¿Cuál debe ser el carácter de la revolución social: nacional, internacional o universal?
[Existe un] carácter universal de la revolución social […] La revolución social, por tanto, no puede ser una revolución aislada de una sola nación; es, en su esencia, una revolución internacional,… (Estatismo y anarquía, 1873)
¿Por qué razones la revolución social tiene que ser obligatoriamente internacional? ¿No puede ser victoriosa en los límites de un país?
En la organización actual política, jurídica, religiosa y social de los países más civilizados, la emancipación económica de los trabajadores es imposible y por consiguiente, para alcanzarla y realizarla, habrá que destruir todas las instituciones actuales: Estado, Iglesia, Forum Jurídico, Banca, Universidad, Administración, Ejército y Policía, que no son en efecto sino otras tantas fortalezas edificadas por el privilegio contra el proletariado; y no basta con derribarlas en un país, es preciso desmantelarlas en todos los países, porque desde la formación de los Estados modernos en los siglos XVII y XVIII, existió entre todas esas instituciones, a través de las fronteras de todos esos países una solidaridad creciente y una muy fuerte alianza internacional. (Protesta de la Alianza, 1871)
¿De qué manera, en este caso, se puede realizar la revolución: por un complot internacional, por una insurrección o por qué otro medio?
[…] las revoluciones no se improvisan. No las hacen arbitrariamente ni los individuos ni aun las poderosas asociaciones. Independientemente de toda voluntad y de toda conspiración, son llevadas siempre por la fuerza de los acontecimientos. Se las puede prever, algunas veces presentir su aproximación, pero jamás acelerar la explosión. (La política de la Internacional, 1869)
En este caso el papel del individuo en la revolución es absolutamente inexistente y, además, no veo el interés de la organización, por ejemplo, de la Internacional obrera. Desde este punto de vista, es del todo inútil.
[En lo que concierne el papel del individuo en la revolución, la cuestión se plantea así]: El tiempo de las grandes individualidades políticas ya pasó. Mientras se trataba de hacer revoluciones políticas, tenían su razón. La política tiene por objeto la fundación y la conservación de los Estados; pero quien dice Estado, dice dominación de un lado y supeditación del otro. Las grandes individualidades dominantes son pues absolutamente necesarias en la revolución política; en la revolución social, no sólo son inútiles, sino que son positivamente nocivas, e incompatibles con el fin que se propone esta revolución, o sea como en el trabajo, la colectividad debe reemplazar las individualidades. (Circulares a mis amigos de Italia, 1871)
[En cuanto a la organización, es indispensable] con el objeto de que, cuando la revolución, llevada por la fuerza de los acontecimientos, haya estallado, se encuentre una fuerza real que sepa lo que ella debe hacer y por eso mismo, capaz de apoderársela y de darle una dirección verdaderamente saludable para el pueblo. Una organización internacional seria de las asociaciones obreras de todos los países, capaz de reemplazar este mundo político de los Estados y de la burguesía, que comienzan a desaparecer. (La política de la Internacional, 1869)
GRIGORI MAXIMOV, Discusión con Bakunin.
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