Introducción al libro de Carlus Jové Joe Hill. Sindicalismo con banda sonora
Salt Lake City no es sólo conocida por sobornar al Comité Olímpico para poder celebrar los Juegos de Invierno del 2002. Esta ciudad estadounidense también fue donde Joe Hill vio la luz por última vez antes de ser ejecutado, acusado sin apenas pruebas concluyentes de un crimen que él siempre negó haber cometido. El tiempo qué duró su proceso judicial estuvo marcado por fuertes protestas en todo el país e incluso provocó tensiones entre el gobierno federal estadounidense y el sueco por un lado, y el del estado de Utah por el otro. En su funeral, más de 30.000 personas se manifestaron para honrar la vida y obra del que ya se había convertido en un mito y voz de la clase trabajadora de EEUU.
Pero, ¿quién fue este personaje capaz de provocar tanto revuelo? Para la mayor parte de la gente el nombre de Joe Hill puede no significar nada. Sin embargo, si preguntamos a cualquier sindicalista estadounidense seguro que el nombre le resulta, como mínimo, familiar. El legado musical de Joe Hill en ese país, a pesar de no ser su tierra natal, ha pasado de generación en generación y forma parte de la tradición musical obrera de Estados Unidos. Sus canciones han sido editadas por varios sindicatos; reconocidos cantautores como Woody Guthrie y más actualmente Billy Bragg han interpretado sus temas en más de una ocasión.
A pesar de la gran divulgación de sus canciones en los países de habla inglesa y en su propio país, Suecia, la realidad es que su trayectoria musical y personal pasa bastante inadvertida. Sin embargo, también podemos encontrar múltiples referencias a su obra continuamente. Bandas actuales de rock sueco como Refused o Randy han utilizado canciones o versos en sus discos. Incluso la serie de dibujos animados Los Simpsons le hizo un guiño en una ocasión al llamar a un conductor de tren Casey, nombre que Hill puso a un maquinista esquirol en una de sus canciones. Otro ejemplo ilustrador es la utilización por parte de la Confederación Nacional de Trabajo (CNT) de una frase de Hill a modo de eslogan, «¡no te lamentes, organízate!», en los años setenta y ochenta. Incluso el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, le rindió tributo en una ocasión, seguramente sin saberlo, cuando utilizó la expresión «pie in the sky», creada por el mismo Joe Hill como verso de su canción The preacher and the slave.
Todo esto nos puede mostrar hasta qué punto puede ser interesante conocer la historia de Joe Hill, y más teniendo en cuenta que ésta va íntimamente ligada al desarrollo de la Industrial Workers of the World (IWW), primera central sindical estadounidense en desafiar abiertamente al capitalismo y en plantear una lucha unitaria de los trabajadores, independientemente de su género, raza o cualificación profesional.
No obstante, hacer una biografía de Joe Hill puede resultar una tarea algo complicada. Él mismo decía que era un ciudadano del mundo, alguien que había nacido en un lugar llamado planeta Tierra y que los detalles no importaban mucho. Su afición a ocultar los datos sobre su propia vida nos fuerza a hablar de él en base a la información proporcionada por otras personas, lo que puede suponer una falta de rigor en ocasiones. Pero ésta no pretende ser una biografía escrupulosa ni minuciosa. Lo que aquí intentaremos mostrar es cómo la vida de una persona se vinculó a la lucha de una época y cómo su obra, en este caso musical, influyó en el desarrollo de los acontecimientos transformándose en una parte más de ellos, seguramente la menos dramática.
Casi todas las luchas que han intentado cambiar el mundo se pueden relacionar con una canción o cualquier otra manifestación artística. Ahí están La Internacional, la canción de los partisanos italianos Bella Ciao o los himnos populares anarquistas A las barricadas e Hijo del Pueblo, que inundaron las calles de Barcelona durante la revolución de 1936. La música une, emociona, transmite sensaciones e ideas. El arte no es sino un reflejo de la sociedad y del momento en que nace.
¿Fue Joe Hill un cantautor con alma revolucionaria o fue, por el contrario, un revolucionario con alma de cantautor? Podríamos dedicarnos a especular sobre este tema a lo largo y ancho de este librito, pero sería una pérdida absoluta de tiempo. Lo único que nos importa aquí es que, indiscutiblemente, su vida y obra se pusieron al servicio de la emancipación de la clase trabajadora y que contribuyó, en lo que pudo, a hacer de éste un mundo más libre y justo. Todo lo demás es materia de discusión para noches de insomnio.
7 octubre 2018
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