Hemos aprovechado la visita a París de nuestro compañero Lebion para que les hiciera una entrevista a los integrantes de la panadería autogestionaria La Conquête du Pain (La Conquista del Pan, haciendo un guiño al célebre libro de Kropotkin). En nuestro número 302, de septiembre de 2013, ya hicimos una semblanza de esta iniciativa.
(Nº 321, abril 2015)
¿De dónde surge la idea de poner en marcha el proyecto de panadería La Conquête du Pain?
La historia empieza con los dos fundadores, Pierre y Thomas. En la época, mientras los dos pertenecían a grupos militantes libertarios y antifascistas (la FA y el SCALP), surge la idea de poner en aplicación los principios libertarios y de proponer una alternativa concreta al capitalismo. Al mismo tiempo la idea era tener una herramienta concreta enraizada en la vida cotidiana de la gente que pudiera servir de apoyo a las luchas e iniciativas sociales, locales u otras.
¿Cómo os organizáis? ¿Qué supone la autogestión para vosotros?
Nos organizamos de manera horizontal. Es decir, que todas las decisiones se toman en asamblea general, donde cada persona es igual a una voz. Son asambleas semanales de dos horas. En general intentamos funcionar de manera que las decisiones sean tomadas con la forma del consenso; a veces, cuando eso resulta imposible, procedemos a un voto (pero esa situación hasta ahora es muy marginal).
En paralelo cada uno de los sectores de la panadería (que son producción, venta y distribución) hacen su propia asamblea mas o menos cada quince días.
Aparte de las asambleas generales o de sectores tenemos reuniones más informales para resolver las pequeñas cosas urgentes que se presentan en cada uno de los sectores de actividad.
Además de eso, a nivel económico-laboral funcionamos con igualdad de salario. Todos tenemos el mismo sueldo.
¿Qué relación tenéis con los productores de materias primas? ¿Por qué bio?
Nos tenemos muchas relaciones con los productores de harina, huevos u otros productos frescos. Son grandes empresas y hasta ahora nos hemos manejado con productores alternativos. Nuestro consumo de esos productos es demasiado importante. Como panadería urbana no es fácil encontrar campesinos con quien trabajar. Pero seguimos buscando...
Por ejemplo, hace unos meses hemos encontrado una productora de frutas y verduras con la que ya trabajamos para hacer algunas sopas, bocadillos y tartas con productos más locales.
Tenéis estudiantes en prácticas en la panadería ¿cómo funciona eso? ¿Cómo lo valoráis?
En la panadería hay dos practicantes, Yacuba y Hamid, que están compartiendo su tiempo entre la escuela de panadería y La Conquista del pan. Trabajan en el sector de la producción, donde Pierre, Mathieu, Thomas, Florence y Rachid les orientan y enseñan sobre prácticas panaderas. Además intentamos ofrecerles apoyo escolar; Soraya y Linda utilizan ratos durante la semana para trabajar en las cosas más escolares. De manera general todo el equipo intenta proponer su ayuda cuando se presentan situaciones particulares. Siempre quedamos en contacto con la escuela y a veces con los profesores.
¿Dónde está situada la panadería? ¿Vuestra clientela es del barrio o distribuís productos a otras zonas?
La panadería está en Montreuil (un suburbio al Este de París). Nuestra clientela sí es del barrio. Además del punto de venta de la panadería tenemos un servicio de distribución, así que distribuimos productos en varios rincones de París y también en otros suburbios en la zona.
¿Tenéis algún proyecto con el que influir de alguna manera en el barrio desde La Conquista del Pan?
Sí, de hecho ya tenemos algunas cosas que van en este sentido. A las 20 horas cada día hacemos lo que llamamos la «recuperación», que corresponde a la distribución gratuita de los productos que no se han vendido durante el día.
Cada año organizamos la «comida de barrio», un evento durante el cual todos los vecinos comparten un momento de convivencia alrededor de una comida. Cada uno trae una pequeña cosa. Nosotros aportamos varios productos e intentamos organizar un concierto o algo para la diversión de todos.
Desde hace poco tiempo hacemos un taller de cocina una vez al mes. Dejamos el local de la panadería, las herramientas para cocinar, conseguimos todos los ingredientes, y traemos a una persona que viene a cocinar. Cuando está lista la comida la transportamos al local socio-cultural del barrio y hacemos una degustación con el público. Estos talleres están organizados con una asociación local y con el centro socio-cultural del barrio.
Además de esto, de manera puntual intentamos organizar eventos culturales: por ejemplo, el año pasado organizamos una exposición de los panes del mundo. Teníamos quince diferentes tipos de pan, cada uno de un país distinto. Cada pan estaba decorado por So, una artista de arte urbano que trabaja en la panadería. Cada receta y su decoración ilustraba una lucha correspondiente a un país específico. Pequeños textos acompañaban cada pan para valorar esa historia e informar a los visitantes de la exposición.
¿Hay alguna relación con más proyectos cooperativos en París y en el resto de Francia? Si es que sí ¿cuáles? ¿Qué trabajo en común existe?
El año pasado hemos empezado un proyecto llamado «red de panaderías alternativas». Para ello, nos hemos reunidos con varias panaderías autogestionadas de todo el país. En este punto estamos trabajando sobre varios proyectos de intercambios de saberes. Además estamos involucrados en la red REPAS (Red de Prácticas Autogestionadas y Solidarias). Esa red reúne estructuras autogestionadas de todo tipo, no solo panaderías. Actualmente Cecile, practicante de la Red para aprender sobre autogestión, está haciendo una práctica de cinco semanas con nosotros.
Una curiosidad graciosa ¿van muchos turistas anarquistas a visitaros?
Sí, eso pasa a veces. Hace poco hemos tenido la visita de unos compañeros italianos, griegos, peruanos y alemanes que estaban en París por un evento de la Federación Anarquista. Otra vez nos visitó un compañero chileno, que aprovecho su viaje a Francia para hacer una entrevista para una radio chilena.
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