miércoles, 30 de noviembre de 2011

Entrevista a Fernando Ventura, autor de La estupidez del nacionalismo por Lu Tao

[A pesar del execrable estilo del entrevistador, el ingenio y el corrosivo sentido del humor de Fernando Ventura brilla aquí con luz propia. Y digo lo del entrevistador porque, igual que hacen los entrevistadores de los medios burgueses, no acude a la entrevista simplemente a transmitir información al lector sino que va a intentar cada dos por tres torcer las palabras y dinamitar el mensaje (en este caso antinacionalista) del entrevistado. Y cuando no puede se hace el sueco. Cómo se nota que el representante de A las barricadas es simpatizante del "secesionismo guanponés" y no un anarquista como Lu Tao (yo ya me entiendo...). Igualmente es una pena que, en más de una ocasión, Ventura le tenga que dar la razón como a los tontos a este sujeto por no aguantar sus monotemáticos embates dialécticos (en el que no faltan triquiñuelas clásicas como comparaciones absurdas entre los que ya sabemos y los mapuches o cualquier remota tribu de las antípodas). En el fondo, lo que algunos desean no es ir a las barricadas sino a besar banderas.]

Alasbarricadas.org




Hemos entrevistado a Fernando Ventura, autor de «La estupidez del nacionalismo por Lu Tao», libro de relatos que ha salido de la imprenta este verano. Fernando nos recibe en un trecho del gaseoducto de Sevilla-Huelva, pasando Almonte, en medio de un pinar. Es uno de los peores viajes que hemos hecho de nuestra vida militante, con averías, barro, arena…


Alasbarricadas: Bueno, quisiéramos preguntar qué fue lo que le motivó a escribir este libro sobre un tema tan delicado como el nacional.

— FVC: Pues que publiqué en internet algunos relatos sobre el tema, precisamente en alasbarricadas.org, y recibí varias peticiones animándome a seguir. Así que puse manos a la obra.

Alasbarricadas: Cuéntenos algo del libro.

— FVC: Vale. Es un libro muy bueno.

Alasbarricadas: Aparte de su bondad, que se supone…

— FVC: He escrito un libro de cuentos, en el que Lu Tao, asesino a sueldo, consejero y bufón de la Princesa Ho, desmonta una por una todas las paparruchas de los nacionalismos modernos. Cada cuento trata un tema: la identidad, la tradición, la historia, el idioma, la escuela, el amor, la patria, el funcionariado… Todo envuelto en una maleza de tremendas intrigas palaciegas, peleas de taberna, emboscadas, sexo explícito, mucho humor a veces macabro y trastazos por doquier. Los cuentos no son inconexos, y tienen continuidad, desarrollo y un desenlace…

Alasbarricadas: ¿Final feliz?

— FVC: Eso no se lo revelo. Pero tenga en cuenta que el protagonista es un anarquista. Creo que se verá agradablemente sorprendido.

Alasbarricadas: ¿Puede explicarse mejor?

— FVC: La ventaja que tiene el escribir relatos de ficción, es que puedes resolver los problemas mediante procedimientos que en la vida real no están bien vistos. Así que en los cuentos mueren accidentalmente o asesinados…, pues soldados, gobernantes, burócratas, mandatarios, jefes varios. No me he cortado un pelo, y si puedo solucionar un relato matando a algún cabrón..., lo mato. Licencia literaria.

Alasbarricadas: ¿En qué se diferencia de otras obras de ficción que ha escrito?

— FVC: Bueno, en este caso el libro puede tener varias lecturas. Se puede leer como mero entretenimiento, y disfrutar de la novela y de las peripecias de los personajes. Se puede aprender del tema nacional y patriótico, ya que todos los cuentos tratan un problema concreto del nacionalismo, y la reflexión que propone el texto puede ser útil al lector. Además hay un aspecto que me gusta subrayar, que es el del ambiente surrealista del entorno, el mostrar lo raro que es el mundo, cómo abstracciones ilusorias, sin cuerpo ni realidad toman vida, y cómo de personas de carne y hueso se ignora su existencia. Además, dejo abierta una puerta para que el lector que no esté de acuerdo con la solución que propongo, busque la suya.

Alasbarricadas: ¿Por qué ubica la acción en China? ¿Le fascina esa cultura milenaria?

— FVC: No tengo ni idea de China. La elegí porque está muy lejos y ahora todo el mundo habla de los chinos. Están por todas partes, su gobierno compra deuda española…

Alasbarricadas: Oiga… ¿No corre el riesgo de que quede oculto el mensaje entre la ficción de los cuentos?

— FVC: No. En absoluto. A nadie le gusta que le metan en la boca la comida mascada. ¿Verdad? Los lectores son personas inteligentes, y sabrán entresacar los materiales que les permitan reflexionar sobre el tema nacional, e incluso reconocerán las argumentaciones de los científicos sociales que han estudiado los problemas de la identidad personal y colectiva.

Alasbarricadas: ¿Dice que en el texto se encuentran argumentaciones científicas?

— FVC: Piense que en lo que concierne a la vida social, los científicos no hacen más que repetir lo que hace la gente, solo que lo interpretan y explican de manera muy rara. Por el contrario, mis explicaciones son científicas, pero asequibles a cualquier lector. Yo siempre hago el esfuerzo de decir lo profundo de manera sencilla, lo interesante de manera amena, lo oculto de forma divertida. La gente que me lee siempre me dice que después de reírse un rato, se tiene que poner a pensar.

Alasbarricadas: ¿Es usted un autor original?

— FVC: Hombre, claro, todos tenemos un origen y todos nos encaminamos a un final funesto y un tanto mortal.

Alasbarricadas: ¿Y El texto tiene copyright?

— FVC: No sé o no recuerdo qué fórmula ha empleado la imprenta. Con independencia de ello, creo que el conocimiento tiene que ser compartido, y por eso yo animo también a que empleen mis textos como mejor prefieran. Que fotocopien, reproduzcan o hagan lo que les convenga…, siempre que no tengan intereses lucrativos.

Alasbarricadas: La presentación del libro es…

— FVC: Formato de bolsillo, y cada capítulo es encabezado por una bella ilustración de la compañera Marisol Caldito, que ha sido la dibujante y la autora de la portada.

Alasbarricadas: ¿Da al nacionalismo un tratamiento especial en su novela?

— FVC: Le doy un tratamiento bastante negativo. No me gusta.

Alasbarricadas: ¿Hay algún motivo personal en ese enfoque que da al nacionalismo?

— FVC: Claro. Hay motivos personales. Por ejemplo, las guerras de la antigua Yugoslavia, que me impresionaron mucho. Yo conocí a yugoslavos de los años setenta a través de competiciones de remo que se hacían en mi ciudad. En 1991 dejaron de escribirme porque tenían problemas más graves que desearme felicidad para el año entrante. Nunca más les volví a ver.

Alasbarricadas: Pero no todos los nacionalismos han participado en guerras de ese tipo.

— FVC: Bueno, eso habría que demostrarlo caso por caso. No conozco toda la historia del mundo. Pero de los nacionalismos que conozco, no salvo ni uno. Yo pienso que hablar un idioma u otro, no le convierte a uno en mejor persona…

Alasbarricadas: Bueno, pero tenga en cuenta que en nombre de otras abstracciones también se cometen crímenes. En nombre de la democracia, de la libertad, del progreso, o incluso de la anarquía, por ejemplo…

— FVC: Claro. Todas las abstracciones son terribles en manos de los poderosos. Por eso queremos acabar con el Poder. Le recomiendo pues, que escriba algo en contra de la anarquía, y pruebe los crímenes que se nos achacan con facturas y auditorías. No tengo nada que objetar. Cada cual que escriba contra o a favor de lo que le dé la gana, lo importante es ser veraz.

Alasbarricadas: ¿De dónde surge el nacionalismo, cuál es su punto de partida?

— FVC: Hay un impulso humano, por llamarlo de algún modo, que nos lleva a clasificar, a jerarquizar, a construir identidades, tanto personales como colectivas. Esa ordenación que hacemos de elementos que están en el entorno, nos hace percibir un yo frente a un tú, y un nosotros frente a un ellos. Ese impulso puede traducirse de muchas maneras: mediante una moda, un club deportivo, una religión, un sindicato, una filosofía… Eso nos hace ser aceptados como miembros de un grupo, y a su vez nos hace ser rechazados al excluirnos de otro. Decimos lo que somos, y lo que seguramente nunca podremos ser. Una posible traducción de ese nosotros, en tiempos modernos, es la nacionalista.

Alasbarricadas: ¿Eso en sí es perverso?

— FVC: Perverso suena muy moral. Lo objetivo es afirmar que el nosotros siempre se muestra como mucho mejor que el ellos. Nosotros siempre somos buenos, nuestras costumbres son lógicas y agradables. Las de los demás son siempre raras y extravagantes, o típicas y curiosas, o malas y desagradables. Y por eso, nosotros siempre les necesitaremos a ellos.

Alasbarricadas: ¿Cómo dice?

— FVC: Que toda diferencia se mide en el contraste.

Alasbarricadas: Ahhh… Cuando habla de nacionalismo, ¿a qué se refiere exactamente?

— FVC: Me refiero a una ideología estatal que agrupa a la población dominada en base a unas cuantas características comunes, que suelen ser la historia, el idioma, un par de costumbres, el territorio plasmado en un mapa, algunas relaciones comerciales y un supuesto destino colectivo. Todo ello es invocado por políticos en el poder o con ganas de tener poder, para legitimar el sometimiento de la población definida como nacional.

Alasbarricadas: ¿A eso reduce usted todo problema nacional?

— FVC: No. Pero, por resumir: a eso. Quienes organizan los cacaos, no son la señora de la limpieza, ni el tendero, ni el albañil, ni el profesor. Son personas mucho más tenebrosas, los políticos, los ambiciosos, que aprovechan los sentimientos de identidad, el espíritu de rebaño de nuestra especie, para organizar los hatos. El sentimiento de identidad común, es decir, lo que pensamos que somos como grupo, altos, guapos, fuertes, nobles, listos…, esas gilipolleces, ese es el ladrillo del edificio nacional. Los ingenieros del conflicto nacional son siempre gente más señalada, los potentados, sus sirvientes intelectuales, los golfos de ese tipo que quieren quedarse con los muebles del vecino y extorsionar al obrero.

Alasbarricadas: ¿Es ese un análisis de clases sociales? ¿No está ese tipo de análisis desfasado ante el análisis de la etnicidad?

— FVC: Ahora mismo, en Europa, mirando a los mercados (que son los ricos), y a la prima de riesgo y a otras abstracciones económicas en torno al euro, la cosa es cosa de ricos y de pobres. Basta con mirar a los protagonistas que se llenan la boca de Patria. Hace poco, en Sevilla, hicieron una Jura de Bandera para patriotas, que desde que acabó la mili no juramos eso, y tuvieron que darles bien de comer con dinero público, porque eran hijos e incluso hijas de dirigentes socialistas, populares, de grandes empresarios y de curas. Juraron defender a la Patria, y luego se tragaron cada uno veinte cigalas tan gordas como mi brazo y un montón de vino del bueno para pillarse el flash. ¿Dice que ese es un análisis de clase desfasado?

Alasbarricadas: No obstante hay movimientos de liberación nacional que no se muestran como usted está diciendo, por ejemplo mapuches, movimientos indígenas…

— FVC: Si algún tipo de movimiento social no se adapta al cuadro que pinto, pues no tiene por qué darse por aludido. No hay ningún problema, ¿no le parece? Hay pueblos, pocos van quedando, que mantienen modos de vida comunitarios y formas de producción, que no se encuentran integradas totalmente en el engranaje del mercado capitalista, pueblos que resisten la penetración ideológica occidental, y veo bien su preservación y sus luchas.

Alasbarricadas: ¿Siente simpatía por los movimientos de liberación nacional?

— FVC: Por supuesto. Siento simpatía por cualquiera que desee liberarse de cualquier cosa opresiva. Esas mallas de las calzonas, sí hombre, no ponga esa cara, esa red de los bañadores que pone el fabricante para sujetar las herramientas, es lo primero que corto y quito cuando me las dan en la parroquia, porque me aprietan el chopo y… Mire, mire usted, todo al aire, libre…, así entiendo la liberación nacional.

Alasbarricadas: Por favor, no me ha respondido. Es contradictorio lo que dice…, joder, qué frío hace, oiga, ¿está empezando a llover?

— FVC: Cada cual se una y separe como mejor le convenga, sin más atadura que el deseo. El nacionalismo que critico es un ful, es ese que habla de la Historia, el Territorio, el Destino, el Pueblo, y sus costumbres (que casi nadie practica), para formar un Estado. Si un grupo de personas se organiza para practicar una costumbre, y ya está, me parece bien. A lo más que llego es a ver si la costumbre me parece oportuna o no. Yo, por ejemplo, no trago las corridas de toros ni la Semana Santa, por más popular que sea…

Alasbarricadas: Bueno, es que esos espectáculos o costumbres no forman parte de la cultura del pueblo…

— FVC:¿Usted cree? Yo los veo algo extendidos, la verdad. Otra cosa es que no me gusten.

Alasbarricadas: ¿Cuáles serían los rasgos comunes del pueblo entonces?

— FVC: Si hay que definir al pueblo por sus costumbres comunes, yo diría que sus rasgos comunes son un montón de tradiciones estomagantes y organizaciones nefastas. El fútbol, los toros, los santos, votar, ir a la escuela…

Alasbarricadas: ¿Estado y Nación van unidos?

— FVC: Ahora mismo y mientras no se demuestre lo contrario, pues sí. Es como preguntar si puede haber cristianos sin Iglesia. Lo mismo hay alguno desorganizado, vete a saber... Pero la excepción confirma la regla.

Alasbarricadas: Lo que quiero decir es si puede haber nacionalistas sin Estado.

— FVC: A mí me parece que no. A la vista está que los nacionalistas tienen siempre al Estado encima. Si faltase el Estado a los nacionalistas, habría otro deseando de tomar el puesto, intentarían construirlo… Y si los anarquistas destruyésemos el Estado, no habría nacionalismo. Habría otra cosa mucho más fragmentada.

Alasbarricadas: ¿Cuál sería entonces el nacionalismo que le parece más condenable?

— FVC: En nuestro caso, sin dudarlo, el nacionalismo español, por ser el más fuerte. Es el más estúpido por ser el mejor asentado.

Alasbarricadas: Dice que los poderosos instrumentalizan los nacionalismos para ejercer la dominación. ¿No podríamos emplearlos nosotros para liberarnos?

— FVC: Yo pienso que cualquier nacionalismo es estúpido, así que intentar instrumentalizarlo para liberarnos, es una estupidez. ¿Por qué no emplear la religión, que también está muy asentada por desgracia?

Alasbarricadas: ¿Existe España?

— FVC: Claro. Incluso dicen que hay dos Españas, una Revolución Española, un laberinto español, la canción española, la CNT de España... Y también está el cerdo ibérico, naturalmente.

Alasbarricadas: ¿Y la base del nacionalismo?

— FVC: ¿Otra vez? Todo nacionalismo se basa en la creencia de que existe algo común vinculado al territorio que nos une a mí y al otro. Y una vez mucha gente cree en esa estupidez, pues funciona igual que puede funcionar Dios o el dinero, que son otras entelequias. ¿Qué tengo que ver yo con nadie?

Alasbarricadas: ¿No le gustaría fundar una Nación de su preferencia, o vivir en una de las que hay que más le guste…?

— FVC: Me gustaría vivir en la Nación de las personas.

Alasbarricadas: En su libro afirma que desde un punto de vista a-nacional, un burro es más inteligente que un humano patriota.

— FVC: Algunos humanos son inteligentes, por supuesto, hay científicos que los estudian en sus laboratorios subterráneos. Ahora bien, los burros son infinitamente más humanistas que los patriotas: jamás han llevado a cabo una guerra en nombre de la Patria, jamás han encarcelado o fusilado a un disidente que en lugar de rebuznar un alegre «ji jàaa, ji jàaaa», suelte un despreciativo «ju jáaaan». Alguna coz, algún bocado, y eso es todo.

Alasbarricadas: ¿Toda identidad étnica o cultural depende de un Estado para preservarse?

— FVC: Pues no… Por ejemplo, tiene usted a los gitanos, que perseguidos y despreciados por todos los nacionales, siguen siendo gitanos desde miles de años, y nunca han querido un Estado propio. Gracias a ello pasarán a la historia, si tienen suerte, como uno de los pocos pueblos que no ha organizado guerras de exterminio, bombardeos, limpiezas étnicas… Si pudiera volver a nacer, y tuviese que elegir identidad, elegiría ser gitano palmero…

Alasbarricadas: También tienen cosas cuestionables.

— FVC: Como usted, como yo y como todo. Pero cada individuo escribe su propia historia.

Alasbarricadas: ¿Qué solución daría a los problemas nacionales en la Península e Islas?

— FVC: Como medida inmediata, la plurinacionalidad y separación del Estado de la Nación. Que en el territorio español la gente se adscriba a la nacionalidad que prefiera, o a varias, por ejemplo, la china, la inglesa, la española, la cordobesa... Que los adeptos empleen su dinero en apoyar las empresas colectivas nacionales que elijan, hospitales, escuelas, fondos de pensiones paraguayos… Así competirían las diversas nacionalidades pacíficamente, y atraerían a sus súbditos en función de lo que ofrezcan a sus miembros, y no por el hecho de nacer en un sitio, que luego uno tenga que ser no sé qué cojones o bailar no sé qué leches. Ello llevaría a la quiebra del Estado seguramente, así que no creo que esta propuesta tenga mucha aceptación.

Alasbarricadas: No le entiendo…

— FVC: Caray, pues que a la hora de la siesta te sonaría el teléfono y te dirían… «Esteee, ¿la señora de la casa? Ché, viiite… Le chamo de Nasión Argenshina para ofrecerle el paquete dúuuuo: shino y platense por cuarenta y nueve con noventa y nueve pesos mensuales, con la oferta le metemos el dentiiista y el colegio de los niños… Claro loca, nos hemos fusionaaado los shinos y argentiiinos, nada nos podrá detener ahooora… No loooca, vos no tenés que precuparos de nada, ni de aprender shino, nooo, claro que no flaca, sí claro que síiii flaca, Argenshina te da de baja como galega…»

Alasbarricadas: ¿Pero eso lo dice en serio?

— FVC: Absolutamente. Se acabarían los conflictos inter-étnicos. ¿Usted ha visto alguna vez pelearse a un cliente de El Ocaso con otro de Mapfre, por cuál es mejor compañía? Pues con esto de la nación intercambiable pasaría lo mismo. La gente se adscribiría a una u otra nación en función de la oferta, y no por chorradas del «¡Mantengamos nuestras costumbres! ¡Los extranjeros nos roban a nuestros cónyuges!». Lo mismo así, en lugar de la pareja de Testigos de Jehová, a la hora más inoportuna llama a tu puerta la pareja de Hispanos de Jehová…

Alasbarricadas: Volviendo al libro…

— FVC: Como he comprobado que hay gente a la que le gustan las dedicatorias de autor, me he comprometido con la asociación cultural Siete Entidades a firmar uno por uno todos los ejemplares, y dedicarlos al comprador. Cuando hagan el pedido, si quieren dedicatoria, ya saben. Lo dicen, me ponen su nombre, y tendrán un producto de alta calidad con firma original. Y si hace más la breva, se lo numero, por la cosa del coleccionismo, para que dentro de sesenta años, cuando reine la anarquía, tengan un libro del Ventura firmado y numerado.

Alasbarricadas: ¿Qué espera del libro que ha escrito? ¿Qué les diría a los lectores?

— FVC: Que al que le venga el sayo, que se lo ponga. He intentado ofrecer un relato bueno, entendible, didáctico y ameno. Lo he hecho lo mejor que he podido dadas mis circunstancias económicas, laborales y personales… Deplorables. Espero que les guste y lo disfruten y lo regalen en cumpleaños y navidades… Ah, lo que sí quisiera es que usen las ideas que se ofrecen como material de reflexión, no como arma de vulgarización ideológica para machacar las ideologías nacionalistas.

Alasbarricadas: La verdad, tampoco entiendo yo eso.

— FVC: Las ideas son conceptos que han de ser acogidos con reserva y crítica. Muestran una interpretación de la realidad, no la realidad. No ponga esa cara. Es de Bakunin.

Alasbarricadas: Mejor dejemos eso y seamos positivos.

— FVC: Seamos muy positivos.

Alasbarricadas: Gracias por atendernos. Esto…

— FVC: Se sale por ahí. Vayan hacia cualquier parte y llegarán al mar.

Alasbarricadas: Ah. Nos deja mucho más tranquilos.

— FVC: Claro, para llegar al mar, solo hay que andar.

1 comentario:

  1. Con esta entrevista a Ventura, se puede observar, y darnos cuenta, que en estos últimos años dentro del movimiento libertario y el pensamiento anarquista se ha infiltrado, de una manera indecente, el nacionalismo, bajo otros nombres como «independentismo» o «identificación cultural».

    Cambian «nación» por «pueblo» y nos venden «el Derecho a la Autodeterminación de los Pueblos». O «nación catalana» por «cultura popular catalana». Solamente cambian los nombres para darles un apecto aparentemente libertario o socialista, pero en el fondo es el mismo nacionalismo de siempre. Lo hacen para engatusar a la gente joven, que no tiene una idea completa y verdadera de los ideales ácratas y socialistas, que son internacionalistas y cosmopolitas.

    ¡Hace falta hacer una limpieza en serio dentro del llamado movimiento anarquista! ¡O dentro de la «Izquierda» misma! ¡Pero que muy seria y contundente! ¡A la mierda con sus identidades colectivas!

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