MICHEL CHOSSUDOVSKY
Verdad Ahora (14-03-2013)
La elección del papa Francisco I tiene amplias implicaciones geopolíticas para toda la región de Latinoamérica. En la década de 1970, Jorge Mario Bergoglio apoyó a una dictadura militar de patrocinio estadounidense. La jerarquía católica en la Argentina apoyó al gobierno militar.
Los intereses de Wall Street se mantuvieron a través de la oficina de José Alfredo Martínez de Hoz en el Ministerio de Economía. La Iglesia Católica en América Latina es políticamente influyente. También posee control sobre la opinión pública. Esto es conocido y comprendido por los arquitectos de política exterior estadounidense. En América Latina, donde varios gobiernos están ahora desafiando la hegemonía de Estados Unidos, uno podría esperar —dada la trayectoria de Bergoglio— que el nuevo pontífice Francisco I como líder de la Iglesia Católica, jugará de facto, un discreto rol político «encubierto» a nombre de Washington. Con Jorge Bergoglio, el Papa Francisco I, en el Vaticano (que sirvió fielmente a los intereses estadounidenses en el apogeo del general Jorge Videla) la jerarquía de la Iglesia Católica en América Latina puede volver a ser efectivamente manipulada para socavar a los gobiernos «progresistas» (de izquierda), no sólo en la Argentina (respecto del gobierno de Cristina Kirchner), sino en toda la región, incluyendo Venezuela, Ecuador y Bolivia. El restablecimiento de un «Papa pro-estadounidense» se produjo una semana después de la muerte del presidente Hugo Chávez.
¿El Papa de Washington y Wall Street en el Vaticano?
El Departamento de Estado norteamericano presiona rutinariamente a los miembros del Consejo de Seguridad con miras a influir en la votación relativa a las resoluciones del Consejo. Operaciones encubiertas y campañas de propaganda estadounidenses se desarrollan rutinariamente con objeto de influir en las elecciones nacionales en diferentes países alrededor del mundo.
¿El gobierno estadounidense habrá intentado influir en la elección del nuevo pontífice? Jorge Mario Bergoglio era el candidato preferido por Washington. ¿Hubo presiones encubiertas ejercidas discretamente por Washington, dentro de la Iglesia Católica, directa o indirectamente, a los 115 cardenales que son miembros del cónclave del Vaticano, para llevar a la elección de un pontífice que fielmente sirve a los intereses de la política exterior estadounidense en América Latina?
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