad no parece estar tanto en el primer romanticismo -como podría parecernos a primera vista- como en aquel romanticismo trasnochado, en absoluta descomposición, de la segunda mitad del XIX. Nos referimos a ese romanticismo etnicista y patriotero que en Centroeuropa extendió el mito de los arios -un inexistente pueblo de superhombres rubios, altos y de ojos azules perdido en Asia Central- que más tarde, en el siglo XX, serviría de base para las teorías racistas del nacionalsocialismo, o la “celtomanía” de algunos historiadores románticos tardíos británicos que fue aprovechada por algunos nacionalistas del norte de la Península Ibérica, especialmente los gallegos, y eso que incluso hoy día la historiografía más seria no sabe a ciencia cierta quiénes eran y ni cómo vivían -y mucho menos cómo hablaban o qué música tocaban- esas gentes de la remota II Edad del Hierro que los griegos llamaron genéricamente “keltoi”. Pura fantasía, pero fantasía puesta, en este caso, al servicio de la alienación humana.

En resumen, el concepto de modernidad ha de ser recuperado como ideal por el pensamiento crítico, que debe dejar claras las cosas en estos tiempos revueltos: los avances científicos y técnicos son parte esencial de las conquistas de la clase obrera y del ser humano en general. Y las “utopías” que se basan en la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor no son más que palabrería oscurantista.


La Torre Eiffel, símbolo de modernidad,
pintada por Robert Delaunay.

13 comentarios:

  1. ¡Sí! La Edad Media ha sido interpretada erróneamente, muy distorsionada tanto en lo negativo como en lo positivo, De ser una época oscura, para unos, a ser justo lo contrario, por otros. Pocos lo ven en su justa medida, en este caso el punto medio, exceptuando los historiadores.

    Uno de sus mitos, y muy extendido en el entorno libertario (parte de culpa lo tuvieron Piotr Kropotkin, en El apoyo mutuo, y Rudolf Rocker, en Nacionalismo y cultura), es el de los concejos abiertos y las cortes. Como se dice en el texto, no fueron tales instituciones muy democráticas, sino todo lo contrario, pilares del régimen señorial.

    Los municipios medievales ejercían un tipo de «feudalismo colectivo» sobre las aldeas de su alfoz (las Comunidades de Villa y Tierra castellanas) y los comuneros de Castilla eran miembros de la baja nobleza. Aunque lamentablemente dentro del Movimiento Libertario (la CNT de Valladolid) exista gente que se cree tales mitos:

    «Las luchas sociales por colectivizar fábricas y campos durante la revolución social de 1936 son un espejo de la defensa de los derechos del común que se llevaban produciendo desde siglos atrás. Desde muy antiguo las comunidades en Castilla se reunían en asamblea para decidir como aprovechar los bienes del común es decir los recursos naturales, estos fijaban unos criterios para generar riqueza sin esquilmar los recursos de los que disponían, de ahí el cuidado que muchas comunidades con sus bosques, sus ríos o los animales.»

    http://www.kaosenlared.net/noticia/villalar-2007-1


    O también...

    «Las gentes de Castilla disfrutaron durante varios siglos de una estructura social fundamentada en el “Concejo Abierto” o asamblea popular soberana que realizaba la gestión de todos los bienes comunales y del autoabastecimiento de los montes. Los bienes comunales pertenecían al común de los vecinos y estos constituidos en asamblea soberana tenían la capacidad de decisión y de gestión, sin subordinarse a ningún otro núcleo de toma de decisiones o centro de poder, siempre y cuando todos estos recursos fueran destinados al autoabastecimiento en forma de bienes de uso y nunca productos destinados al mercado. La conservación y mejora de los montes, aguas, hierba, flora, fauna, suelo y otros, formaban parte del quehacer concejil. Esa es la Castilla que a nosotros nos interesa, una Castilla Libre.»

    http://www.kaosenlared.net/noticia/actividades-programadas-para-villalar-2010-carpa-cnt

    ¡Lamentable, pero cierto!

    Un inciso... Me parece que Rimbaud nunca participó en la Comuna de París, aunque inspirado por ella escribio algunos poemas. Se dice que estuvo semanas antes de los hechos y que fue violado por unos soldados, tenía entonces 17 años.

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  2. Pues en http://revistapernia.blogspot.com/2010/03/nuestra-amistad-con-rimbaud.htmlse dice lo siguiente:
    "El joven Rimbaud intervendrá en la Comuna de París como soldado, vidente y redactor de una Constitución comunista"

    Y en http://www.eldiariointernacional.com/spip.php?article1549 esto otro:
    "Sabido es que Rimbaud participó en la Comuna de París"

    Afirmé que había participado en la Comuna porque es lo que a su vez afirma el prologuista de mi edición de "Una temporada en el infierno/Iluminaciones", pero la verdad es que yo no estuve nunca allí para comprobarlo. De todas maneras, participara o no con algo más que un proyecto de Constitución (que al parecer en esto sí que están de acuerdo todos los estudiosos) no afecta en absoluto a la idea central de mi texto.

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  3. Da igual. Se ha escrito y dicho mucho. La temática es que algunos denominados «antiindrustiales» o fanáticos del llamado «decrecimiento» no saben lo que es pasarlo mal. Seguro que hacen sus viajes vacacionales al extranjero para «desestresarse».

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  4. Blablablabla¿?blablablabla¿?blablablabla¡!

    ¿Como estan mis amigos pseudoescepticos? un poco cucufato el articulo este ¿no?
    No sabia yo que mi compadre Rimbaud fuera un fiel devoto de la Verdad Verdadera, de la Diosa Razon, de San Progreso, y de la Santa Ciencia (amen), ¡¡¡¿pues que diablos habre leido yo?!!!
    En fin, cada loco con su tema, cada descompuesto con su diarrea, y cada sastre con su cinta metrica. Y yo a lo mio.
    Os regalo un trabalenguas para que distraigais la mente y el espiritu, perdon ¿se puede decir espiritu?:

    El Mundo esta ciencioelectrotecniprogresogilipollizado ¿quien lo desenciencioelectrotecniprogresogilipollizara?
    el desenciencioelectrotecniprogresogilipollizador
    que lo desenciencioelectrotecnicoprogresogilipollice
    buen desenciencioelectrotecniprogresogilipollizador
    sera.
    (Repetir cien veces)

    Salud y Libertad Total. (Y no os enfadeis).
    LEONARDO.

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  5. Vaya con Leo... ¡Si todavía sigue vivito y coleando!

    Sin la Ciencia, o el método científico, el mundo sería más estúpido y supersticioso, volveríamos al oscurantismo medieval y al fanatismo religioso. Un mundo sin Razón sería una grandísima, enorme y monstruosa bola de mierda magufa.

    ¡Perdóneme Leo-Leoncio-Leonardo —Panthera leo— por mis palabras...! Soy así.

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  6. Mejor decir: ¡Bla, bla, bla...!

    Que decir: ¡Beee, beee, beee... Amén!

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  7. ¡ja! esto se calienta, Krates no te preocupes, ¡ja! pero preparate porque yo tambien soy "asi",por cierto ¿quien coño eres? tengo una sospecha pero no estoy seguro......,hoy ya no pero otro dia continuamos con el cruce de espadas, ¡y eso tambien va por ti Pavel!

    No puedo contestar a los mensajes de movil,estoy sin un centimo literalmente, pondre una velita a la Diosa Razon aver si asi.....
    Salud

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  8. El artículo será muy "cucufato" pero es el 3º más leído de este blog a día de hoy.

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  9. Ya, y el Pais y el Mundo son los periodicos mas leidos de este pais, incluso entre los que leen este blog.
    Por cierto ¿de verdad eres Max Stirner?, lee:

    "Yo no he basado mi causa sobre nada. Yo basare, pues, mi causa sobre mi, soy la negacion de todo lo demas, soy para mi todo, soy el unico. Yo no soy nada, pero soy la nada creadora, la nada que saca todo. ¡Malhaya, pues, toda causa que no es entera y exclusivamente la mia! Mi causa , decis, deberia al menos ser la "buena causa". ¿Que es lo bueno, que es lo malo? Yo mismo soy mi causa y no soy ni bueno ni malo, eso no son mas que palabras. Mi causa no es ni divina ni humana, no es ni lo verdadero, ni lo bueno, ni lo justo, ni lo libre: es lo mio; no es general sino unica, como yo soy unico. Nada esta, para mi, por encima de mi."

    ¿Abrazas ahora la causa de la Modernidad?
    (Por cierto, repasate lo que escribiste sobre "Los Modernos" en el capitulo II de El unico y su propiedad.

    Salud y Libertad Total.

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  10. Me parece que Max Stirner murió en 1856, y dudo que pueda responderte (o repasar un capítulo de su libro).

    El compañero Sorrow y yo formamos el Grupo Anarquizante Stirner. Y reivindicamos la figura de este pensador alemán, porque fue una de las primeras figuras que influyó en el ideal ácrata. No hay más.

    De todas maneras, en El único y su propiedad Max Stirner ataca a la moral de su época, para nada es crítico con la «causa de la Modernidad» como bien dices. (Es simplemente: Yo, yo, yo... y solamente yo.) Defiende ante todo su individualidad, algo siempre defendido por los anarquistas.

    http://grupostirner.blogspot.com/2010/04/prehistoria-del-anarquismo-max-stirner.html

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  11. ¿De verdad te crees un león? El nombre de Stirner me lo puse para reivindicar a un pensador olvidado por el anarquismo y porque cuando empecé este blog estaba más solo que la una (El único=yo y su propiedad=el blog). Tu amigo Rimbaud dijo literalmente "Il faut être absolument moderne" ('hay que ser absolutamnente moderno'... No sé qué habría pensado el bueno de Stirner al respecto) y de hecho está recogido en Wikiquote:
    http://es.wikiquote.org/wiki/Arthur_Rimbaud
    Además deberías repasarte el poema "Lo que se dice al poeta a propósito de las flores". Dice el crítico Carlos Barbáchano: "Rimbaud [...] a lo largo de toda su obra [...] realiza un constante movimiento de vaivén entre el progreso (lo que se dice al poeta a propósito de la flores) y la vuelta a la paraíso perdido (Sol y carne)" (nota al pie de página de Iluminaciones, pág. 287, ed. Montesinos, 1990). En realidad, el dilema naturaleza/industria está dentro de todos nosotros. Un dilema que ha acompañado al ser humano desde épocas inmemoriales. Yo no niego la naturaleza son los "cucufatos" de los primitivistas quienes niegan la industria. En cuanto a la comparación de este blog con El País y El Mundo, cae por su propio peso: los medios de comunicación convencionales como los citados diarios forman parte del poder (son sus voceros oficiales), los encuentras hasta en la sopa y establecen una comunicación unidireccional y este blog tienes que querer buscarlo para encontrarlo y además puedes tener conversaciones por escrito con sus autores. Y por cierto, no monopolices la herencia de Rimabud. Somos muchos los que en algún momento de nuestra vida hemos sentido su influjo. Y todo esto lo digo sin acritud, compañero.

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  12. De acuerdo, sin acritud. Yoes hay muchos, a unos les gusta las maquinitas, y a otros las florecitas, y a otros las dos cosas, y a otros ninguna. A unos les gusta abrazar causas en masa y cambiar el apellido de su piel por otro en el que ponga "ismo" y defienda la Verdad, y a otros no nos gusta. Y a otros les trae sin cuidado. Todos tenemos buena voluntad, no hay duda, la Verdad Verdadera esta de nuestro lado. Mientras los linchamientos se queden en desahogos verbales dentro de esta maquinita tan bonita los herejes no tienen nada que temer.

    Ahora dediquemonos a cosas mas importantes como por ejemplo ir de caza, ahi fuera en la sabana corretean politicos, banqueros, policias, periodistas, maestros, obispos, jueces y toda la chusma imbecil que les vota, todos bien gordos. Cacemosles, no se si en nombre de la causa de la Verdad, pero si al menos por diversion o aventura ¡joder! ¡que esto es un coñazo!
    GRRRRRRR....¡quiero ser un leon de verdad!

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  13. Hay que ser como verdaderos leones para cazar las presas, en este caso los políticos que están más gordos y son más perezosos. Todo depredador prefiere cazar presas fáciles, y no hay presa más fácil, que la más pusilámine: los ricos... «¡Cómete al rico!» («Eat the rich»).

    ¡¡¡Rugidos revolucionarios!!!
    ¡¡¡GRRRRR...!!!

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